Europa salva al euro, pero
pierde a los ciudadanos
José Ignacio Torreblanca
Ciudadanos esperan para recibir comida gratuita,
en Atenas.
El euro necesitaba dos cosas para salvarse: una decisión política clara
que pusiera fin a las especulaciones sobre su futuro y un instrumento
financiero que hiciera creíble esa promesa. En 2012, tras varios años de
dudas, torpezas y errores, los líderes europeos hicieron las dos cosas:
por un lado, la Canciller alemana, Angela Merkel, aceptó iniciar el
camino hacia una unión bancaria; por otro, el presidente del BCE, Mario
Draghi, logró la autorización para comprar en los mercados cuanta deuda
fuera necesaria para salvar al euro. Estas dos decisiones sacaron al
euro del precipicio en el que se encontraba y lo situaron en una senda
de estabilidad desconocida durante los últimos años.
De la solidez adquirida por el euro, al menos temporalmente, habla el
muy reducido impacto del caos poselectoral italiano. Recordemos el shock
que en octubre de 2011 produjo la decisión de Yorgos Papandreu de
convocar un referéndum para convalidar o rechazar las políticas de
ajuste dictadas por la Troika; su anuncio disparó algunos de los índices
de incertidumbre que manejan los analistas financieros hasta cotas
superiores a las que siguieron a los atentados del 11 de septiembre en
Estados Unidos. Y no olvidemos tampoco las elecciones griegas de junio
de 2012, cuando la perspectiva de una victoria de la coalición de
izquierdas representada por Syriza fue planteada en términos de "Armagedón
financiero". Sin duda que Italia es un caos, pero el euro resiste, al
menos por el momento.
Pero el resultado italiano, a la vez que de la fortaleza del euro, habla
de la debilidad política de Europa y señala una crisis de legitimidad
que peligrosamente se está abriendo camino de elección en elección. Los
datos del Eurobarómetro, el sondeo de opinión que la Comisión Europea
elabora semestralmente, indican con toda claridad hasta qué punto la
crisis ha deteriorado la confianza de los ciudadanos en la Unión
Europea. En países como España, la confianza "neta" en la UE (una medida
que resta el porcentaje los que desconfían de los que confían) era en
2007, antes de que comenzara la crisis, de 42 puntos (65% que confiaban
frente a 23% que desconfiaban). Hoy, sin embargo, se ha trasformado en
una desconfianza neta de 52 puntos (72% que desconfía frente a sólo 20%
que confía). Un desplome espectacular.
Este trayecto desde los 42 puntos de confianza a los 52 puntos de
desconfianza obliga a una reflexión en profundidad, especialmente en un
país tradicionalmente tan europeísta como España. Pero a tenor de los
datos del gráfico adjunto, donde se muestra que el fenómeno se extiende
a todos los países de la eurozona, la reflexión la deberemos hacer de
forma colectiva, no sólo en clave española. En Grecia, Irlanda,
Portugal, Irlanda, Chipre, la UE es vista con una desconfianza tan
abrumadora como la que observamos en España. Significativamente, sin
embargo, este auge de la desconfianza en la UE tiene lugar no sólo en
los países deudores, sino en los países acreedores o en mejor situación
financiera: en Alemania, Austria, Francia, Países Bajos o Finlandia la
gente tampoco confía en la UE. Claramente, la desconfianza no es sólo
sobre la UE sino de unos países y ciudadanos sobre otros. En la
situación actual, todos parecen perder y nadie gana.
Nos encontramos pues ante un importante problema de legitimidad. Un
sistema político no puede beneficiar a todo el mundo todo el tiempo.
Gobernar es elegir, asignar prioridades, tomar decisiones dolorosas,
beneficiar a unos a costa de otros. La legitimidad se refiere a la
aceptación por parte de los ciudadanos de las decisiones de su sistema
político que les son desfavorables. Esa aceptación puede deberse a un
sentimiento de pertenencia a un grupo más amplio, a consideraciones de
justicia o equidad o bien a la conformidad con el procedimiento de
adopción de esas decisiones. En el ámbito europeo, donde la identidad
colectiva, los valores comunes y los procedimientos democráticos son
todavía muy incipientes, la legitimidad ha venido sobre todo de la mano
del desempeño económico: a mayor crecimiento económico, mayor apoyo
popular a la integración europea, y viceversa. Eso supone que la reserva
de legitimidad del sistema, al estar casi exclusivamente asociada al
crecimiento económico es débil y tiende a agotarse rápidamente en
situaciones de crisis.
Eso es lo que estamos viviendo ahora. Por un lado, aunque las políticas
de austeridad pueden estar teniendo éxito a la hora de controlar los
déficits (no así para reducir la deuda), no producen crecimiento ni
empleo por lo que no consiguen generar el apoyo ciudadano que necesitan
para sustentarse. Y lo que es peor: al forzar a los gobiernos a violar
sistemáticamente las promesas electorales bajo las cuales fueron
elegidos y gobernar con las mismas políticas independientemente de su
color político, socavan también la legitimidad de los sistemas políticos
nacionales. Como vemos en los países intervenidos, los sistemas
políticos se desgastan (como en España y Portugal), o se descomponen
(como en Grecia e Italia). Mientras, al otro lado, en los países
acreedores, como tampoco hay crecimiento económico, la sensación
dominante es que los países del sur son un pesado lastre que absorbe sus
escasos recursos y ralentiza su progreso.
Es con estos mimbres de desafección y desconfianza tan deteriorados con
los que la UE debe completar una integración política y económica
imprescindible. El euro se ha salvado, pero no sobrevivirá a largo plazo
sin una unión bancaria que incluya mecanismos de resolución de crisis y
garantías de depósitos paneuropeos. Ni lo hará sin un presupuesto que
merezca tal nombre, la mutualización de la deuda y una coordinación
mucho más efectiva de las políticas económicas.
