El Imparcial-Pagina 7

 

Pereira, Colombia -   Edición: 12.595-175 - Fecha: 29-03-2020                                                                                                                               

                                              Pgs. 1-19

Share this page

 

 

Decisiones Presidenciales ante el COVID-19

 

 

 

 

Por: Natalia Cuervo López

El honorable presidente de Colombia Iván Duque lo que hace con las manos lo borra con los pies. Me atrevo a decirlo porque en la alocución del día 20 de marzo, en la que ratificaba la cuarentena con el fin de frenar el contagio del coronavirus Covid-19, decisión muy acertada de nuestro mandatario, aunque algo tardía. Parecía tener muy claras las líneas de acción que implementaría para salvaguardar la vida de los ciudadanos en este tiempo de confinamiento.

En su discurso insto a los colombianos a mantener la medida de aislamiento, informó acerca de la rutas y canales de atención con los que la población contará y finalmente presento el plan de acción a ejecutar, con el fin de garantizar el alimento y los medicamentos para todos los ciudadanos, esto como parte de tranquilidad. Por qué decir que no, parecía mostrar un hombre que trabaja y busca el bienestar de un pueblo que ya entro en pánico y que se puede contagiar muy fácilmente.

Sin embargo, quedan algunas cosas en el tintero, y muchas preguntas sin responder. Si bien es cierto que hay personas en el extranjero hijos de esta patria, también es cierto que son el factor de riesgo más alto para nuestros conciudadanos y ¡nos saquemos del paseo, para nosotros también! Entonces por qué la demora para cerrar los aeropuertos internacionales que funcionan en el territorio nacional. Ahora bien y el tema mas importante, el sistema de salud de este país se encuentra en condiciones para lidiar con esta pandemia.

Porque está bien que queramos recibir a todos nuestros hermanos exiliados, son familiares de personas que están aquí, que los aman y tal vez por quienes subsisten, eso gracias a que la situación económica no mejora en el país y todavía somos unos de los países con mayor número de emigrantes y remesas internacionales. Pero, ¿qué tanto estamos preparados para recibir compatriotas, con positivo en coronavirus Covid-19?

Sin embargo, frente a los hechos supongamos que ahora se están tomando las medidas adecuadas. Acuartelando a los ciudadanos en sus casas, solicitando expresamente que solo salgan en caso de extrema urgencia, activando las rutas de atención en caso de emergencia y para ayudas humanitarias, articulando los procesos con los gobiernos departamentales y locales con el fin de evitar la propagación del coronavirus Covid-19, ¡como tendría que ser! Esto no es de exaltarlo y verlo como un acto loable de parte del primer mandatario.

A decir verdad, me parece que se demoró en tomar las medidas, de hecho al principio se negó a la iniciativa de la Alcaldesa de la Capital y el Gobernador de Cundinamarca, quienes realmente fueron los de la propuesta de confinar a los ciudadanos en sus casas a manera de simulacro, pero que ante la gravedad de la situación y el nivel de contagio que se viene presentando, se vio en la obligación de apoyar a estos dos representantes políticos y aunar esfuerzos con el resto del país.

Pero luego de todo el recuento anterior, que supongo además todos ustedes ya saben, la metida de pata del Presidente y con la que borro todos su esfuerzos por mantener en calma al pueblo y producir algo de sosiego en medio de la situación actual, fue autorizar por medio del decreto 444 entre otras cosas, efectuar operaciones de apoyo de liquidez al sector financiero, dicho decreto recoge dineros del Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE); los recursos provenientes del Fondo de Pensiones (FONPET) y recursos asignados en el Presupuesto General de la Nación.

Lo anterior suscito inconformidad por parte del pueblo colombiano y no es para menos, como es posible que en medio de esta emergencia, el Gobierno Nacional este pensando en salvar a la banca y aun no haya dado claridades frente a que se va a hacer en caso de que el contagio continúe como viene con los centros médicos de 3 y 4 nivel, que no cuentan con los espacios adecuados para atender a los enfermos por Covid-19 y con el sinnúmero de municipios que no cuentan con hospitales y deben recurrir a sus vecinos. Pero además que va a pasar si los alcaldes deciden cierran fronteras y negar cualquier tipo de entrado o salida de personas.

Señor Presidente queda mucho por hacer.
 

