El agua una mercancía

Otra situación preocupante en los departamentos del Eje cafetero son los monocultivos de aguacate Hass ubicados en zonas de cordillera, que debido a la gran cantidad de químicos que se necesitan para una adecuada producción de aguacate de tipo exportación y la cantidad de líquido que necesita para producir un kilo de aguacate, donde algunos estudios hacen referencia que producirlo consume 2.000 litros de agua, según estudios presentados por Water Footprint Network que es una organización fundada en el año 2008.

Otra situación preocupante, es que la calidad de agua en el eje cafetero ha sido cuestionada en diversas ocasiones causando problemas en el consumo afectando la salud, situación que de por si es inconcebible que en unos departamentos con un crecimiento turístico, urbanístico y agroindustrial notorio, no se tenga claridad respecto a calidad, ni cantidad de un recurso natural finito y vital para nuestra subsistencia, situación que favorece diferentes sectores económicos, pasando por encima de derechos fundamentales como son la salud, la vida digna y el desarrollo sostenible.

Políticas equivocas en la protección del agua

La construcción de políticas económicas que solo favorecen ciertos sectores de la economía e interés particulares no han permitido el desarrollo de política económicas y sociales con el medio ambiente y la protección del agua, mientras que miles de ciudadanos del común y lideres sociales luchan por proteger nuestros sistemas de vida, los gobiernos y los grandes intereses económicos, buscan interés particulares.

Como un gran ejemplo de esta situación está la lucha social que están dando millones de colombianos en la defensa del páramo de santurban, al no permitir que las empresas explotadoras de oro acaben con la vida de millones de colombianos, de estos ejemplos y dimensiones tenemos que llevar el debate, donde la generación de conciencia de las personas que habitan sus territorios permitirá la protección de la vida misma.

¿Qué estás haciendo para cuidar el agua?

Sino del mal uso que el ser humano le está dando a esta estructura ambiental.

Colombia es uno de los países con mayor número de recursos hídricos en el mundo, y por su ubicación geográfica y las condiciones del terreno, presenta una precipitación anual de más de 3000 mm promedio al año, lo que representa una significativa abundancia hídrica comparada con el nivel promedio de lluvias mundial que es de 900 mm al año.

Pero en el panorama del Eje Cafetero el agua potable es un problema cada delicado, porque el suministro depende del Parque de los Nevados y las zonas de cordillera alta, cuya capacidad hídrica sufre un evidente deterioro, no solo producto del cambio climático, sino del mal uso que el ser humano le está dando a esta estructura ambiental.

Y es que los niveles de reserva dependen de la suerte de los glaciales y la permanecía de los bosques, en donde nacen 32 de los acueductos de la región, que incluye a parte del departamento del Tolima, calculada la dimensión del potencial hídrico del eje cafetero, se hace necesario la construcción de una política pública para la protección de los medios que nos provee de agua dulce.

El negocio del agua

La capacidad de las empresas para proteger el agua o sus aforos ha generado menos impacto que en años anteriores, esta situación obedece a que dentro de las empresas que controlan el mayor recurso que da vida al ser humano, se convirtió en un negocio, en este contexto, el agua no es más que una mercancía, tanto para las empresas privadas como para las empresas públicas, pues se habla es del costo por metro cubico, pero no se habla de la importancia de proteger las reservas de agua, los caudales, los acuíferos y las cuencas hidrográficas.

Aunque sabemos que llevar agua a una comunidad representa un costo, este costo no debe ser medido en ganancias económicas, sino más bien en la calidad y vidas que estamos salvando.