Pero esas decisiones requieren exactamente aquello de lo que Europa
carece hoy: confianza en la UE y confianza recíproca. Para que Europa
funcione, los ciudadanos, del norte y del sur, de países acreedores y
deudores, centro y periferia, tienen que estar dispuestos a dotar a las
instituciones europeas de los instrumentos financieros adecuados y, en
paralelo, de instancias de gobierno eficaces y a la vez legítimas desde
el punto de vista democrático. Pero para que los impuestos de un
ciudadano alemán respalden los depósitos de un ahorrador español y los
impuestos de un ahorrador español los de uno griego o portugués,
necesitamos una confianza en Europa de la que hoy por hoy carecemos.
En junio de 2014, dentro de poco más de un año, Europa llamará a sus
ciudadanos a las urnas. Si para entonces no se ha restaurado la
confianza de los ciudadanos en la UE, la sorpresa puede ser bastante
desagradable. Salvar al euro era imprescindible, pero el euro es un
medio, no un fin, el fin son los ciudadanos: un euro sin ellos no tiene
mucho sentido.
Euforia británica en las
Malvinas
Un 98,8% de los ciudadanos de las islas votan a favor de seguir siendo
Gran Bretaña
En las Islas Malvinas reina el pensamiento único. El referéndum
celebrado el domingo y el lunes sobre la continuidad del vínculo que une
las islas a Gran Bretaña desde 1833, y el rechazo implícito al reclamo
argentino de soberanía sobre las Malvinas, dio esa noche un resultado
abrumador. El 98,8 por ciento de los malvinenses quieren seguir siendo
británicos.
La pregunta fue: “¿Desea usted que las Islas Falklands [el nombre en
versión inglesa de las Malvinas] retengan su actual estatus político
como territorio de ultramar del Reino Unido?”. La respuesta de 1.513 de
los 1.517 personas que votaron fue que sí; tres votaron “no”, y un voto
fue impugnado. Que el “sí” ganaría, y que lo haría por un amplio margen,
nunca estuvo en duda. Pero que solo tres de 1.517 votaran en contra,
aunque la presunción general es que el trío solitario se expresaba a
favor de la independencia y no de la soberanía argentina, causó sorpresa
y alegría en el salón municipal donde se anunció el resultado del
referéndum y donde estaban congregadas las figuras políticas más
relevantes de las islas junto a unos 60 periodistas extranjeros.
En las calles de Stanley, de 2.200 habitantes (más de tres cuartos de la
población total de las islas), estalló la euforia. La mitad de la
pequeña ciudad se había reunido en una plaza verde frente al mar y el
ambiente festivo recordó más al de una victoria en un Mundial de fútbol
que el de un triunfo electoral. La idiosincrasia de este voto fue que
todos, o prácticamente todos, ganaron. Gritos de júbilo, de auto
felicitación colectiva, llenaron el gélido aire nocturno al oírse el
resultado del voto y cuando, inmediatamente después, sonó por un altavoz
la canción We are the champions, del grupo británico Queen, todos
cantaron en unísono, ondeando banderas británicas al compás de la
música.
El gran perdedor, o así lo interpretaron los malvinenses, fue el
gobierno argentino. Nada más concluida la canción un señor se subió al
podio, cogió un micrófono y se dirigió, en tono despectivo, a la
presidenta de Argentina. “Señora Kirchner! ¿Nos escucha? ¡Esta noche
usted ha oído la voz de la gente de las Falklands!” Aplausos, gritos y
abucheos a la presidenta. “Cristina” prosiguió el portavoz popular,
“Usted dice que nosotros somos gente ‘implantada’. Pues no. Llevamos
generaciones aquí. Nuestras familias llegaron en los 1830’s, 1850’s. ¡No
somos implantados!”
Se refería el locutor, y el público lo sabía muy bien, a la posición
oficial argentina que mantiene que el referéndum ha sido “ilegítimo” e
“irrelevante” porque los habitantes de las Malvinas no representan un
pueblo autóctono, sino una “población implantada.”
Jan Cheek, miembro de la asamblea legislativa – o parlamento -- de las
Malvinas, reaccionó a la noticia del resultado en el salón municipal de
Stanley “encantada”, dijo. Preguntada qué opinión tenía de aquellos que
dicen que gente como ella no pertenecen auténticamente a la tierra donde
residen, respondió: “Yo tengo 65 años, nací y me crié aquí. Soy una
isleña de sexta generación. Mis nietos son de octava generación. El
canciller argentino, Héctor Timmerman, solo es de segunda generación en
su país. La Señora Kirchner entiendo que es de segunda o tercera
generación. ¿Quiénes son ellos para hablar de ‘implantados’ en el
continente americano?”
La señora Cheek, que pertenece a un ejecutivo de tres legisladores
electos que ejerce el autogobierno sobre las islas, explicó que el
objetivo del referéndum, ampliamente cumplido, había sido enviar un
mensaje al mundo, ya que hasta ahora “todo había sido propaganda
argentina”. “Queremos que otros países democráticos reconozcan nuestra
voz y respeten nuestros deseos.”
Estará por ver el impacto el que referéndum tendrá en el ámbito
internacional pero está claro que aquellos a favor de mantener la
soberanía británica sobre las islas han recibido una útil arma
diplomática y que, al menos en el corto plazo, el resultado
extraordinariamente contundente del referéndum representa un golpe al
gobierno argentino.
Tampoco podrá argumentar el gobierno argentino que hubo fraude y
manipulación en el voto. Lo normal cuando uno ve un resultado electoral
que da el 98,8 por ciento al régimen en el poder es suponer que se trata
de una dictadura burda, tirana y bananera. Pero en esta caso un grupo de
observadores electorales internacionales e independientes, procedentes
la mayor parte de ellos de las Américas, declararon nada más conocerse
el resultado que el proceso había sido “libre y transparente”.
