10 -

 

COLUMNISTA

 

Pereira, Colombia - Edición: 12.915-495

Fecha: Jueves 28-04-2022

 

Los libros están de feria y el nadaísmo con ellos

 

Jotamario Arbeláez

 

Después de 2 años sin FILBO, la pandemia se hizo de lado para dar paso a su nueva celebración, para regocijo de la ciudadanía bogotana que inunda gozosa sus pabellones. Es el encuentro con las novedades editoriales y con los amigos que dejamos de ver, ya que perdimos la insistencia en los bares.

Me tomo vacaciones de la montaña que ahora habito para recrearme en mi ambiente bibliófilo. A ver y promover mis libros y los de mis amigos por los distintos pabellones. Alguien me reclama que siga con la cantaleta del Nadaísmo, como si no tuviera derecho a seguir empujando el carro en el que me subí desde niño. ¿Alguien le reclamó a Breton, a Sartre o a Carranza que hasta última hora se refirieran a su surrealismo, a su existencialismo o a su petrocielismo? Por lo menos por hablar a toda hora del nadaísmo no me volví a ocupar de zaherir a los enemigos, que ya ni recuerdo quienes eran. Los dejé descansar en paz.

 

 

 

 Pues bien, para no perder la costumbre empiezo por mí, y además porque el evento es hoy miércoles 27 a las 4 p.m. en el stand 333 del Pabellón 3. Con la moderación de la poeta y filósofa rusa Masha Bronnikova, se hablará de los libros del nadaísmo y se presentará la provocativa y provocadora novela de la ídem Tatiana Arango, La celda de Talita. Y la versión definitiva de Mi reino por este mundo, en preciosa edición de la Universidad del Valle. La de Talita es una obra amorosa y carcelaria, de caricias y de denuncias, escrita con valentía y con ardentía. La mía es la recopilación de mi viaje por la vida en el tren de la poesía.

Este libro se está ofreciendo con gran descuento de feria en los stands de la Librería Nacional y de la Universidad del Valle, donde también se presenta la novela La piel por la piel, del escritor 
 

 

 

nadaísta residente en Cincinnati, Armando Romero. Esta obra hace parte de una trilogía que comprende Un día entre las cruces, recientemente editada por Sílaba, y de La rueda


En el stand de Eafit se encuentran varias obras de Gonzalo Arango, coeditadas con Corporación Otraparte, entre ellas la ya legendaria Obra negra y el libro de reciente aparición, Reportajes (Tomo 1). Allí mismo se encuentra La ejecución de la estatua, novela cimera de Amílkar Osorio, mi correspondencia con el también desaparecido Jaime Jaramillo Escobar “X se escribe con J”, y de Eduardo Escobar, Cabos sueltos. De este mismo autor Cuando nada concuerda, de Siglo del Hombre, e Insistencia en el error, publicado por Sílaba. En Univisiones se encuentra Islanada, última novela de Elmo Valencia, “el monje loco”. En Caza de libros se oferta La muerte de Jotamario. El viernes se presentará el libro Obregón: la fuerza de la vida, coordinado por Álvaro Medina y publicado por la Universidad del Norte. Circulan también libros de Jaime Espinel, Humberto Navarro, Dina Merlini, 
quien próximamente será homenajeada en Venezuela, de Patricia Ariza, Dukardo Hinestrosa, Rafael Vega-Jácome y Darío Lemos.

Por si fuera poco, el Instituto Distrital de las Artes IDARTES publicó, en edición espléndida, el libro de Laura Rubio, profusamente ilustrado con documentos de la época, NADAISMO: Una propuesta de vanguardia, ganadora de la beca de investigación en artes plásticas 2020. Se preparan ediciones de Los cantares de Jan Arb y de Entrepiernas, cuentos de Jaime Jaramillo Escobar escritos por la misma época de los legendarios Poemas de la ofensa, cuando aún se firmaba X-504.

