EL SENDERO DEL DHARMA

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
La Sabiduría de Sammasati: Invirtiendo el Orden de la Vida
En la búsqueda de la felicidad y el bienestar, la sociedad moderna a menudo nos
presenta un camino que prioriza el "tener", el "hacer" y, finalmente, el "ser".
Sin embargo, desde la perspectiva del budhismo Sammasati, un enfoque más
profundo y significativo reside en invertir este orden, priorizando el "ser", el
"hacer" y, como consecuencia natural, el "tener".
La Tríada Convencional: Tener, Hacer, Ser---
La tríada "tener, hacer, ser" se basa en la creencia que la felicidad y la
realización personal se logran a través de la acumulación de bienes materiales y
el logro de metas externas. En este paradigma, se cree que al "tener" posesiones
y riquezas, uno puede "hacer" lo que desea y, finalmente, "ser" feliz.
Sin embargo, el Budhismo Sammasati nos invita a cuestionar esta visión. La
acumulación de bienes materiales y el logro de metas externas pueden
proporcionar placeres momentáneos, pero no conducen necesariamente a la
felicidad duradera y la paz interior. De hecho, esta búsqueda constante de
"tener" y "hacer" puede generar ansiedad, estrés y una sensación de vacío
existencial.
La Tríada Sammasati: Ser, Hacer, Tener---
El Budhismo Sammasati propone una tríada alternativa: "ser, hacer, tener". Este
enfoque reconoce que la verdadera felicidad y el bienestar emanan del interior,
de cultivar cualidades como la sabiduría, la compasión y la atención plena.
* Ser: En el Budhismo Sammasati, "ser" implica cultivar la atención plena y la
sabiduría para comprender la naturaleza de la realidad y liberarse del
sufrimiento. Se trata de desarrollar una mente tranquila y un corazón compasivo,
cultivando cualidades como la paciencia, la generosidad y la gratitud.
* Hacer: Una vez que hemos cultivado nuestro "ser" interior, nuestras acciones,
nuestro "hacer", se convierten en una expresión natural de nuestra sabiduría y
compasión. Actuamos con integridad, ética y responsabilidad, buscando el
bienestar de todos los seres.
* Tener: Como consecuencia natural de nuestro "ser" y "hacer", el "tener"
adquiere una nueva perspectiva. Los bienes materiales y los logros externos ya
no son el objetivo principal, sino simplemente herramientas que utilizamos para
apoyar nuestro camino de crecimiento personal y contribuir al bienestar de los
demás.
La Importancia del Camino del Medio
El Budhismo Sammasati nos enseña a evitar los extremos del apego a los bienes
materiales y la negligencia de nuestras necesidades básicas. En cambio, nos
invita a seguir el camino del medio, cultivando un equilibrio entre nuestras
necesidades internas y externas.
Al invertir el orden de la vida y priorizar el "ser", el "hacer" y el "tener",
podemos encontrar una felicidad y un bienestar más profundos y duraderos. El
Budhismo Sammasati nos ofrece una guía para vivir una vida con propósito,
significado y armonía, en sintonía con la naturaleza de la realidad.
Tashi Delek para todos y todas.
DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Por: Otoniel Parra Arias
LA TEORÍA SOBRE LA ECONOMÍA DEL BIENESTAR QUE PROPONE LA PRESIDENTA DE ISLANDIA.
El conocido periodista y comentarista internacional de CNN, Andrés Openheimer,
anunció en su conocido programa televisivo una entrevista con la presidenta de
Islandia Halla Tomasdóttir, sobre un tema no necesariamente político y polémico
a raíz de las controvertidas declaraciones de Donald Trump, en relación con esa
parte del mundo y por el contrario sí muy positivo y diametralmente
opuesto a los oscuros temas con los que se despierta cada mañana el actual
presidente de Estados Unidos.
En efecto la primera mandataria islandesa presidió hace unos días una
conferencia
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internacional sobre el tema de la felicidad y la economía del
bienestar, todo un compendio de propuestas a los jefes de estado mundiales para
que aumenten los índices de felicidad para sus pueblos.
Tema bastante teórico pero que no deja de tener su importancia, dadas las
características de angustia y preocupación, suscitado por las grandes potencias
en relación con sus esfuerzos hacia la parte negativa con desencuentros y
disputas ya en el terreno bélico, buscando apoderarse de unos territorios ajenos
y por la intención defender a toda costa sus valores nacionales los más
pequeños.
Así mismo el desbalance de naciones que son víctimas de conflictos internos de
muchos años, como en el caso colombiano y que viven de expresiones casi poéticas
expresadas en importantes foros internacionales sobre el potencial de felicidad
teórica en tierras de contenidos utópicos y mágicos como ocurre actualmente con
la carta de presentación del presidente Petro ante el mundo.
Islandia a pesar de las características geográficas bastante complicadas por la
inestabilidad volcánica y geológica, ha logrado un alto índice de armonía que ha
sido reconocido al designar a la isla como uno de los países más felices del
mundo, al evaluar los altos índices en salud, educación y esfuerzos por lograr
una estabilidad económica.
Con estas pruebas la presidenta de Islandia ha dado paso a su propuesta hacia
las demás naciones, aunque en este punto el presentador del programa de
Openheimer no logró una respuesta muy clara de la proponente de este programa de
la obtención de la felicidad global en todos países.