Más que una elección en la que se representan diversos puntos de vista,
fue en realidad un ejercicio de propaganda probritánica y anti
argentina. Pero se basó en una ahora innegable verdad. Fue una fiel
expresión de los deseos de los habitantes de las Islas Malvinas. Y no
solo ellos estaban celebrando. De manera más discreta, y a 12.000
kilómetros de distancia, también lo celebraba el gobierno de Londres.
Barack Obama: 'Algunos
ataques cibernéticos están patrocinados por estados'
El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó en una entrevista difundida
este miércoles que algunos ataques cibernéticos contra infraestructuras
y empresas estadounidenses son patrocinados por otros estados.
Preguntado por las declaraciones del presidente del Comité de
Inteligencia, Mike Rogers, que señaló hace unas semanas que China ha
iniciado una guerra de ciberespionaje contra Estados Unidos, Obama
advirtió en contra de la retórica belicosa.
"Siempre hay que tener cuidado con las analogías de la guerra porque hay
una gran diferencia entre que se involucren en ciberespionaje o
ciberataques y, evidentemente, una guerra", dijo Obama.
"Lo que es absolutamente cierto es que hemos visto un aumento constante
de las amenazas a la seguridad cibernética", afirmó el mandatario, que
apuntó que algunas son patrocinadas por otros gobiernos. "Algunas son
patrocinadas por el estado. Algunas son patrocinadas simplemente por
delincuentes", dijo Obama, que instó al Congreso a tomar medidas para
reforzar la seguridad en contra de estos ataques.
Obama señaló que estos ciberataques causan miles de millones de pérdidas
por los secretos industriales sustraídos, lo que puede poner a Estados
Unidos en una posición de "desventaja competitiva" en el mercado
internacional, dijo.
En este sentido, Obama afirmó que "hemos dejado muy claro a China y
algunos otros actores estatales que esperamos que sigan las normas
internacionales y cumplan con las normas internacionales".
El presidente afirmó que han tenido algunas "duras conversaciones" sobre
el tema con estos países y que continuarán dialogando sobre el asunto.
Reunión en la Casa Blanca
Las declaraciones de Obama se producen un día después de que el director
nacional de Inteligencia, James Clapper, presentara el informe anual
sobre amenazas contra Estados Unidos en el que la amenaza cibernética
fue una de las principales.
Obama se reunirá en la Casa Blanca con un grupo de directivos de
empresas para analizar cómo pueden trabajar conjuntamente el Gobierno y
el sector privado para mejorar la seguridad de Internet y las bases de
datos susceptibles de ser atacadas.
El presidente Obama firmó en febrero un decreto para mejorar la
protección de la infraestructura nacional contra ataques cibernéticos.
La orden ejecutiva tiene entre sus objetivos mejorar el intercambio de
información de seguridad cibernética entre las empresas del sector
privado y el Gobierno federal.
En esa oportunidad Obama instó al Congreso a que apruebe pronto una
legislación que "dé a nuestro Gobierno una mayor capacidad para
resguardar nuestras redes y eviten ataques".
El mes pasado la empresa Mandiant, especializada en seguridad en
Internet, publicó un informe que indicaba que buena parte de los
ciberataques contra EE.UU. tienen su origen en una unidad del Ejército
chino.
Estados Unidos ha insistido en la necesidad de tener diálogo continuo
con China para desarrollar un entendimiento de lo que es un
comportamiento "aceptable" en el ciberespacio. |
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El Descalabro Económico de
Europa Impulsa la Educación Financiera
Las crisis económicas han puesto el foco sobre un abanico de productos y
transacciones financieras tan sofisticadas como desconocidas para el
grueso de los ciudadanos. Escapan a su conocimiento y también a su
comprensión. La complejidad de los entramados financieros y sus vaivenes
han dejado a muchos ciudadanos impotentes, fuera de juego, en el mejor
de los casos. En el peor, les convierte en víctimas endeudadas y hasta
desahuciadas. Esa es una de las razones por las que en todo el mundo
gana fuerza la idea de que la educación financiera se convierta en una
asignatura obligatoria en la escuela primaria. En países como Reino
Unido, los defensores de la educación financiera acaban de lograr que
sus aspiraciones se conviertan en ley. En España, el debate cobra
intensidad sin que se haya alcanzado nada remotamente cercano a un
consenso.
Argumentan los defensores de la introducción de la educación financiera
que hay que dotar a los pequeños ciudadanos de los conocimientos
necesarios para ser capaces de tomar decisiones informadas y, sobre
todo, de defenderse en un mundo financiero crecientemente agresivo. La
idea, explican, es que los alumnos, antes de terminar el colegio, tengan
los conocimientos básicos de finanzas personales y de derechos del
consumidor. Dejar la educación financiera exclusivamente en manos de los
padres, —argumentan— ha demostrado ser insuficiente, a juzgar por la
proliferación de productos tóxicos. Si los padres se han dejado seducir
por las hipotecas basura, difícilmente van a ser capaces de vacunar a
sus hijos contra esos males, sostienen.
“El mundo de las finanzas es, para muchos ciudadanos, sobre todo los de
mayor edad, una caja negra que cuesta entender y valorar”, piensa Sara
de la Rica, catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco.
“Se ha abusado de la ignorancia de la mayoría de los ciudadanos en los
asuntos financieros. Si la población adulta del futuro está más formada
porque desde los 15 años se enfrenta al aprendizaje financiero, será más
difícil que este abuso se repita”, añade De la Rica.
