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El Imparcial                                                                                                                                                                        Edición Nº 12.449-29 Fecha: 03-15-2013 

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INTERNACIONAL

 

Europa salva al euro, pero pierde a los ciudadanos
 

José Ignacio Torreblanca
 


Ciudadanos esperan para recibir comida gratuita,

en Atenas.


El euro necesitaba dos cosas para salvarse: una decisión política clara que pusiera fin a las especulaciones sobre su futuro y un instrumento financiero que hiciera creíble esa promesa. En 2012, tras varios años de dudas, torpezas y errores, los líderes europeos hicieron las dos cosas: por un lado, la Canciller alemana, Angela Merkel, aceptó iniciar el camino hacia una unión bancaria; por otro, el presidente del BCE, Mario Draghi, logró la autorización para comprar en los mercados cuanta deuda fuera necesaria para salvar al euro. Estas dos decisiones sacaron al euro del precipicio en el que se encontraba y lo situaron en una senda de estabilidad desconocida durante los últimos años.
De la solidez adquirida por el euro, al menos temporalmente, habla el muy reducido impacto del caos poselectoral italiano. Recordemos el shock que en octubre de 2011 produjo la decisión de Yorgos Papandreu de convocar un referéndum para convalidar o rechazar las políticas de ajuste dictadas por la Troika; su anuncio disparó algunos de los índices de incertidumbre que manejan los analistas financieros hasta cotas superiores a las que siguieron a los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. Y no olvidemos tampoco las elecciones griegas de junio de 2012, cuando la perspectiva de una victoria de la coalición de izquierdas representada por Syriza fue planteada en términos de "Armagedón financiero". Sin duda que Italia es un caos, pero el euro resiste, al menos por el momento.
Pero el resultado italiano, a la vez que de la fortaleza del euro, habla de la debilidad política de Europa y señala una crisis de legitimidad que peligrosamente se está abriendo camino de elección en elección. Los datos del Eurobarómetro, el sondeo de opinión que la Comisión Europea elabora semestralmente, indican con toda claridad hasta qué punto la crisis ha deteriorado la confianza de los ciudadanos en la Unión Europea. En países como España, la confianza "neta" en la UE (una medida que resta el porcentaje los que desconfían de los que confían) era en 2007, antes de que comenzara la crisis, de 42 puntos (65% que confiaban frente a 23% que desconfiaban). Hoy, sin embargo, se ha trasformado en una desconfianza neta de 52 puntos (72% que desconfía frente a sólo 20% que confía). Un desplome espectacular.
Este trayecto desde los 42 puntos de confianza a los 52 puntos de desconfianza obliga a una reflexión en profundidad, especialmente en un país tradicionalmente tan europeísta como España. Pero a tenor de los datos del gráfico adjunto, donde se muestra que el fenómeno se extiende a todos los países de la eurozona, la reflexión la deberemos hacer de forma colectiva, no sólo en clave española. En Grecia, Irlanda, Portugal, Irlanda, Chipre, la UE es vista con una desconfianza tan abrumadora como la que observamos en España. Significativamente, sin embargo, este auge de la desconfianza en la UE tiene lugar no sólo en los países deudores, sino en los países acreedores o en mejor situación financiera: en Alemania, Austria, Francia, Países Bajos o Finlandia la gente tampoco confía en la UE. Claramente, la desconfianza no es sólo sobre la UE sino de unos países y ciudadanos sobre otros. En la situación actual, todos parecen perder y nadie gana.
Nos encontramos pues ante un importante problema de legitimidad. Un sistema político no puede beneficiar a todo el mundo todo el tiempo. Gobernar es elegir, asignar prioridades, tomar decisiones dolorosas, beneficiar a unos a costa de otros. La legitimidad se refiere a la aceptación por parte de los ciudadanos de las decisiones de su sistema político que les son desfavorables. Esa aceptación puede deberse a un sentimiento de pertenencia a un grupo más amplio, a consideraciones de justicia o equidad o bien a la conformidad con el procedimiento de adopción de esas decisiones. En el ámbito europeo, donde la identidad colectiva, los valores comunes y los procedimientos democráticos son todavía muy incipientes, la legitimidad ha venido sobre todo de la mano del desempeño económico: a mayor crecimiento económico, mayor apoyo popular a la integración europea, y viceversa. Eso supone que la reserva de legitimidad del sistema, al estar casi exclusivamente asociada al crecimiento económico es débil y tiende a agotarse rápidamente en situaciones de crisis.
Eso es lo que estamos viviendo ahora. Por un lado, aunque las políticas de austeridad pueden estar teniendo éxito a la hora de controlar los déficits (no así para reducir la deuda), no producen crecimiento ni empleo por lo que no consiguen generar el apoyo ciudadano que necesitan para sustentarse. Y lo que es peor: al forzar a los gobiernos a violar sistemáticamente las promesas electorales bajo las cuales fueron elegidos y gobernar con las mismas políticas independientemente de su color político, socavan también la legitimidad de los sistemas políticos nacionales. Como vemos en los países intervenidos, los sistemas políticos se desgastan (como en España y Portugal), o se descomponen (como en Grecia e Italia). Mientras, al otro lado, en los países acreedores, como tampoco hay crecimiento económico, la sensación dominante es que los países del sur son un pesado lastre que absorbe sus escasos recursos y ralentiza su progreso.
Es con estos mimbres de desafección y desconfianza tan deteriorados con los que la UE debe completar una integración política y económica imprescindible. El euro se ha salvado, pero no sobrevivirá a largo plazo sin una unión bancaria que incluya mecanismos de resolución de crisis y garantías de depósitos paneuropeos. Ni lo hará sin un presupuesto que merezca tal nombre, la mutualización de la deuda y una coordinación mucho más efectiva de las políticas económicas.
Pero esas decisiones requieren exactamente aquello de lo que Europa carece hoy: confianza en la UE y confianza recíproca. Para que Europa funcione, los ciudadanos, del norte y del sur, de países acreedores y deudores, centro y periferia, tienen que estar dispuestos a dotar a las instituciones europeas de los instrumentos financieros adecuados y, en paralelo, de instancias de gobierno eficaces y a la vez legítimas desde el punto de vista democrático. Pero para que los impuestos de un ciudadano alemán respalden los depósitos de un ahorrador español y los impuestos de un ahorrador español los de uno griego o portugués, necesitamos una confianza en Europa de la que hoy por hoy carecemos.
En junio de 2014, dentro de poco más de un año, Europa llamará a sus ciudadanos a las urnas. Si para entonces no se ha restaurado la confianza de los ciudadanos en la UE, la sorpresa puede ser bastante desagradable. Salvar al euro era imprescindible, pero el euro es un medio, no un fin, el fin son los ciudadanos: un euro sin ellos no tiene mucho sentido.
 