 

 

CODA: Es de destacar que por primera vez la alcaldía de Santiago de Cali, a través de la secretaría y subsecretaría que lidera la red de bibliotecas públicas, tiene espacio con un local en la Filbo. Allí presenta las publicaciones que escritores jóvenes han ganado en convocatoria Estímulos. El 30, a las 7 pm, tendrá una agenda especial en la carpa de encuentro en lo que se llama El Día de la Caleñidad. Cali será la ciudad invitada para la Filbo 2023, hecho no visto antes, lo que muestra la gestión de la red de bibliotecas.

 

de Chicago, publicada hace varios años por Villegas editores, y ahora circula por Europa en su versión italiana de la editorial Sinopia de Venecia, Italia, que también reeditó sus libros de cuentos y poemas.

 

 

Crónica de Gardeazabal # 401

 

La ropa usada

 

Gustavo Alvarez Gardeazábal

 

Audio:

https://www.spreaker.com/episode/49568202


Desde muy niño me tocó conocer costalados y canastadas de ropa usada. Mi madre, que fue la fundadora de las Damas de la Caridad de Tuluá en plena violencia, recogía ingentes cantidades de ropa usada para regalar a los desplazados que inundaban los andenes de las calles de Tuluá huyendo de la violencia, amparándose tan solo con los aleros de las viejas construcciones de la arquitectura paisa que tanto protegían del sol y la lluvia. Muchas de esas prendas recogidas venían sucias y mi padre, que era un alcahueta de siete suelas con sus labores benéficas, le regaló una lavadora automática marca Bendix, que parecía caballo cerrero brincando sobre si misma cuando aceleraba en sus labores de secado. Siempre hubo entonces en mi casa un pretexto para recoger ropa usada y volverla útil a quien la recibiera.

 

Hasta la mía terminaba en manos de los pobres socorridos de misiá Maruja porque como yo era el mayor y le llevaba 5 años largos a mi hermano, no ocurría lo que entonces en todas las casas pueblerinas se usaba de heredar forzosamente la ropa al hermano siguiente. Por eso tal vez cuando conocí hace un tiempo La Paca de la Calle Guerrero en el barrio de Getsemaní en Cartagena, se me removieron las cuerdas del afecto. En ese sitio la ropa de segunda no está ni en bultos ni en canastos ni en montones, como en la gran mayoría de ventorrillos de prendas usadas.

 

Allá, en La Paca de Getsemaní,8 mil o 10 mil vestidos, blusas, faldas, pantalones etc está cuidadosamente colgada de ganchos en toda la amplitud de la casona, bien lavada y planchada y, lo más impresionante a $ 5.000 cualquier prenda. La gran mayoría es ropa para mujeres, pero de todo tipo, colores y tallas, haciendo de esa Paca del ahora turístico barrio de los antiguos esclavos, todo un festival de colorido resonante. Me dicen ,porque no he vuelto a salir a otros lares, que ya existen almacenes de ropa usada en casi todas las ciudades de Colombia, pero ninguna de las que me han descrito tiene la limpieza, orden y prestancia de las mechas colgadas en la Paca del viejo Támara.

 

El las compra de los conteineres en los mayoristas de Bazurto. Muchas son extranjeras. Otras tantas nacionales y, como el ahorro en el gasto hogareño se ha puesto de moda, valdría la pena que los encuestadores de Raddar se enloquezcan con sus indicadores de consumo,y radiografíen y valoren la nueva y cada vez más grande Colombia que se pone ropa usada yendo a ver la venta de Getsemaní.


El Porce, abril 27 del 2022

 

  

 

 

  

 

 

EL IMPARCIAL

Submit

 

 

©El Imparcial Editores S.A.S  |   Contacto 606 348 6207  

 

    © 1948-2009 - 2022 - El Imparcial - La idea y concepto de este periódico fue hecho en Online Periodical Format (OPF) que es un Copyright de ZahurK.

    Queda prohibido el uso de este formato (OPF) sin previa autorización escrita de ZahurK