República Checa, Holanda, Australia, Nueva Zelanda, EE.UU., Brasil o
Canadá son algunos de los países que, junto a Reino Unido, han incluido
la educación financiera en sus currículos. “Hemos identificado una clara
tendencia mundial”, indica por teléfono desde París, Flore-Anne Messy,
al frente del programa de alfabetismo financiero de la OCDE, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Explica
también que las crisis han puesto de manifiesto que “en los países de la
OCDE, los conocimientos ciudadanos necesarios para tomar decisiones
adecuadas —sobre sistemas de salud, de pensiones o sobre la educación de
los hijos— son insuficientes”.
Pero el debate no es tan sencillo como podría parecer a primera vista.
Ni el alfabetismo financiero es la solución para todos los males,
advierten los expertos, ni está tan claro cómo introducirlo. ¿Se dedica
una asignatura monográfica? ¿se introduce de forma transversal en otras
materias?
En los países en los que ha habido sondeos se ha detectado que existe
cierto consenso entre profesores, políticos y la ciudadanía. En esencia,
opinan que, de una manera u otra, los conocimientos financieros deben
estar presentes en las aulas. Los planes educativos no acaban, sin
embargo, de cuajar. En Reino Unido ha sido una petición electrónica y la
tenacidad de los activistas la que ha conseguido que las puertas del
Parlamento se abran a la reforma educativa para hacer un hueco a las
finanzas. La petición electrónica, a la que se han sumado más de 100.000
británicos, establece el vínculo entre una crisis creada y los millones
de personas endeudas hasta las orejas. “Las empresas invierten millones
en marketing y en enseñar a sus empleados cómo vender. Ha llegado el
momento de formar también a los compradores”, señala el texto. “Somos
una nación analfabeta financiera, con millones de personas atrapadas en
malas ventas, asfixiadas por los créditos y estafadas”, añade.
En septiembre del año 2014 entrará en vigor en Reino Unido la reforma
que obligará a los alumnos de entre 11 y 14 años a aprender las
funciones y los usos del dinero y, a los de entre los 14 y los 16 años,
las nociones básicas sobre salarios, impuestos, crédito, deuda, riesgos
financieros y productos más sofisticados. Estos conocimientos formarán
parte de las asignaturas de Matemáticas y de Educación para la
Ciudadanía.
“Consideramos que es muy importante crear las habilidades y la seguridad
para poder elegir bien. Ya sea para comprar un sofá o un seguro”,
explica Matt Hartley, de Personal Finance Education Group, una de las
ONG que batalla desde hace 12 años para conseguir que las finanzas se
cuelen en las escuelas británicas. “Nos hubiera gustado que hubiera
sucedido antes, pero las horas lectivas son limitadas. La clave, al
final, ha sido contar con el apoyo de los maestros”. En los últimos
años, los docentes han incorporado contenidos financieros de forma
voluntaria. Desde la organización de Hartley les han apoyado. Después,
ha sido el Gobierno el que ha asumido una realidad que ya existía.
Steinberg: “Las leyes deberían prohibir los productos que oculten
riesgos”
En España no se ha producido, de momento, un cambio equiparable. El
Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el
Ministerio de Educación firmaron un convenio en el año 2010 por el que
pusieron en marcha un proyecto piloto para impartir contenidos
financieros a los alumnos de tercero y cuarto en 30 escuelas.
Para el curso 2012-2013 son ya 411 centros los que participan. En total,
hay 20.000 alumnos en España que reciben este tipo de conocimientos en
Educación para la Ciudadanía, Matemáticas y Ciencias Sociales. El
problema, explican en el Banco de España, es que los docentes se quejan
de que el currículo ya está muy cargado y resultaría muy difícil abrir
hueco a una nueva asignatura. Fernando Tejada, coordinador del Plan de
Educación Financiera del Banco de España, explica que aún es pronto para
valorar la experiencia, aunque sí insiste en “la necesidad de abordar
desde una edad temprana la formación financiera”.
Al margen de esta experiencia piloto, el Partido Popular ha presentado
una proposición que debe debatirse hoy en la Comisión de Hacienda y
Administraciones Públicas del Congreso de los Diputados, y que plantea
enseñar finanzas y fiscalidad en los institutos, con la idea de prevenir
futuros fraudes fiscales. Pero por ahora no hay planes concretos. En el
Ministerio de Educación explican que lo que sí hay ahora es margen para
incluir esos contenidos en las clases de Matemáticas y que con la
reforma venidera, los institutos que quieran tendrán la libertad de
especializarse en Materias Financieras optativas. Algunos expertos consideran que tal vez no sea la cuestión más urgente y
que, en cualquier caso, no tiene sentido dedicar una
asignatura-compartimiento estanco a unos conocimientos que por naturaleza
son multidisciplinares.
“No se puede culpar al consumidor de la crisis”, sostiene Messy, de la
OCDE
Juan José Dolado, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III
de Madrid es uno de ellos. “Yo no lo veo como una asignatura monolítica,
sino que se podría repartir entre varias, como en Matemáticas, donde se
pueden poner ejemplos. No tiene por qué ser abstractas. Pueden ser
ejemplos del ámbito financiero. Cómo interpretar un balance o cómo
calcular un tipo de interés compuesto.
José Gimeno Sacristán, catedrático de Didáctica de la Universidad de
Valencia, cree además, que en España existen otras prioridades
educativas en estos momentos. “Aquí, los chicos no leen, no hablan
idiomas, no saben quién fue Goya”. Y sigue: “Los contenidos financieros
son muy interesantes, pero se podrían incluir en las ciencias sociales.
El problema es que la reforma en ciernes blinda aún más las asignaturas.
Aumenta las fronteras entre las disciplinas y deja menos margen para lo
transversal. Ciencias Sociales se dedica a la geografía y la historia
puras, sin dejar lugar para explicar las finanzas de un país o el debate
del estado de la nación”, cree Gimeno.