Euforia británica en las Malvinas
 

 

Un 98,8% de los ciudadanos de las islas votan a favor de seguir siendo Gran Bretaña


En las Islas Malvinas reina el pensamiento único. El referéndum celebrado el domingo y el lunes sobre la continuidad del vínculo que une las islas a Gran Bretaña desde 1833, y el rechazo implícito al reclamo argentino de soberanía sobre las Malvinas, dio esa noche un resultado abrumador. El 98,8 por ciento de los malvinenses quieren seguir siendo británicos.
La pregunta fue: “¿Desea usted que las Islas Falklands [el nombre en versión inglesa de las Malvinas] retengan su actual estatus político como territorio de ultramar del Reino Unido?”. La respuesta de 1.513 de los 1.517 personas que votaron fue que sí; tres votaron “no”, y un voto fue impugnado. Que el “sí” ganaría, y que lo haría por un amplio margen, nunca estuvo en duda. Pero que solo tres de 1.517 votaran en contra, aunque la presunción general es que el trío solitario se expresaba a favor de la independencia y no de la soberanía argentina, causó sorpresa y alegría en el salón municipal donde se anunció el resultado del referéndum y donde estaban congregadas las figuras políticas más relevantes de las islas junto a unos 60 periodistas extranjeros.
En las calles de Stanley, de 2.200 habitantes (más de tres cuartos de la población total de las islas), estalló la euforia. La mitad de la pequeña ciudad se había reunido en una plaza verde frente al mar y el ambiente festivo recordó más al de una victoria en un Mundial de fútbol que el de un triunfo electoral. La idiosincrasia de este voto fue que todos, o prácticamente todos, ganaron. Gritos de júbilo, de auto felicitación colectiva, llenaron el gélido aire nocturno al oírse el resultado del voto y cuando, inmediatamente después, sonó por un altavoz la canción We are the champions, del grupo británico Queen, todos cantaron en unísono, ondeando banderas británicas al compás de la música.
El gran perdedor, o así lo interpretaron los malvinenses, fue el gobierno argentino. Nada más concluida la canción un señor se subió al podio, cogió un micrófono y se dirigió, en tono despectivo, a la presidenta de Argentina. “Señora Kirchner! ¿Nos escucha? ¡Esta noche usted ha oído la voz de la gente de las Falklands!” Aplausos, gritos y abucheos a la presidenta. “Cristina” prosiguió el portavoz popular, “Usted dice que nosotros somos gente ‘implantada’. Pues no. Llevamos generaciones aquí. Nuestras familias llegaron en los 1830’s, 1850’s. ¡No somos implantados!”
Se refería el locutor, y el público lo sabía muy bien, a la posición oficial argentina que mantiene que el referéndum ha sido “ilegítimo” e “irrelevante” porque los habitantes de las Malvinas no representan un pueblo autóctono, sino una “población implantada.”
Jan Cheek, miembro de la asamblea legislativa – o parlamento -- de las Malvinas, reaccionó a la noticia del resultado en el salón municipal de Stanley “encantada”, dijo. Preguntada qué opinión tenía de aquellos que dicen que gente como ella no pertenecen auténticamente a la tierra donde residen, respondió: “Yo tengo 65 años, nací y me crié aquí. Soy una isleña de sexta generación. Mis nietos son de octava generación. El canciller argentino, Héctor Timmerman, solo es de segunda generación en su país. La Señora Kirchner entiendo que es de segunda o tercera generación. ¿Quiénes son ellos para hablar de ‘implantados’ en el continente americano?”
La señora Cheek, que pertenece a un ejecutivo de tres legisladores electos que ejerce el autogobierno sobre las islas, explicó que el objetivo del referéndum, ampliamente cumplido, había sido enviar un mensaje al mundo, ya que hasta ahora “todo había sido propaganda argentina”. “Queremos que otros países democráticos reconozcan nuestra voz y respeten nuestros deseos.”
Estará por ver el impacto el que referéndum tendrá en el ámbito internacional pero está claro que aquellos a favor de mantener la soberanía británica sobre las islas han recibido una útil arma diplomática y que, al menos en el corto plazo, el resultado extraordinariamente contundente del referéndum representa un golpe al gobierno argentino.
Tampoco podrá argumentar el gobierno argentino que hubo fraude y manipulación en el voto. Lo normal cuando uno ve un resultado electoral que da el 98,8 por ciento al régimen en el poder es suponer que se trata de una dictadura burda, tirana y bananera. Pero en esta caso un grupo de observadores electorales internacionales e independientes, procedentes la mayor parte de ellos de las Américas, declararon nada más conocerse el resultado que el proceso había sido “libre y transparente”.
Más que una elección en la que se representan diversos puntos de vista, fue en realidad un ejercicio de propaganda probritánica y anti argentina. Pero se basó en una ahora innegable verdad. Fue una fiel expresión de los deseos de los habitantes de las Islas Malvinas. Y no solo ellos estaban celebrando. De manera más discreta, y a 12.000 kilómetros de distancia, también lo celebraba el gobierno de Londres.