 

 

LA proscripción de la derecha es un deber moral y constitucional

 


 

 

 

 

 

 

Por: Carlos Alberto Ricchetti  


La primera lectura de una crónica conllevando semejante título, no podría menos que calificarse de autoritaria. Esto ocurre por los conceptos asimilados durante la primera instrucción escolar, a su vez moldeada por los preceptos y prejuicios adquiridos a partir de la convivencia dentro del sistema de la democracia liberal de mercado. Como si fuera ello producto de una enorme contradicción, es precisamente en salvaguarda de los derechos económicos del individuo, las libertades, las garantías, la inclusión y la participación de la suma de los ciudadanos, que el derechismo debe ser proscrito con fuerza de ley. No es puro ideologismo, ni producto de la más descarriada reacción. Sobran los motivos, se multiplican las razones a la vera de los acontecimientos pasados, presentes, futuros.

 

En vísperas que un proyecto de ley busca “perpetuar” la seguridad democrática en Colombia, con sus “falsos positivos” o concesiones territoriales a paramilitares mediante; cuando en Bolivia los autonomistas, al igual que los productores rurales argentinos, luchan por mantener sus privilegios. Advirtiendo a los reaccionarios del Paraguay, Ecuador, Venezuela, conspirar para volver a “las andadas”; vislumbrando cambios políticos sustanciales en El Salvador, su búsqueda en Perú o México, actuar con la cabeza fría sobre el corazón ardiente, se torna una obligación a nombre del bien común. Y como si la derecha fuera a vacilar en aplicar legalmente los mecanismos básicos que le permitan institucionalizarse, las explicaciones emergen como requisitos morales cualitativos.

 

El punto de partida, radica en la toma de medidas equivalentes, pero a la inversa, con un sentido solidario, humanista, patriótico por sobre todo.

Muy a menudo, bajo el sofisma derechista de la democracia mal enseñada, se suelen caratular de “dictatoriales” las medidas tomadas por los gobiernos en defensa de los fueros de la mayoría, en especial cuando amenazan los intereses del establecimiento y sus noveles protagonistas.

 

Por ejemplo, es una “libertad inalienable” el derecho del capital a privatizar la salud, lo cual atenta de manera seria y lesiva el acceso a la atención pública de la gran mayoría, cuando su poder adquisitivo es insuficiente para cubrir las exigencias económicas de una obra social prepaga. También se le llama increíblemente “libertad de gestión”, a destinar tierras sembradas de caña para la producción de biocombustible barato, como ocurre en Colombia, en lugar de satisfacer la demanda de alimentos indispensables del valor nutritivo de la panela. Llevado al extremo, estaría demás suponer la importancia de otorgar la tierra -al menos en concesión- a las familias desplazadas por la violencia, teniendo en cuenta la grave crisis humanitaria que atraviesa el país. Así coexisten innumerables “clases de libertades”, legado de “los libres ostentadores de la libre libertad, quienes detestan libremente que sus conciudadanos se demuestren demasiado libres”.

Desde luego, estos roles se invierten cuando un gobierno de legítimo acerbo popular –no populista, como los de Álvaro Uribe Vélez y Alan García en el Perú- hacen de la democracia algo más que una bella palabra: La colocan, al decir del general argentino Juan Domingo Perón, al servicio de la voluntad del pueblo. Ya hacia mediados de la década de los años treinta del siglo pasado, Jorge Eliécer Gaitán, en sus discursos parlamentarios, hacía énfasis en la carencia de un gobierno, de instituciones o de un sistema político, como impulsor de las soluciones de orden económico en el país. La independencia de una nación en materia de economía, eliminados los factores de dependencia, posibilita el ejercicio del derecho fundamental de la autodeterminación, la cual de otra forma no puede consolidarse.

 

Tampoco la libertad genuina de sus habitantes. Estos derechos se mencionan y garantizan, de manera nominal, en los diferentes preámbulos, constituciones o en los discursos de los políticos demagogos de turno.

 

Si la espectacular propagación de Gaitán de tan nobles ideales, que pretendió conducir al pueblo colombiano a la realización de sus designios, en definitiva, le costó la vida; ¿cuál es el límite en el margen de posibilidades, para declarar a la derecha inconstitucional y llevar a cabo su viejo sueño?

 

   

El viejo oeste, el bueno, el malo y el feo

 


 

 

 

 

Por: Leonardo Franco A.