El catedrático desconfía de las intenciones de los que con pasión
defienden la implantación de la educación financiera en España. “A las
asociaciones de profesores de Economía les interesa que el currículum se
incline a su favor frente a las humanidades”. “Hay una lucha por
conquistar el espacio educativo. Los distintos grupos de interés pelean
por imponer sus intereses en el currículum. Quieren que salgan
oposiciones y que se contrate a profesores de su ámbito… Los economistas
quieren su parte del pastel”.
Las bondades que se atribuyen a la educación financiera temprana son
tales que algunos estudiosos la consideran crucial para prevenir el
impacto de las crisis. Otros prefieren resaltar las deficiencias del
sistema, como la regulación insuficiente o la falta de castigos para los
especuladores, como grandes causas del descalabro económico de millones
de ciudadanos. “Hay estudios que dicen que los países con educación
financiera son más propicios a burbujas o a situaciones como las de las
preferentes”, sostiene Federico Steinberg, investigador del Real
Instituto Elcano y profesor de Análisis Económico de la Universidad
Autónoma de Madrid. Este economista piensa que “en un mundo ideal, las
leyes deberían prohibir que haya productos especialmente difíciles de
comprender y que oculten riesgos que el consumidor no entiende”, pero
que la realidad es otra. Que por mucho que la legislación europea
obligue, por ejemplo, a que los bancos entreguen un papel en el que se
explica el producto financiero que se va a adquirir, muchos clientes lo
firman sin entenderlo. “Hay cierta evidencia de que las crisis van a
seguir ocurriendo y por lo tanto, lo que hay que intentar es que afecte
lo menos posible a los ciudadanos”. Para eso, defiende, la información y
la formación resultan cruciales. Es necesario, dice, saber que vivimos
en un clima financiero extremadamente volátil y que si los tipos de
interés suben y tu hipoteca es variable, tendrás que pagar mucho más y
que esa suma adicional puede marcar la diferencia entre poder hacer
frente a la hipoteca o tener que volver con la cabeza baja a casa de tus
padres o incluso a la calle.
El pago ‘online’ ha disparado el acceso de los jóvenes a las
transacciones
Messy, la experta de la OCDE, se resiste sin embargo a incidir en la
relación entre la formación financiera y los estragos de las crisis.
Rechaza que toda la responsabilidad recaiga sobre el ciudadano, en lugar
de sobre los especuladores. “No me gusta la causalidad crisis-falta de
conocimientos. Creo que tiene mucho más que ver con la falta de
regulación, de supervisión y de asunción de responsabilidades en el
ámbito financiero. No se puede culpar al consumidor de la crisis. Como
mucho, su ignorancia ha contribuido a empeorar las consecuencias de la
crisis”.
Prueba del creciente interés en la educación financiera es su inclusión
en los test de PISA. El año pasado, se preguntó por primera vez a los
estudiantes de 15 años sobre sus conocimientos
financieros. Los resultados sin embargo, no se conocerán hasta 2014. El
documento marco en el que se justifica la necesidad de este nuevo test
(PISA 2012 Financial Literacy Framework) da por probada la relación
entre el analfabetismo financiero y el agravamiento de las crisis.
Resalta además entre los cambios sociales a los que pretende atender el
estudio “la amplia transferencia del riesgo a los individuos. Muchos
gobiernos están reduciendo las pensiones estatales y algunos también los
sistemas públicos de salud se traslada a los trabajadores la
responsabilidad de ahorrar para su seguridad financiera y su
jubilación”.
El documento incide además en los datos que reflejan que los jóvenes con
mejores conocimientos financieros proceden abrumadoramente de familias
de un nivel sociocultural alto. Por eso, defienden, “es importante
ofrecer educación financiera a los que de otra manera, no tendrían
acceso a ella”. El resurgir de la demanda de conocimientos financieros
obedece además a los hábitos de unos consumidores más jóvenes y que
tienen acceso a productos financieros a una edad cada vez más temprana.
Los estudios de la OCDE indican, por ejemplo, que en Reino Unido, a los
12 años, los chicos ya utilizan las tarjetas de crédito. El pago online
en Internet ha disparado este acceso. “Cada vez empiezan antes, por eso
es necesario educar antes. Entre otras cosas, porque la educación
financiera lo que trata es de modificar hábitos y actitudes y eso es más
fácil cuanto más joven es la gente”.
Bill Clinton pide al
Tribunal Supremo que revoque su ley contra el matrimonio gay
El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ha solicitado al
Tribunal Supremo que revoque una ley que él mismo firmó en 1996 y que
prohíbe el reconocimiento de matrimonios entre personas del mismo sexo a
nivel federal. En una columna publicada por el diario The Washington
Post, Clinton aboga por eliminar una ley “contraria” a los principios de
EE.UU. e “incompatible con la Constitución”.
Clinton escribe que la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) fue aprobada
“en un tiempo muy distinto”. Esta primavera, los nueve jueces de la
máxima instancia judicial del país deberán decidir si la definición de
matrimonio que establece DOMA -como la unión entre un hombre y una
mujer-, es consistente con los principios de igualdad, justicia y
libertad que defiende la Constitución estadounidense.
El expresidente demócrata explica que cuando firmó la ley -después de
medianoche y sin la ceremonia que rodea la aprobación de otras
normativas- emitió un comunicado en el que pedía que la aplicación de la
legislación “no debía entenderse nunca como una excusa para la
discriminación”. “Al leer hoy esas palabras, sé que es mucho peor que
dar una excusa para que se discrimine, la ley en sí es discriminatoria y
debería ser revocada”.
La ley DOMA no prohíbe el matrimonio homosexual -ningún Estado lo había
aprobado en el momento de salir adelante esta ley- pero sí impide
reconocerlo a nivel federal incluso cuando varios Estados lo hayan
legalizado después. En la actualidad, 10 Estados, además del Distrito de
Columbia, han regulado estas uniones. Así, las parejas que se hayan
casado en una de estas jurisdicciones, no pueden acogerse a miles de
leyes federales que limitan beneficios en declaraciones de impuestos,
bajas por enfermedades, pensiones o pólizas de seguros compartidas.