 

Barack Obama: 'Algunos ataques cibernéticos están patrocinados por estados'

 

 

El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó en una entrevista difundida este miércoles que algunos ataques cibernéticos contra infraestructuras y empresas estadounidenses son patrocinados por otros estados.  Preguntado por las declaraciones del presidente del Comité de Inteligencia, Mike Rogers, que señaló hace unas semanas que China ha iniciado una guerra de ciberespionaje contra Estados Unidos, Obama advirtió en contra de la retórica belicosa.
"Siempre hay que tener cuidado con las analogías de la guerra porque hay una gran diferencia entre que se involucren en ciberespionaje o ciberataques y, evidentemente, una guerra", dijo Obama.
"Lo que es absolutamente cierto es que hemos visto un aumento constante de las amenazas a la seguridad cibernética", afirmó el mandatario, que apuntó que algunas son patrocinadas por otros gobiernos. "Algunas son patrocinadas por el estado. Algunas son patrocinadas simplemente por delincuentes", dijo Obama, que instó al Congreso a tomar medidas para reforzar la seguridad en contra de estos ataques.
Obama señaló que estos ciberataques causan miles de millones de pérdidas por los secretos industriales sustraídos, lo que puede poner a Estados Unidos en una posición de "desventaja competitiva" en el mercado internacional, dijo.
En este sentido, Obama afirmó que "hemos dejado muy claro a China y algunos otros actores estatales que esperamos que sigan las normas internacionales y cumplan con las normas internacionales".
El presidente afirmó que han tenido algunas "duras conversaciones" sobre el tema con estos países y que continuarán dialogando sobre el asunto.
Reunión en la Casa Blanca
Las declaraciones de Obama se producen un día después de que el director nacional de Inteligencia, James Clapper, presentara el informe anual sobre amenazas contra Estados Unidos en el que la amenaza cibernética fue una de las principales.
Obama se reunirá en la Casa Blanca con un grupo de directivos de empresas para analizar cómo pueden trabajar conjuntamente el Gobierno y el sector privado para mejorar la seguridad de Internet y las bases de datos susceptibles de ser atacadas.
El presidente Obama firmó en febrero un decreto para mejorar la protección de la infraestructura nacional contra ataques cibernéticos. La orden ejecutiva tiene entre sus objetivos mejorar el intercambio de información de seguridad cibernética entre las empresas del sector privado y el Gobierno federal.
En esa oportunidad Obama instó al Congreso a que apruebe pronto una legislación que "dé a nuestro Gobierno una mayor capacidad para resguardar nuestras redes y eviten ataques".
El mes pasado la empresa Mandiant, especializada en seguridad en Internet, publicó un informe que indicaba que buena parte de los ciberataques contra EE.UU. tienen su origen en una unidad del Ejército chino.
Estados Unidos ha insistido en la necesidad de tener diálogo continuo con China para desarrollar un entendimiento de lo que es un comportamiento "aceptable" en el ciberespacio.

 

