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Sexualidad y genero
Opuesto a lo que sabemos y a su vez, pero que poseen hábitosopuesto pero se
poseen hábitos y comportamientos no tradicionales en suno tradicionales en su
cuidado personal, de acuerdo a lo que se quiere lograr.
".La masturbación solitaria es probablemente la actividad sexual más difundida
durante este período. A esta práctica sexual solitaria se le han atribuido a lo
largo de la historia cantidad de males imaginarios, entre los cuales destacamos:
la pérdida de memoria, la parálisis, la imposibilidad de tener hijos y montón
más de creencias estúpidas que han provocado el temor en muchos de los que la
practicamos.La masturbación es necesaria como conocimiento de nuestro propio
cuerpo, algo realmente útil en la adolescencia.
Con esta técnica tratamos que nuestro cuerpo responda a los estímulos erógenos
que le enviamos, nos satisfacemos y a la vez nos conocemos. Este es el primer
paso para una sexualidad positiva en la etapa adulta. Bajo una forma más
compleja, la masturbación en el adolescente puede indicar una tensión psíquica
al margen completamente de la sexualidad, representando para muchos una manera
de consolarse frente a un entorno nocivo, un modo de evadirse del hecho de
sentirse desgraciados, etc... Aquí la masturbación actúa de alivio corporal ante
una tensión emotiva, en otras palabras, de relax. Cuando a la masturbación
siempre añadimos las mismas imágenes mentales para alcanzar el placer podemos
caer en lo que llamamos fijaciones sin las cuales en placer sería inalcanzable.
La educación sexual es algo muy hermoso pero quien haga de educador no debe
tener represiones sexuales en su subconsciente ni miedos ni complejos porque de
este modo la imagen de la sexualidad transmitida será errónea y llena de tabúes.
Reflexiones comúnmente oídas como "Mi madre me ha puesto al corriente del acto
sexual pero estaba tan violenta al hablarme que hubiera preferido que
callara..." demuestran lo corriente que es convertir la sexualidad en una
cuestión mezquina.
La sexualidad bien comprendida es sencilla, porque procede de una persona
natural y liberada de sus problemas internos. Debe estar compuesta de altruismo
y respeto. No existe verdadera sexualidad con miedo interno. La sexualidad es
una donación de sí mismo. Para llegar a ella es necesario que el individuo esté
completo en su ser y que la sexualidad no sea una maniobra destinada a compensar
sus debilidades y sus miedos.
La sexualidad del adolescente y del joven comprende de los 12 a los 19 años, es
una época de rápidos cambios y difíciles empresas. El desarrollo físico es sólo
una parte de este proceso, porque los
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adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales:
independización de los padres, consolidación de las cualidades
necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad,
incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad
práctica, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una
responsabilidad social e individual básica, por nombrar sólo algunos.
Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión de
dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe
dirimir su sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes
sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las diversas clases
de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor y
asimilando los necesarios conocimientos para impedir que se produzca un
embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea
víctima de conflictos, sufrimiento y desconcierto.
Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión;
una época en que la maduración intelectual y emocional corre paralela con el
desarrollo físico y genera una libertad y un creciente apasionamiento vital.
La adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y agitación, como
quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez, suele ser una
fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al
estado adulto La naturaleza paradójica de la adolescencia se patentiza sobre
todo en la esfera de la sexualidad. Aspectos psicosexuales de la
adolescencia Fantasías sexualesLos sueños y las fantasías sexuales se tornan
más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento
auxiliar de la masturbación.
Parece ser que la fantasía, en el marco de la
adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la
actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible);
origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de
plataforma de ensayo mental de cara a ulteriores situaciones sexuales
(aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que
ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio
de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante.
La experiencia del adolescente, en cuanto a
la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute
decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de
desempeñarse sexualmente en fases posteriores. Independencia a medida que el
adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad e independencia
personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren
gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras
de la misma o parecida edad.
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Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se
acompaña normalmente del imperativo de ser como sus amigos, por más que en
ocasiones ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas.Las presiones
del grupo de edad a que pertenece el adolescente varían según las
colectividades sociales.En su ansia por liberarse de la supervisión de los
padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de
demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la
escala de valores de la otra generación.
Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes
adquieren de un modo y otro un considerable legado sexual de sus mayores y
de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas
discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de
culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta,
puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos No
obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del
varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es
la mujer la que lo hace, lo más probable es que se la tache de "atrevida" o
"calentorra".
Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas
sexuales, mala información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien
parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de
dificultades. Reacciones paternasMuchos adultos dan la impresión de sentirse
amenazados por las pautas del adolescente en esta materia y tratan de
regularlas de manera ilógica, como lo demuestra el hecho de que se pretenda
a veces suprimir la educación sexual en las escuelas ("les llenaría la
cabeza de malas ideas"), restringir la información sobre métodos
anticonceptivos ("que sigan teniendo miedo a quedar embarazadas"), censurar
libros y películas o, sencillamente, fingir que la sexualidad del
adolescente no existe en absoluto.
Por fortuna, no todos los padres adoptan una visión tan negativa de la
sexualidad juvenil y en algunos casos asumen posturas más liberales.
También es importante constatar que la
conducta sexual del adolescente puede crear inquietud en los progenitores. A
muchos padres les preocupa que sus hijos adolescentes se vean atrapados en
un embarazo involuntario, conscientes de que, aun cuando él o ella dispongan
de medios anticonceptivos, quizá no los sepan utilizar eficazmente en el
momento preciso. Los padres también se inquietan, y no sin motivo, de que
sus hijos adolescentes puedan contraer una enfermedad venérea.
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