Las palabras de Clinton se unen a las peticiones presentadas la semana
pasada ante la Corte por el presidente, Barack Obama, el Departamento de
Justicia y decenas de organizaciones, políticos y autoridades tanto
demócratas como republicanas han manifestado su rechazo a la norma.
Obama hizo historia el pasado mes de mayo al afirmar que la unión entre
dos personas del mismo sexo “debe ser legal” y la semana pasada dio un
paso más allá, presentando un recurso ante el Tribunal Supremo en el que
se pone de lado de los demandantes contra DOMA. Un año antes, el
Departamento de Justicia anunció que dejaría de aplicar esta ley en los
tribunales.
Clinton equipara en su texto la lucha por los derechos de los
homosexuales con la de otros derechos civiles como la igualdad de todos
los ciudadanos o el derecho a voto de las mujeres. “Nos hemos encontrado
en circunstancias similares las suficientes veces como para reconocer el
camino correcto”, asegura el expresidente, para citar a Abraham Lincoln
“haciéndose la misma pregunta que nosotros ahora”: “No se trata de si
podemos imaginar un país mejor sino si podemos hacerlo mejor”. La
respuesta, dice Clinton, “siempre es que sí”. |
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Abogado defiende a neonazis que
Atacaron a un Habitante de la Calle
El presunto agresor dice que es "comunista" y que llevaba la cabeza
rapada por una dermatitis
El abogado de dos de los cinco supuestos neonazis juzgados en la
Audiencia provincial de Madrid por presuntamente apalear a un indigente
cuando dormía en un fotomatón de Madrid en agosto de 2009 ha asegurado
en su defensa que "la vagancia" y "el constituirse un parásito de lo
decente", en referencia a los sin techo, lleva a la repulsión y a añorar
con "nostalgia tiempos pasados" la ley de vagos y maleantes.
Esta ley
fue aprobada por la II República en 1933 para el "control de mendigos,
rufianes sin oficio conocido y proxenetas", rezaba el texto, que fue
modificado durante el franquismo para incluir a los homosexuales.
Así consta en el escrito de defensa, que añade que "la ocupación de
terreno público por quien no se procura una existencia digna es causa de
rechazo en otras personas que cumplen las leyes". A su juicio, "hoy
empieza a resurgir en círculos políticos que tienden a prohibir la
mendicidad, plaga de nuestras ciudades". "Si el trabajar es un derecho,
también es un deber y la vagancia no está recogida en nuestra Carta
Magna", escribe el letrado, que añade que nadie quiere ver que en su
portal se acumulan despojos, cartones y prendas donde pululan chinches,
pulgas, piojos y hasta ratas. En los pasillos de la Audiencia, el
letrado, Ángel Pelluz, de 90 años, se ha ratificado en sus
manifestaciones y ha asegurado que los vagabundos "no son personas
humanas", a lo que ha añadido que son "cánceres de la sociedad que
deberían ser extirpados". "La mierda siempre se ha recogido", insistió.
Mykhaylo T., alias El Ruso, Javier R.B., María Leticia G.D. e Iván L.G.
se han sentado hoy en el banquillo por un delito de lesiones tras dejar
presuntamente al indigente en coma debido a los fuertes golpes y con la
pérdida del habla por lesiones neurológicas. Se enfrentan a penas de 10
a 12 años de prisión, así como a una indemnización conjunta de 300.000
euros a favor de la víctima. El quinto procesado, Enrique Simón G. C.,
se encuentra en situación de rebeldía.
Según el fiscal, sobre las
tres de la madrugada del 23 de agosto de 2009, los cinco empezaron a
propinar patadas en la cabeza al sin techo, Rafael Santamaría, que
pasaba la noche en un fotomatón en la calle Arcipreste de Hita
(Moncloa). A consecuencia de la agresión, sufrió un fuerte golpe en la
cabeza con hemorragia, del que tardó en curar 541 días. Como secuela, le
ha quedado una alteración cognitiva-conductual que le limita para
cualquier actividad de cierta complejidad.
En su declaración, Javier R.B. ha inculpado a El Ruso, al que ha
asegurado que vio pegar y pisar, "poseído por la ira", al mendigo. En su
declaración, Javier ha relatado que ese día fue a Madrid de fiesta desde
Zaragoza, donde residía en un centro de menores por una condena por
agresión. "Vi cómo El Ruso estaba encima del hombre con cara de poseído
y le estaba pegando. Estaba encima de su cabeza y le estaba pisando y
dando patadas. Estaba con la cara descolocada, llevado por la ira. Los
separé. Fue algo instintivo. Tenía miedo. Solo pensé que la tierra me
tragara. Luego me fui con él porque llevaba una borrachera monumental".
Frente a su versión, Mykhaylo, que en realidad es ucraniano y no ruso,
ha asegurado que iba andando por la calle con un grupo de personas, pasó
junto a un indigente que estaba sentado, "como borracho" y este insultó,
pero "en ningún momento" le agredió. Mykhaylo ha negado que pertenezca a
grupos neonazis con el argumento de que es "comunista" y que su abuelo
murió en la II Guerra Mundial. A preguntas de la fiscal acerca de por
qué llevaba el pelo rapado, ha asegurado que a veces tiene que
cortárselo por una dermatitis seborreica. Y a la pregunta de si "odia a
los mendigos", ha replicado que no odia a nadie. "Siento lástima por
esta persona porque con la crisis o los desahucios esto puede pasarle a
cualquiera", ha asegurado Mykhaylo.
María Leticia G.D. y su novio, Iván L.G., han negado que pegaran al
mendigo, al que vieron insultar a la gente que pasaba. Tras la primera
sesión del juicio, el presidente del Movimiento contra la Intolerancia,
Esteban Ibarra, ha destacado las contradicciones entre los acusados y ha
criticado que en esta causa no se haya investigado si pertenecen a
grupos de extrema derecha. El juicio continua y esta semana declarará la víctima, quien sostiene
que le agredieron en grupo.