El Descalabro Económico de Europa Impulsa la Educación Financiera



Las crisis económicas han puesto el foco sobre un abanico de productos y transacciones financieras tan sofisticadas como desconocidas para el grueso de los ciudadanos. Escapan a su conocimiento y también a su comprensión. La complejidad de los entramados financieros y sus vaivenes han dejado a muchos ciudadanos impotentes, fuera de juego, en el mejor de los casos. En el peor, les convierte en víctimas endeudadas y hasta desahuciadas. Esa es una de las razones por las que en todo el mundo gana fuerza la idea de que la educación financiera se convierta en una asignatura obligatoria en la escuela primaria. En países como Reino Unido, los defensores de la educación financiera acaban de lograr que sus aspiraciones se conviertan en ley. En España, el debate cobra intensidad sin que se haya alcanzado nada remotamente cercano a un consenso.
Argumentan los defensores de la introducción de la educación financiera que hay que dotar a los pequeños ciudadanos de los conocimientos necesarios para ser capaces de tomar decisiones informadas y, sobre todo, de defenderse en un mundo financiero crecientemente agresivo. La idea, explican, es que los alumnos, antes de terminar el colegio, tengan los conocimientos básicos de finanzas personales y de derechos del consumidor. Dejar la educación financiera exclusivamente en manos de los padres, —argumentan— ha demostrado ser insuficiente, a juzgar por la proliferación de productos tóxicos. Si los padres se han dejado seducir por las hipotecas basura, difícilmente van a ser capaces de vacunar a sus hijos contra esos males, sostienen.
“El mundo de las finanzas es, para muchos ciudadanos, sobre todo los de mayor edad, una caja negra que cuesta entender y valorar”, piensa Sara de la Rica, catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco. “Se ha abusado de la ignorancia de la mayoría de los ciudadanos en los asuntos financieros. Si la población adulta del futuro está más formada porque desde los 15 años se enfrenta al aprendizaje financiero, será más difícil que este abuso se repita”, añade De la Rica.
República Checa, Holanda, Australia, Nueva Zelanda, EE.UU., Brasil o Canadá son algunos de los países que, junto a Reino Unido, han incluido la educación financiera en sus currículos. “Hemos identificado una clara tendencia mundial”, indica por teléfono desde París, Flore-Anne Messy, al frente del programa de alfabetismo financiero de la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Explica también que las crisis han puesto de manifiesto que “en los países de la OCDE, los conocimientos ciudadanos necesarios para tomar decisiones adecuadas —sobre sistemas de salud, de pensiones o sobre la educación de los hijos— son insuficientes”.
Pero el debate no es tan sencillo como podría parecer a primera vista. Ni el alfabetismo financiero es la solución para todos los males, advierten los expertos, ni está tan claro cómo introducirlo. ¿Se dedica una asignatura monográfica? ¿se introduce de forma transversal en otras materias?
En los países en los que ha habido sondeos se ha detectado que existe cierto consenso entre profesores, políticos y la ciudadanía. En esencia, opinan que, de una manera u otra, los conocimientos financieros deben estar presentes en las aulas. Los planes educativos no acaban, sin embargo, de cuajar. En Reino Unido ha sido una petición electrónica y la tenacidad de los activistas la que ha conseguido que las puertas del Parlamento se abran a la reforma educativa para hacer un hueco a las finanzas. La petición electrónica, a la que se han sumado más de 100.000 británicos, establece el vínculo entre una crisis creada y los millones de personas endeudas hasta las orejas. “Las empresas invierten millones en marketing y en enseñar a sus empleados cómo vender. Ha llegado el momento de formar también a los compradores”, señala el texto. “Somos una nación analfabeta financiera, con millones de personas atrapadas en malas ventas, asfixiadas por los créditos y estafadas”, añade.
En septiembre del año 2014 entrará en vigor en Reino Unido la reforma que obligará a los alumnos de entre 11 y 14 años a aprender las funciones y los usos del dinero y, a los de entre los 14 y los 16 años, las nociones básicas sobre salarios, impuestos, crédito, deuda, riesgos financieros y productos más sofisticados. Estos conocimientos formarán parte de las asignaturas de Matemáticas y de Educación para la Ciudadanía.