Me refiero a una pregunta que se dejaba venir reconociendo decía el presentador
que Islandia junto a otras naciones de la órbita Europea y el mismo Estados
Unidos, tienen gran capacidad económica para adelantar estos programas y dar
cuenta en poco tiempo de resultados muy positivos para sus gobernados, muy por
el contrario de muchas naciones del sur del continente americano y de la órbita
asiática en los que los medios de realizar programas con todo este poder de
optimización son casi imposibles de alcanzar debido a la problemática social y
económica que embarga a estas naciones.
Al final ha quedado muy buena impresión de estas declaraciones un poco teóricas
de la jefe de estado islandesa que reconoce como apenas están empezando los
sondeos a nivel mundial al respecto pero que tras bambalinas constituyen una
respuesta al estilo ramplón del presidente americano que no suele manifestar
precisamente su felicidad y muchos menos de sus labios han salido ni saldrán
propuestas de esta categoría en relación con los habitantes de otras naciones
miradas con desdén desde la Casa Blanca.
LA INTIMIDAD DE UN DROGADICTO NO PUEDE
CONVERTIRSE EN RAZÓN DE ESTADO

Por: Álvaro Ramírez Gonzalez
alragonz@yahoo.es
Les quiero compartir esta oportuna columna de mi amigo y admirado colega
columnista Carlos Alonso Lucio
“ Quién, con dos dedos de frente, matricularía a sus hijos en un colegio cuyo
rector y sus profesores sean personas adictas a las drogas? ¿Quién pondría al
frente de su empresa a una persona que permanece sometida a las alteraciones que
ocasionan las drogas? ¿Quién de nosotros dejaría su casa,
tan siquiera un fin se semana de paseo, en manos de un drogadicto?
Por eso resulta tan inconcebible la doble moral de aquellos que han salido esta
semana, dándoselas de ultra modernos, tolerantes
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y compasivos, a defender a Petro por cuenta del sonsonete de que si
consume drogas es cosa suya y de su privacidad. Inconcebible ver a congresistas
y periodistas y ex ministros y hasta candidatos presidenciales haciendo gala de
tanta insensatez.
Sí: doble moral, puro fariseísmo. Porque es inadmisible que pretendan que los
colombianos admitamos que hagan con nuestro país lo que ellos jamás permitirían
con sus hijos, con su dinero o con sus propios hogares.
Hay cosas que, en un país serio, ni siquiera llegarían a ser objeto de debate.
Pero en Colombia, donde la corrupción moral han llegado a disfrazarla de
modernidad, es necesario decir lo obvio: un presidente drogadicto no es un
asunto de la vida privada. Todo lo contrario: es un asunto público por
naturaleza.
Hay quienes pretenden amparar la adicción presidencial bajo el abrigo del
derecho a la intimidad. Argumentan que el consumo de drogas es una opción
personal y que exigir explicaciones sería una intromisión de la sociedad en los
rincones íntimos del jefe de Estado. Lo dicen con una solemnidad hipócrita. La
hipocresía de quienes no aceptarían que alguien hiciera con lo suyo lo que
pretenden que le aceptemos a Petro que haga con lo nuestro.
Tienen que aceptar que gobernar no es un derecho privado, tienen que aceptar que
es un mandato público. Tan elemental como que el presidente no se representa a
sí mismo sino que representa la unidad del Estado, la estabilidad de las
instituciones y la confianza de los millones de habitantes que reposan en las
reglas constitucionales.
Esta semana, todos fuimos testigos de aquello que el fariseísmo prefiere
ignorar: en un evidente estado de alteración, Gustavo Petro insultó con la peor
grosería al presidente del Congreso al tiempo que Armando Benedetti y Gustavo
Bolívar, muertos de la risa, hacían el papel de los bufones decadentes de la
cortezuela.
El país entero asiste, día tras día, al deterioro vertiginoso del estado moral y
de la salud mental de quien ejerce como jefe de Estado. Ese es el tamaño del
problema. Se refleja en sus trinos delirantes y en sus alocuciones públicas
repugnantes.
No es sólo la dignidad de un hombre lo que se erosiona, es la dignidad toda la
nación.
Para mayor vergüenza, el hecho de que Gustavo Petro haya aparecido como
drogadicto en las primeras planas de la prensa internacional, lo deja impedido
moral y políticamente para hablar sobre el tema de las drogas ante la comunidad
de naciones.
¿Qué autoridad moral puede tener quien aparece como víctima pública del problema
que dice querer reformar?
El mundo ya lo vio y Colombia no puede seguir haciéndose la ciega.
Relativizar esta denuncia de su propio ex canciller es abrir las puertas a la
decadencia de toda noción de responsabilidad pública. Si llegamos a aceptar que
nos debe parecer irrelevante que quien toma decisiones de guerra o paz, de vida
o muerte, de crisis o estabilidad, viva con la cabeza intoxicada, entonces la
democracia misma es la que está intoxicada.
No podemos admitirle al fariseísmo que el sentido moral debe desaparecer de la
consideración pública. Por el contrario, se trata de defender el bien común, de
recordar que la ética pública no es un accesorio decorativo sino el cimiento que
sostiene el edificio de la vida social.
Sin valor personal no hay autoridad legítima.
Colombia no puede normalizar lo inaceptable. No podemos resignarnos a ver cómo
se desmorona la confianza en nuestras instituciones bajo el cinismo de los que
dicen que todo da igual.
La intimidad es sagrada cuando no pone en riesgo a los demás. Luego la intimidad
de un drogadicto en la Casa de Nariño no es ninguna intimidad sino un inmenso un
problema nacional.
La dignidad de Colombia siempre valdrá más que los silencios cómplices de
quienes confunden compasión con complicidad, corrupción con modernidad y
democracia con fariseísmo. “
Sobremesa
Me perdonan, pero las explicaciones de Petro para su ausencia y desaparición
total de casi 3 días, no las creo.
Ese plan para asesinarlo es otra de sus creaciones para justificar semejante
irresponsabilidad!
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