Fervor antiargentino en el
referéndum de las Malvinas
La cola fuera del centro de votación más concurrido para el referéndum
celebrado este domingo sobre la continuidad de la soberanía británica en
las islas Malvinas llegó a tener, a las once de la mañana, una extensión
de casi 10 metros. “Larguísima,” fue el comentario de un funcionario
local presente, atónito ante la dimensión del fervor popular.
Una cola de diez metros es un espectáculo en Stanley, la capital de las
Malvinas, cuya población de 2.200 vecinos representa más de tres cuartos
del total de las islas. Ocuparían todos un pequeño rincón del estadio de
River Plate en Buenos Aires, y el 97% de las demás tribunas quedarían
vacías. Pero este domingo los habitantes de este Liliput en el Atlántico
sur se sintieron grandes, aprovechando la primera oportunidad de su
historia de lanzar al mundo un doble mensaje a través del voto popular:
de rechazo a Argentina, cuya Constitución reclama la soberanía sobre las
islas, y de adhesión patriótica a Gran Bretaña.
“Somos más británicos que los británicos,” dijo Barry un jubilado,
eufórico después de emitir su voto. “Ahora van a ver los argentinos.
Desde que la junta militar nos invadió y nos condenó a una guerra en
1982 no nos caen nada bien". Barry, cuya abuela fue una de las tres
víctimas mortales que sufrieron los civiles malvinenses en esa guerra,
lucía un sombrero pintado con los colores rojo, azul y blanco de la
bandera británica. No fue el único que parecía estar participando más en
una fiesta de disfraces que en un solemne acto electoral.
Una familia entera, sin excluir el carrito del bebé, lucía los colores
patrios; una pareja que parecía recién salida del escenario de un
vodevil, de pies a cabeza, también; había hasta un perrito blanco
abrigado contra el frío con una manta con los colores de la bandera. Y
después estaban las camisetas, algunas de ellas exhibiendo “mapas” de
Sudamérica con grandes espacios vacíos donde debería de haber estado
Argentina; otras con mensajes como “Sí, sí, sí existimos” o “Déjanos en
paz, Argentina” o – un juego de palabras cuyo significado nadie se
perdió -- “Falk You, Argentina!”. Banderitas británicas, agitadas por el
viento polar, ondeaban en las casas, en los postes eléctricos, en los
coches.
El mal tiempo no iba a aguar el ambiente fue festivo. Hoy, decían todos,
se iba a oír la voz de los malvinenses y los 60 periodistas extranjeros
que acudieron a las islas para cubrir el referéndum, varios de ellos
argentinos, la iban a transmitir por el mundo. Entrevistar a un votante
fue igual a entrevistarlos a todos. Uno tras otro ofrecía solo leves
variaciones sobre el tema probritánico, antiargentino de Barry, el
jubilado, que dijo haber nacido y vivido toda su vida en las Malvinas,
como la mitad de los habitantes de las islas. Los demás provienen de
Gran Bretaña, o de la también remota isla atlántica de Santa Elena, o
–un 5%– de Chile.
La pregunta a la que los 1.600 votantes registrados tenían que responder
con un sí o con un no era, “¿Desea usted que las Islas Falklands
retengan su actual estatus político como territorio de ultramar de Reino
Unido?”. Según la evidencia visible entre los que acudieron a las urnas
y según los sondeos hechos por los periodistas extranjeros, que entre
ellos entrevistaron a un alto porcentaje de la población, la respuesta
que se recibirá el lunes por la tarde, después de que se cierren las
urnas, será un contundente sí. Si hubiese algún no, la presunción
general es que representará un sector minoritario joven que no vivió la
guerra de 1982 y que aspira a la independencia, no a la soberanía
argentina.
Se decidió celebrar el voto a lo largo de dos días por si las
condiciones climáticas dificultasen el transporte de las urnas a Stanley
para el recuento final. Algunos de los lugares donde residen los
votantes registrados –tienen que haber vivido un mínimo de siete años en
las islas para poder participar en el referéndum– son extremadamente
remotos. Las Malvinas contienen 760 islas cuyo tamaño total es igual al
del estado de Connecticut en Estados Unidos.
Pero solo se ha votado en las dos islas más grandes, conocidas pos los
isleños como East Falkland y West Falkland, ambas de dimensiones
similares, con la diferencia de que en West Falkland solo viven 100
personas, algunas de ellas solas con sus ovejas en tierras inhóspitas,
pantanosas en las que no hay árboles porque el constante, lacerante
viento no les da tiempo a crecer. Se abrieron establecieron cuatro
centros de votación en las dos islas pero porque varios de estos
ermitaños campestres no poseen vehículos se creó un sistema de “urnas
móviles”, transportadas por cuatro Land Rovers a todos los lugares donde
hay vida humana.
Aún así, el 60% del total de los votantes registrados había acudido a
las urnas a mediodía del domingo y se calculaba que quedarían pocos por
contar el lunes. Nadie esperaba una sorpresa, mucho menos el Gobierno
argentino, que ha calificado todo el ejercicio de “ridículo”,
“irrelevante” e “ilegítimo”. La Constitución del país vecino, y más
cercano, lo dice bien claro: las Malvinas son argentinas,
independientemente de los deseos de sus habitantes.
Héctor Timmerman, el canciller argentino, declaró a los medios durante
una visita a Londres en enero que el referéndum en las Malvinas no
significaba “nada”. La posición de su Gobierno, aclaró, era que se
debían de respetar “los intereses” de los habitantes de las islas, pero
no “sus deseos”, “Sus intereses son, por ejemplo, su estilo de vida, su
derecho a tener su propio idioma”, “Pero sus deseos de soberanía
británica son deseos imposibles porque las Malvinas pertenecen a
Argentina y ese es un hecho ni negociable, ni discutible”.