“Consideramos que es muy importante crear las habilidades y la seguridad para poder elegir bien. Ya sea para comprar un sofá o un seguro”, explica Matt Hartley, de Personal Finance Education Group, una de las ONG que batalla desde hace 12 años para conseguir que las finanzas se cuelen en las escuelas británicas. “Nos hubiera gustado que hubiera sucedido antes, pero las horas lectivas son limitadas. La clave, al final, ha sido contar con el apoyo de los maestros”. En los últimos años, los docentes han incorporado contenidos financieros de forma voluntaria. Desde la organización de Hartley les han apoyado. Después, ha sido el Gobierno el que ha asumido una realidad que ya existía.
Steinberg: “Las leyes deberían prohibir los productos que oculten riesgos”
En España no se ha producido, de momento, un cambio equiparable. El Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Ministerio de Educación firmaron un convenio en el año 2010 por el que pusieron en marcha un proyecto piloto para impartir contenidos financieros a los alumnos de tercero y cuarto en 30 escuelas. Para el curso 2012-2013 son ya 411 centros los que participan. En total, hay 20.000 alumnos en España que reciben este tipo de conocimientos en Educación para la Ciudadanía, Matemáticas y Ciencias Sociales. El problema, explican en el Banco de España, es que los docentes se quejan de que el currículo ya está muy cargado y resultaría muy difícil abrir hueco a una nueva asignatura. Fernando Tejada, coordinador del Plan de Educación Financiera del Banco de España, explica que aún es pronto para valorar la experiencia, aunque sí insiste en “la necesidad de abordar desde una edad temprana la formación financiera”.
Al margen de esta experiencia piloto, el Partido Popular ha presentado una proposición que debe debatirse hoy en la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas del Congreso de los Diputados, y que plantea enseñar finanzas y fiscalidad en los institutos, con la idea de prevenir futuros fraudes fiscales. Pero por ahora no hay planes concretos. En el Ministerio de Educación explican que lo que sí hay ahora es margen para incluir esos contenidos en las clases de Matemáticas y que con la reforma venidera, los institutos que quieran tendrán la libertad de especializarse en Materias Financieras optativas. Algunos expertos consideran que tal vez no sea la cuestión más urgente y que, en cualquier caso, no tiene sentido dedicar una asignatura-compartimiento estanco a unos conocimientos que por naturaleza son multidisciplinares.
“No se puede culpar al consumidor de la crisis”, sostiene Messy, de la OCDE
Juan José Dolado, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid es uno de ellos. “Yo no lo veo como una asignatura monolítica, sino que se podría repartir entre varias, como en Matemáticas, donde se pueden poner ejemplos. No tiene por qué ser abstractas. Pueden ser ejemplos del ámbito financiero. Cómo interpretar un balance o cómo calcular un tipo de interés compuesto.
José Gimeno Sacristán, catedrático de Didáctica de la Universidad de Valencia, cree además, que en España existen otras prioridades educativas en estos momentos. “Aquí, los chicos no leen, no hablan idiomas, no saben quién fue Goya”. Y sigue: “Los contenidos financieros son muy interesantes, pero se podrían incluir en las ciencias sociales. El problema es que la reforma en ciernes blinda aún más las asignaturas. Aumenta las fronteras entre las disciplinas y deja menos margen para lo transversal. Ciencias Sociales se dedica a la geografía y la historia puras, sin dejar lugar para explicar las finanzas de un país o el debate del estado de la nación”, cree Gimeno.
El catedrático desconfía de las intenciones de los que con pasión defienden la implantación de la educación financiera en España. “A las asociaciones de profesores de Economía les interesa que el currículum se incline a su favor frente a las humanidades”. “Hay una lucha por conquistar el espacio educativo. Los distintos grupos de interés pelean por imponer sus intereses en el currículum. Quieren que salgan oposiciones y que se contrate a profesores de su ámbito… Los economistas quieren su parte del pastel”.
Las bondades que se atribuyen a la educación financiera temprana son tales que algunos estudiosos la consideran crucial para prevenir el impacto de las crisis. Otros prefieren resaltar las deficiencias del sistema, como la regulación insuficiente o la falta de castigos para los especuladores, como grandes causas del descalabro económico de millones de ciudadanos. “Hay estudios que dicen que los países con educación financiera son más propicios a burbujas o a situaciones como las de las preferentes”, sostiene Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano y profesor de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid. Este economista piensa que “en un mundo ideal, las leyes deberían prohibir que haya productos especialmente difíciles de comprender y que oculten riesgos que el consumidor no entiende”, pero que la realidad es otra. Que por mucho que la legislación europea obligue, por ejemplo, a que los bancos entreguen un papel en el que se explica el producto financiero que se va a adquirir, muchos clientes lo firman sin entenderlo. “Hay cierta evidencia de que las crisis van a seguir ocurriendo y por lo tanto, lo que hay que intentar es que afecte lo menos posible a los ciudadanos”. Para eso, defiende, la información y la formación resultan cruciales. Es necesario, dice, saber que vivimos en un clima financiero extremadamente volátil y que si los tipos de interés suben y tu hipoteca es variable, tendrás que pagar mucho más y que esa suma adicional puede marcar la diferencia entre poder hacer frente a la hipoteca o tener que volver con la cabeza baja a casa de tus padres o incluso a la calle.
El pago ‘online’ ha disparado el acceso de los jóvenes a las transacciones
Messy, la experta de la OCDE, se resiste sin embargo a incidir en la relación entre la formación financiera y los estragos de las crisis. Rechaza que toda la responsabilidad recaiga sobre el ciudadano, en lugar de sobre los especuladores. “No me gusta la causalidad crisis-falta de conocimientos. Creo que tiene mucho más que ver con la falta de regulación, de supervisión y de asunción de responsabilidades en el ámbito financiero. No se puede culpar al consumidor de la crisis. Como mucho, su ignorancia ha contribuido a empeorar las consecuencias de la crisis”.
Prueba del creciente interés en la educación financiera es su inclusión en los test de PISA. El año pasado, se preguntó por primera vez a los estudiantes de 15 años sobre sus conocimientos financieros. Los resultados sin embargo, no se conocerán hasta 2014. El documento marco en el que se justifica la necesidad de este nuevo test (PISA 2012 Financial Literacy Framework) da por probada la relación entre el analfabetismo financiero y el agravamiento de las crisis. Resalta además entre los cambios sociales a los que pretende atender el estudio “la amplia transferencia del riesgo a los individuos. Muchos gobiernos están reduciendo las pensiones estatales y algunos también los sistemas públicos de salud se traslada a los trabajadores la responsabilidad de ahorrar para su seguridad financiera y su jubilación”.
El documento incide además en los datos que reflejan que los jóvenes con mejores conocimientos financieros proceden abrumadoramente de familias de un nivel sociocultural alto. Por eso, defienden, “es importante ofrecer educación financiera a los que de otra manera, no tendrían acceso a ella”. El resurgir de la demanda de conocimientos financieros obedece además a los hábitos de unos consumidores más jóvenes y que tienen acceso a productos financieros a una edad cada vez más temprana. Los estudios de la OCDE indican, por ejemplo, que en Reino Unido, a los 12 años, los chicos ya utilizan las tarjetas de crédito. El pago online en Internet ha disparado este acceso. “Cada vez empiezan antes, por eso es necesario educar antes. Entre otras cosas, porque la educación financiera lo que trata es de modificar hábitos y actitudes y eso es más fácil cuanto más joven es la gente”.


Bill Clinton pide al Tribunal Supremo que revoque su ley contra el matrimonio gay

 


El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ha solicitado al Tribunal Supremo que revoque una ley que él mismo firmó en 1996 y que prohíbe el reconocimiento de matrimonios entre personas del mismo sexo a nivel federal. En una columna publicada por el diario The Washington Post, Clinton aboga por eliminar una ley “contraria” a los principios de EE.UU. e “incompatible con la Constitución”.
Clinton escribe que la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) fue aprobada “en un tiempo muy distinto”. Esta primavera, los nueve jueces de la máxima instancia judicial del país deberán decidir si la definición de matrimonio que establece DOMA -como la unión entre un hombre y una mujer-, es consistente con los principios de igualdad, justicia y libertad que defiende la Constitución estadounidense.
El expresidente demócrata explica que cuando firmó la ley -después de medianoche y sin la ceremonia que rodea la aprobación de otras normativas- emitió un comunicado en el que pedía que la aplicación de la legislación “no debía entenderse nunca como una excusa para la discriminación”. “Al leer hoy esas palabras, sé que es mucho peor que dar una excusa para que se discrimine, la ley en sí es discriminatoria y debería ser revocada”.
La ley DOMA no prohíbe el matrimonio homosexual -ningún Estado lo había aprobado en el momento de salir adelante esta ley- pero sí impide reconocerlo a nivel federal incluso cuando varios Estados lo hayan legalizado después. En la actualidad, 10 Estados, además del Distrito de Columbia, han regulado estas uniones. Así, las parejas que se hayan casado en una de estas jurisdicciones, no pueden acogerse a miles de leyes federales que limitan beneficios en declaraciones de impuestos, bajas por enfermedades, pensiones o pólizas de seguros compartidas.
Las palabras de Clinton se unen a las peticiones presentadas la semana pasada ante la Corte por el presidente, Barack Obama, el Departamento de Justicia y decenas de organizaciones, políticos y autoridades tanto demócratas como republicanas han manifestado su rechazo a la norma. Obama hizo historia el pasado mes de mayo al afirmar que la unión entre dos personas del mismo sexo “debe ser legal” y la semana pasada dio un paso más allá, presentando un recurso ante el Tribunal Supremo en el que se pone de lado de los demandantes contra DOMA. Un año antes, el Departamento de Justicia anunció que dejaría de aplicar esta ley en los tribunales.
Clinton equipara en su texto la lucha por los derechos de los homosexuales con la de otros derechos civiles como la igualdad de todos los ciudadanos o el derecho a voto de las mujeres. “Nos hemos encontrado en circunstancias similares las suficientes veces como para reconocer el camino correcto”, asegura el expresidente, para citar a Abraham Lincoln “haciéndose la misma pregunta que nosotros ahora”: “No se trata de si podemos imaginar un país mejor sino si podemos hacerlo mejor”. La respuesta, dice Clinton, “siempre es que sí”.