En 1966 se estrena, este, uno de los grandes clásicos del cine western norteamericano: dirigida por Sergio Leone y protagonizada por Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach y la inolvidable banda sonora compuesta por Ennio Morricone. La trama es la búsqueda de un tesoro de monedas de oro en medio de la guerra de secesión y la participación de caza recompensas, figura legal en esos territorios desde 1873, que desataba verdaderas e inclementes jaurías en pos de una recompensa ofrecida por la cabeza de alguien, vivo o muerto.

Marzo 26 de 2020, el Fiscal general de Estados Unidos, William Barr, presenta una acusación formal por narcotráfico, en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro. El indicmet presentado lo señala por narcoterrorismo y tráfico de armas, además de liderar un cártel para transportar y distribuir grandes cantidades de cocaína en el territorio de los Estado Unidos desde 1999, el llamado Cártel de los soles.


Creo pertinente preguntar ¿Por qué hasta hoy, veinte años después se hace una acusación formal en contra de un jefe de estado, si supuestamente y de acuerdo al escrito de acusación se tienen pruebas irrefutables desde esa época? Este es un tema supremamente delicado para la región, especialmente para Venezuela y Colombia, por las implicaciones, intereses y las malas relaciones existentes desde la política exterior entre las dos naciones.

Las fronteras del viejo oeste norteamericano se ampliaron, así como sucedió en Granada en 1.983, operación realizada con la participación de Barbados y Jamaica para darle algo de “legalidad” al desembarco para derrocar el gobierno de Hudson Austin y en Panamá en 1.989 para capturar al general Manuel Antonio Noriega, acusado de narcotráfico y lavado de activos, hay que resaltar que este general era un antiguo colaborador de la CIA. Las prácticas de caza recompensas, con cartel de se busca, han sido parte de las estrategias del gobierno norteamericano para dejar en manos de terceros, la responsabilidad en los trabajos non sanctos (sucios) sobre todo fuera de su territorio.

Las razones para tomar en estos momentos esta decisión tan trascendental pueden ser otras, más prácticas, menos justicieras.


1. Estados Unidos está a ocho meses de las elecciones presidenciales, la percepción y la opinión pública en estos momentos no están muy del lado del presidente, así se aferre al discurso de la recuperación de la economía.


2. El sistema sanitario norteamericano está debilitado, la retórica política del presidente sin claros signos de una superación efectiva, ha colapsado en estos tiempos de pandemia.


3. El COVID-19, el gobierno ha sido laxo en tomar medidas a tiempo, el virus se ha expandido casi de manera exponencial en ciudades y regiones del país de manera casi incontrolada. La opinión pública lo tiene claro.


4. Petróleo, Venezuela posee las mayores reservas de petróleo y gas del mundo. Ese de por sí es una razón para querer tener allí un amigo como Guaidó y no un contradictor, que a si sea tras bambalinas le plante cara.


5. Populismo, quien lo creyera es el arma predilecta del gobierno actual, eso lo entenderíamos de países tercermundistas, no de EEUU.


6. Los Talibanes, luego de la firma de un acuerdo de paz en Afganistán con este grupo y sacarlo del listado de grupos terroristas, hay que encontrar otros enemigos.

En este escenario se le han reunido las peores pesadillas, ¿la salida? Ir de frente por uno de sus declarados enemigos, así no sea el momento indicado. Cortinas de humo ante la realidad interna. Los colombianos estamos muy acostumbrados a estas artimañas, las hemos vivido en el desarrollo de nuestra historia republicana, pero con más ahínco los últimos 20 años. Los escándalos de corrupción, de exterminio, de violencia, de narcotráfico en las altas esferas, hacen que nuestros dirigentes apunten los reflectores hacia afuera para ellos escabullirse con sus responsabilidades, bajo las sombras. Afortunadamente la mentalidad está cambiando.

Saquémonos de la cabeza de una vez por todas que: El bueno es el gobierno de los EEUU, el malo es Maduro y el feo es Colombia, aunque desde afuera ya nos miren con desdén. El feo, sabemos quién es.
     

 

 

 

    © Editorial Elimparcial.com.co | Nosotros 

    © 1948-2009 - 2020 - El Imparcial - La idea y concepto de éste periódico fue hecho en  Online Periodical Format (OPF) que es un Copyright de ZahurK.

    Queda prohibido el uso de este formato (OPF) sin previa autorización escrita de ZahurK