Para el Gobierno británico, en cambio, los deseos de los isleños son
determinantes. Mientras ellos quieran formar parte de Reino Unido, Reino
Unido les apoyará.
En la práctica estas islas prácticamente despobladas —salvo la capital,
Port Stanley, donde residen 2.500 personas— han pertenecido a Reino
Unido desde 1833. El argumento de proximidad geográfica lo tiene ganado
Argentina, pero el argumento militar, en el que a fin de cuentas se
sustenta la soberanía británica, lo perdió en la guerra de las Malvinas
de 1982. El argumento político también favorece a la opción británica y
el objetivo de fondo del referéndum de hoy consiste en lanzar un mensaje
propagandístico al mundo que sustente el principio de autodeterminación
de los habitantes de las islas.
El canciller británico, William Hague, expresó la política británica el
mes pasado de la siguiente manera: “A lo largo de nueve generaciones la
población de las Falklands se ha esforzado por establecer su lugar en el
mundo y su voz merece ser escuchada. Con esto en mente, doy la
bienvenida al referéndum que se va a celebrar en marzo. Esta será una
oportunidad para que la gente de las islas Falklands exprese sus
opiniones sobre cómo desean ser gobernados, y de manera democrática sin
que nadie más hable por ellos. Tienen el apoyo total del Gobierno
británico”.
Lo tienen y lo saben. El Gobierno argentino de Cristina Kirchner, en
cambio, es visto por la abrumadora mayoría de los malvinenses como el
enemigo. El idioma español también. A la llegada al aeropuerto de Mount
Pleasant, una base militar a 55 kilómetros de Port Stanley, los
pasajeros que llegan de fuera de las islas ven un cartel que les avisa,
en inglés, de que están entrando en un área sujeta al Acta de Secretos
Oficiales Británica, a cuyas reglas se deben someter. Debajo hay una
traducción al español. O una especie de traducción. Dice, entre otras
cosas, que “se debe obedecer las instrucciones que se ha promulgado bajo
de la autridad (sic) del comandante militar británico” y “si tenga alguna
pregunta respecto al sentido de dicho acto no vacila en solicitar
información”.
Con esas palabras, y con esa gramática, está casi todo dicho.
La libertad del pueblo de Cuba depende de nosotros, los
cubanos expresa Berta Soler
La líder del movimiento cubano "Las Damas de
Blanco" Berta Soler
Entra en el auditorio vestida de blanco, con la mano en alto y haciendo
el símbolo de una 'L' con los dedos. Una imagen tan poderosa que no le
hace falta decir nada para recibir los aplausos de un público en pie,
que capta en seguida que ese signo de sus manos significa "libertad".
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco -el grupo de mujeres que tras
la 'primavera negra' de 2003 en Cuba se manifiesta cada domingo para
pedir la libertad de los presos políticos- ha dado por primera vez una
conferencia fuera de su isla. Y lo ha hecho en la Casa de América de
Madrid, donde ha confesado que le resulta "muy doloroso" ver "el
contraste entre ambos países".
Soler considera que lo único que ha hecho Raúl Castro ha sido
"maquillar" la imagen de su Gobierno de cara al exterior. Pero que se
trata tan sólo de eso, de cosmética, porque en la realidad, en el día a
día "nada ha cambiado en la isla". "Siguen encarcelando y golpeando. Dos
damas de blanco están ahora mismo detenidas, sin haber tenido un juicio.
El régimen castrista cada día fortalece su brazo represivo y usa más la
violencia", ha afirmado.
Y frente a esas armas del Gobierno, las mujeres de blanco combaten
vestidas de ese color -"símbolo de la paz, la pureza y la justicia"- y
con gladiolos -"que representan a la familia"-. "Somos pacíficas. Vamos
todos los domingos a pedir a Cristo por nuestros seres queridos, a
ejercer nuestra libertad religiosa. Y el Gobierno no lo permite. Cada
fin de semana lleva a 30 o 40 damas de blanco a los calabozos, donde son
vejadas. Nos tienen miedo porque somos mujeres preparadas y la razón
está de nuestro lado", ha leído, nerviosa por esta primera comparecencia
ante un auditorio nuevo, Berta Soler.
Cuando no le ha temblado la voz ha sido cuando se ha levantado para
gritar "¡Cuba sí, Castro no. Libertad!". Porque lo que pide ella, en
nombre de todas las Damas de Blanco, es "una Cuba nueva en la que exista
democracia y libertad. Y la libertad del pueblo depende de nosotros, los
cubanos".
Esta 'Dama' -cuya asociación recibió en 2005 el Premio Sájarov del
Parlamento Europeo por su lucha por la libertad y la dignidad humana,
entre otros reconocimientos- aclara que "estoy aquí, en Madrid, por la
presión de la política internacional, no por un gesto de buena voluntad
del Gobierno cubano".
En su intervención ha estado arropada por Blanca Reyes, dama de blanco
en el exilio, y por la ex presidenta de la Comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, quien ha expresado su compromiso y admiración por
estas mujeres, a quienes ha definido como "las más destacadas defensoras
de la libertad en la isla contra la larga tiranía de los Castro".
Pero pese a la contundencia de los argumentos de Berta Soler, de quien
habla creyendo en lo que dice, no todos están de acuerdo con sus
palabras. Es el caso del Presidente de la Federación de Asociaciones
Cubanos Emigrantes en España, Luís Pérez Hernández, que interrumpió el
acto para señalar que "las Damas de Blanco no nos representan, no todos
los cubanos exiliados somos disidentes y no es verdad que el régimen no
haya abierto la mano. Ahora podemos entrar y salir de la isla
fácilmente". |