 

Abogado defiende a neonazis que Atacaron a un Habitante de la Calle

 


El presunto agresor dice que es "comunista" y que llevaba la cabeza rapada por una dermatitis
El abogado de dos de los cinco supuestos neonazis juzgados en la Audiencia provincial de Madrid por presuntamente apalear a un indigente cuando dormía en un fotomatón de Madrid en agosto de 2009 ha asegurado en su defensa que "la vagancia" y "el constituirse un parásito de lo decente", en referencia a los sin techo, lleva a la repulsión y a añorar con "nostalgia tiempos pasados" la ley de vagos y maleantes. Esta ley fue aprobada por la II República en 1933 para el "control de mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas", rezaba el texto, que fue modificado durante el franquismo para incluir a los homosexuales.
Así consta en el escrito de defensa, que añade que "la ocupación de terreno público por quien no se procura una existencia digna es causa de rechazo en otras personas que cumplen las leyes". A su juicio, "hoy empieza a resurgir en círculos políticos que tienden a prohibir la mendicidad, plaga de nuestras ciudades". "Si el trabajar es un derecho, también es un deber y la vagancia no está recogida en nuestra Carta Magna", escribe el letrado, que añade que nadie quiere ver que en su portal se acumulan despojos, cartones y prendas donde pululan chinches, pulgas, piojos y hasta ratas. En los pasillos de la Audiencia, el letrado, Ángel Pelluz, de 90 años, se ha ratificado en sus manifestaciones y ha asegurado que los vagabundos "no son personas humanas", a lo que ha añadido que son "cánceres de la sociedad que deberían ser extirpados". "La mierda siempre se ha recogido", insistió.
Mykhaylo T., alias El Ruso, Javier R.B., María Leticia G.D. e Iván L.G. se han sentado hoy en el banquillo por un delito de lesiones tras dejar presuntamente al indigente en coma debido a los fuertes golpes y con la pérdida del habla por lesiones neurológicas. Se enfrentan a penas de 10 a 12 años de prisión, así como a una indemnización conjunta de 300.000 euros a favor de la víctima. El quinto procesado, Enrique Simón G. C., se encuentra en situación de rebeldía.

Según el fiscal, sobre las tres de la madrugada del 23 de agosto de 2009, los cinco empezaron a propinar patadas en la cabeza al sin techo, Rafael Santamaría, que pasaba la noche en un fotomatón en la calle Arcipreste de Hita (Moncloa). A consecuencia de la agresión, sufrió un fuerte golpe en la cabeza con hemorragia, del que tardó en curar 541 días. Como secuela, le ha quedado una alteración cognitiva-conductual que le limita para cualquier actividad de cierta complejidad.
En su declaración, Javier R.B. ha inculpado a El Ruso, al que ha asegurado que vio pegar y pisar, "poseído por la ira", al mendigo. En su declaración, Javier ha relatado que ese día fue a Madrid de fiesta desde Zaragoza, donde residía en un centro de menores por una condena por agresión. "Vi cómo El Ruso estaba encima del hombre con cara de poseído y le estaba pegando. Estaba encima de su cabeza y le estaba pisando y dando patadas. Estaba con la cara descolocada, llevado por la ira. Los separé. Fue algo instintivo. Tenía miedo. Solo pensé que la tierra me tragara. Luego me fui con él porque llevaba una borrachera monumental".

Frente a su versión, Mykhaylo, que en realidad es ucraniano y no ruso, ha asegurado que iba andando por la calle con un grupo de personas, pasó junto a un indigente que estaba sentado, "como borracho" y este insultó, pero "en ningún momento" le agredió. Mykhaylo ha negado que pertenezca a grupos neonazis con el argumento de que es "comunista" y que su abuelo murió en la II Guerra Mundial. A preguntas de la fiscal acerca de por qué llevaba el pelo rapado, ha asegurado que a veces tiene que cortárselo por una dermatitis seborreica. Y a la pregunta de si "odia a los mendigos", ha replicado que no odia a nadie. "Siento lástima por esta persona porque con la crisis o los desahucios esto puede pasarle a cualquiera", ha asegurado Mykhaylo.
María Leticia G.D. y su novio, Iván L.G., han negado que pegaran al mendigo, al que vieron insultar a la gente que pasaba. Tras la primera sesión del juicio, el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha destacado las contradicciones entre los acusados y ha criticado que en esta causa no se haya investigado si pertenecen a grupos de extrema derecha. El juicio continua y esta semana declarará la víctima, quien sostiene que le agredieron en grupo.


