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La parva dulce

Unos los llaman así, otros brazo de reina o pionono, pero rollo es el nombre más
común de este postre que hace parte de la tradicional parva dulce, en la que
aparecen los churros, roscones y lenguas.
Y aunque por su tradición, arraigo y popularidad se podría pensar que son
productos ancestrales, propios de nuestra cultura, la docente y tutora Catalina
Ochoa aclara que son “reinterpretaciones”. “Gran parte de nuestra panadería es
una adaptación de la pastelería europea, en especial de España”, dice Ochoa, al
explicar que cuando los españoles llegaron a este territorio quisieron preparar
sus productos, pero no encontraron todos los ingredientes y empezaron a utilizar
los que habían. Por ejemplo, reemplazaron el trigo con la harinas de maíz y las
cremas las sustituyeron por conservas como el bocadillo.
De dónde vienen
Del rollo aclara que es una “versión”, por su forma, sabor y preparación del
tradicional brazo gitano, de España, o del Biche Noel, de Francia.
Sobre su versión criolla, Reinaldo Montoya, un panadero con más de 15 años de
labores, desde el negocio en el que trabaja en Copacabana, en el Norte del Valle
de Aburrá, define los rollos como un “batido dulce”, al describir que su
preparación es muy similar a la de una torta, con la diferencia que se lleva al
horno a altas temperaturas.
Acerca del secreto de la cubierta roja, el panadero Carlos Mario Álvarez
Quintero explica que es un polvo al que se le agrega agua y se decora
manualmente con una brocha.
Reinaldo, por su parte, añade que él prefiere pintar el azúcar con colorante, al
reconocer que ese toque de color es el que lo hace resaltar en las vitrinas, el
que atrae al cliente.
Su precio, además de su sabor y forma, es uno de sus grandes atractivos: cuesta
entre 800 y 1.000 pesos, todo depende del tamaño.
Los Reyes
Sobre los roscones, la académica Catalina Ochoa recuerda que son la
reinterpretación que
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en la
región colombiana, en especial en Antioquia, se le hizo a la tradicional
Rosca de Pascua, con la que los españoles celebran la llegada de los Reyes
Magos. “Allá es relleno de frutas y acá lo adaptamos con guayaba o
arequipe”. Son dos tipos de churros: el primero es el grande (tipo donuts),
que viene relleno, que es propio de las panaderías. El segundo son los aros
pequeños y azucarados, que venden en bolsas de papel.
Al hablar acerca de la aceptación y popularidad de estos productos en
Colombia, la docente explica que la mayoría de ellos están ligados a
celebraciones religiosas, en especial de Navidad.
Sobre los secretos de la preparación, para que no queden duros o se deshagan
fácil, Reinaldo, desde la panadería La despensa, comenta que la clave está
“en la mano del panadero” y en la calidad de la materia prima, tips que
comparte su colega Álvarez Quintero.
¿Y esos redonditos?

Otra de las adaptaciones son los churros, que tienen su origen árabe, que
llegaron a España durante la invasión de los moros y de ahí a América,
comenta la docente.
Al hacer el recuento de otras preparaciones muy propias de las panaderías,
Reinaldo habla de las peras (que es otro batido más denso, que viene
cubierto de coco rayado y rellena de arequipe o crema pastelera).
“También están las lenguas, que se hacen con la misma base dulce que sirve
de base a los churros, las galletas y los panderitos”, comenta el panadero
que aclara que la guayaba es para los roscones, mientras que el arequipe es
para los churros. En la panadería tradicional poco se utiliza la llamada
crema pastelera.
Nuevas generaciones

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La docente Catalina Ochoa recalca que pese a que en la gastronomía hay
una tendencia a resaltar la tradición y honrar las raíces, en la
pastelería y repostería infortunadamente no se habla mucho del tema.
Dice que las nuevas generaciones están influenciadas por otras
preparaciones, entre ellas los cupcakes, que han hecho que los productos
tradicionales no sean considerados en sus opciones. “Igual, la sociedad
actual tiene un estigma negativo frente a productos como el azúcar, las
grasas, el trigo y el gluten”, comenta al afirmar que ahora muchas
personas ponen en la balanza lo saludable sobre el sabor, un aspecto que
en un futuro puede afectar el consumo de churros, rollos o roscones.

Aún en medio de la tendencia de comida saludable y cero azúcar, los rollos
(de los que una panadería pueden vender entre 30 y 50 diarios), churros,
roscones y lenguas dominan do la oferta en las tradicionales panaderías de
los barrios, en especial an Antioquia, Eje Cafetero y Valle del Cauca. El
color rojo sigue resaltando.

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