Fervor antiargentino en el referéndum de las Malvinas


 

La cola fuera del centro de votación más concurrido para el referéndum celebrado este domingo sobre la continuidad de la soberanía británica en las islas Malvinas llegó a tener, a las once de la mañana, una extensión de casi 10 metros. “Larguísima,” fue el comentario de un funcionario local presente, atónito ante la dimensión del fervor popular.
Una cola de diez metros es un espectáculo en Stanley, la capital de las Malvinas, cuya población de 2.200 vecinos representa más de tres cuartos del total de las islas. Ocuparían todos un pequeño rincón del estadio de River Plate en Buenos Aires, y el 97% de las demás tribunas quedarían vacías. Pero este domingo los habitantes de este Liliput en el Atlántico sur se sintieron grandes, aprovechando la primera oportunidad de su historia de lanzar al mundo un doble mensaje a través del voto popular: de rechazo a Argentina, cuya Constitución reclama la soberanía sobre las islas, y de adhesión patriótica a Gran Bretaña.
“Somos más británicos que los británicos,” dijo Barry un jubilado, eufórico después de emitir su voto. “Ahora van a ver los argentinos. Desde que la junta militar nos invadió y nos condenó a una guerra en 1982 no nos caen nada bien". Barry, cuya abuela fue una de las tres víctimas mortales que sufrieron los civiles malvinenses en esa guerra, lucía un sombrero pintado con los colores rojo, azul y blanco de la bandera británica. No fue el único que parecía estar participando más en una fiesta de disfraces que en un solemne acto electoral.
Una familia entera, sin excluir el carrito del bebé, lucía los colores patrios; una pareja que parecía recién salida del escenario de un vodevil, de pies a cabeza, también; había hasta un perrito blanco abrigado contra el frío con una manta con los colores de la bandera. Y después estaban las camisetas, algunas de ellas exhibiendo “mapas” de Sudamérica con grandes espacios vacíos donde debería de haber estado Argentina; otras con mensajes como “Sí, sí, sí existimos” o “Déjanos en paz, Argentina” o – un juego de palabras cuyo significado nadie se perdió -- “Falk You, Argentina!”. Banderitas británicas, agitadas por el viento polar, ondeaban en las casas, en los postes eléctricos, en los coches.
El mal tiempo no iba a aguar el ambiente fue festivo. Hoy, decían todos, se iba a oír la voz de los malvinenses y los 60 periodistas extranjeros que acudieron a las islas para cubrir el referéndum, varios de ellos argentinos, la iban a transmitir por el mundo. Entrevistar a un votante fue igual a entrevistarlos a todos. Uno tras otro ofrecía solo leves variaciones sobre el tema probritánico, antiargentino de Barry, el jubilado, que dijo haber nacido y vivido toda su vida en las Malvinas, como la mitad de los habitantes de las islas. Los demás provienen de Gran Bretaña, o de la también remota isla atlántica de Santa Elena, o –un 5%– de Chile.
La pregunta a la que los 1.600 votantes registrados tenían que responder con un sí o con un no era, “¿Desea usted que las Islas Falklands retengan su actual estatus político como territorio de ultramar de Reino Unido?”. Según la evidencia visible entre los que acudieron a las urnas y según los sondeos hechos por los periodistas extranjeros, que entre ellos entrevistaron a un alto porcentaje de la población, la respuesta que se recibirá el lunes por la tarde, después de que se cierren las urnas, será un contundente sí. Si hubiese algún no, la presunción general es que representará un sector minoritario joven que no vivió la guerra de 1982 y que aspira a la independencia, no a la soberanía argentina.
Se decidió celebrar el voto a lo largo de dos días por si las condiciones climáticas dificultasen el transporte de las urnas a Stanley para el recuento final. Algunos de los lugares donde residen los votantes registrados –tienen que haber vivido un mínimo de siete años en las islas para poder participar en el referéndum– son extremadamente remotos. Las Malvinas contienen 760 islas cuyo tamaño total es igual al del estado de Connecticut en Estados Unidos.  Pero solo se ha votado en las dos islas más grandes, conocidas pos los isleños como East Falkland y West Falkland, ambas de dimensiones similares, con la diferencia de que en West Falkland solo viven 100 personas, algunas de ellas solas con sus ovejas en tierras inhóspitas, pantanosas en las que no hay árboles porque el constante, lacerante viento no les da tiempo a crecer. Se abrieron establecieron cuatro centros de votación en las dos islas pero porque varios de estos ermitaños campestres no poseen vehículos se creó un sistema de “urnas móviles”, transportadas por cuatro Land Rovers a todos los lugares donde hay vida humana.
Aún así, el 60% del total de los votantes registrados había acudido a las urnas a mediodía del domingo y se calculaba que quedarían pocos por contar el lunes. Nadie esperaba una sorpresa, mucho menos el Gobierno argentino, que ha calificado todo el ejercicio de “ridículo”, “irrelevante” e “ilegítimo”. La Constitución del país vecino, y más cercano, lo dice bien claro: las Malvinas son argentinas, independientemente de los deseos de sus habitantes.
Héctor Timmerman, el canciller argentino, declaró a los medios durante una visita a Londres en enero que el referéndum en las Malvinas no significaba “nada”. La posición de su Gobierno, aclaró, era que se debían de respetar “los intereses” de los habitantes de las islas, pero no “sus deseos”, “Sus intereses son, por ejemplo, su estilo de vida, su derecho a tener su propio idioma”, “Pero sus deseos de soberanía británica son deseos imposibles porque las Malvinas pertenecen a Argentina y ese es un hecho ni negociable, ni discutible”.
Para el Gobierno británico, en cambio, los deseos de los isleños son determinantes. Mientras ellos quieran formar parte de Reino Unido, Reino Unido les apoyará.
En la práctica estas islas prácticamente despobladas —salvo la capital, Port Stanley, donde residen 2.500 personas— han pertenecido a Reino Unido desde 1833. El argumento de proximidad geográfica lo tiene ganado Argentina, pero el argumento militar, en el que a fin de cuentas se sustenta la soberanía británica, lo perdió en la guerra de las Malvinas de 1982. El argumento político también favorece a la opción británica y el objetivo de fondo del referéndum de hoy consiste en lanzar un mensaje propagandístico al mundo que sustente el principio de autodeterminación de los habitantes de las islas.
El canciller británico, William Hague, expresó la política británica el mes pasado de la siguiente manera: “A lo largo de nueve generaciones la población de las Falklands se ha esforzado por establecer su lugar en el mundo y su voz merece ser escuchada. Con esto en mente, doy la bienvenida al referéndum que se va a celebrar en marzo. Esta será una oportunidad para que la gente de las islas Falklands exprese sus opiniones sobre cómo desean ser gobernados, y de manera democrática sin que nadie más hable por ellos. Tienen el apoyo total del Gobierno británico”.
Lo tienen y lo saben. El Gobierno argentino de Cristina Kirchner, en cambio, es visto por la abrumadora mayoría de los malvinenses como el enemigo. El idioma español también. A la llegada al aeropuerto de Mount Pleasant, una base militar a 55 kilómetros de Port Stanley, los pasajeros que llegan de fuera de las islas ven un cartel que les avisa, en inglés, de que están entrando en un área sujeta al Acta de Secretos Oficiales Británica, a cuyas reglas se deben someter. Debajo hay una traducción al español. O una especie de traducción. Dice, entre otras cosas, que “se debe obedecer las instrucciones que se ha promulgado bajo de la autridad (sic) del comandante militar británico” y “si tenga alguna pregunta respecto al sentido de dicho acto no vacila en solicitar información”.
Con esas palabras, y con esa gramática, está casi todo dicho.


La libertad del pueblo de Cuba depende de nosotros, los cubanos expresa Berta Soler



La líder del movimiento cubano "Las Damas de Blanco" Berta Soler


Entra en el auditorio vestida de blanco, con la mano en alto y haciendo el símbolo de una 'L' con los dedos. Una imagen tan poderosa que no le hace falta decir nada para recibir los aplausos de un público en pie, que capta en seguida que ese signo de sus manos significa "libertad". Berta Soler, líder de las Damas de Blanco -el grupo de mujeres que tras la 'primavera negra' de 2003 en Cuba se manifiesta cada domingo para pedir la libertad de los presos políticos- ha dado por primera vez una conferencia fuera de su isla. Y lo ha hecho en la Casa de América de Madrid, donde ha confesado que le resulta "muy doloroso" ver "el contraste entre ambos países".
Soler considera que lo único que ha hecho Raúl Castro ha sido "maquillar" la imagen de su Gobierno de cara al exterior. Pero que se trata tan sólo de eso, de cosmética, porque en la realidad, en el día a día "nada ha cambiado en la isla". "Siguen encarcelando y golpeando. Dos damas de blanco están ahora mismo detenidas, sin haber tenido un juicio. El régimen castrista cada día fortalece su brazo represivo y usa más la violencia", ha afirmado.
Y frente a esas armas del Gobierno, las mujeres de blanco combaten vestidas de ese color -"símbolo de la paz, la pureza y la justicia"- y con gladiolos -"que representan a la familia"-. "Somos pacíficas. Vamos todos los domingos a pedir a Cristo por nuestros seres queridos, a ejercer nuestra libertad religiosa. Y el Gobierno no lo permite. Cada fin de semana lleva a 30 o 40 damas de blanco a los calabozos, donde son vejadas. Nos tienen miedo porque somos mujeres preparadas y la razón está de nuestro lado", ha leído, nerviosa por esta primera comparecencia ante un auditorio nuevo, Berta Soler.
Cuando no le ha temblado la voz ha sido cuando se ha levantado para gritar "¡Cuba sí, Castro no. Libertad!". Porque lo que pide ella, en nombre de todas las Damas de Blanco, es "una Cuba nueva en la que exista democracia y libertad. Y la libertad del pueblo depende de nosotros, los cubanos".
Esta 'Dama' -cuya asociación recibió en 2005 el Premio Sájarov del Parlamento Europeo por su lucha por la libertad y la dignidad humana, entre otros reconocimientos- aclara que "estoy aquí, en Madrid, por la presión de la política internacional, no por un gesto de buena voluntad del Gobierno cubano".
En su intervención ha estado arropada por Blanca Reyes, dama de blanco en el exilio, y por la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha expresado su compromiso y admiración por estas mujeres, a quienes ha definido como "las más destacadas defensoras de la libertad en la isla contra la larga tiranía de los Castro".
Pero pese a la contundencia de los argumentos de Berta Soler, de quien habla creyendo en lo que dice, no todos están de acuerdo con sus palabras. Es el caso del Presidente de la Federación de Asociaciones Cubanos Emigrantes en España, Luís Pérez Hernández, que interrumpió el acto para señalar que "las Damas de Blanco no nos representan, no todos los cubanos exiliados somos disidentes y no es verdad que el régimen no haya abierto la mano. Ahora podemos entrar y salir de la isla fácilmente".

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