EDITORIAL
¿Verdad o Mentira
Natural?
En estas cinco últimas décadas se han ido forjando los elementos
constitutivos de la comunidad política que pretendía mejorar la vida
social y generar un equilibrio comunitario en el Cono Sur, se vio
declarada de verdad como su absoluta independencia del dominio de
los que se creían lideres por excelencia, donde el resultado fue
cada vez peor, Augusto Pinochet en Chile (17 de diciembre de 1974 –
11 de marzo de 1990), gobierno implacable y cruel, Anastasio Somoza
García Nicaragua (1967-1972, 1974-1979), dictador de facto que dejo
en su pueblo la amargura de vivir con miedo, Fidel Castro llegó al
poder en 1959 y trasfirió el poder a su hermano Raúl (quienes juntos
duraron en el poder por 60 años, hasta su muerte), fueron los
precursores las torturas y represiones más crueles en la historia
hasta la actualidad. No son las únicas pero no es de desgastar en
tema.
Desde allí parte el temor que se reitera la historia con los
actuales gobernantes que ven, en la represión, arrestos políticos y
la limitación comunicacional los elementos perfectos de generación
de caos y temor. La última década del siglo XX fue de gran
trascendencia para América Latina, dado que en ese período se han
producidos cambios importantes que constituyeron un punto de quiebre
respecto de lo que venía sucediendo en la región; se trata
fundamentalmente de la reactivación del crecimiento económico y la
reducción de la pobreza en los primeros años de ese período.
Asimismo, fue relevante la demostración del impacto que las crisis
internacionales tuvieron en los países latinoamericanos, en especial
durante la segunda parte de la década. En este escrito se realiza un
análisis de lo acaecido en los últimos períodos de gobiernos
autocráticos y se retoman temas de interés para la conciencia del
común, aplicando el mismo enfoque que ha caracterizado al panorama
social de América Latina y que tiende a repetir la odiosa historia
represiva.
En la historia romántica que nos enseñaron en la escuela, poblada de
héroes sin pueblo y de guerreros transformados en estadistas, sin
serlo; en esa historiografía profundamente épica y nacionalista,
todo comenzó en una época plagada de luchas por las libertades, se
recuerdan con nostalgia al mirar que los pueblos caen en el engaño
de unos falsos profetas, que se hacen llamar los demócratas. Nacimos
a la vida pública como por acto de magia y criados para ser unos
supuestos líderes, que realmente son manejados por grandes mafias
institucionadas. Los tres siglos de dominio colonial español han
quedado a oscuras por las proezas de los antiguos héroes del Cono
Sur, dejándonos una corta memoria colectiva y un legado histórico
que ahora se pretende borrar por decreto, incluso se colocan
escritos y leyendas de los modernos héroes colectivos que en la
realidad son usurpadores de los efectos de mentes cansadas de
mentiras, la comunidad está sumergida en decepción, nostalgia y
cansancio de ver como se roban a mansalva los dineros y salen libres
caminando con el estandarte de la banderas patrias.
La burla al colectivo se ha vuelto una costumbre que lleva consigo
la humillación a un pueblo creyente, que luego es objeto de
represión y torturas económicas con la que proceden a seguir
llenando sus bolsillos, es allí la historia. Juzguen Uds. si es
Verdad o Mentira.
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Director
Zahur Klemath Zapata
Gerente
Laurie Agront
Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.
Editor
Enrique J. Marrero
Diagramación
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Redes Sociales
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Soporte Tecnológico
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Correro
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Nos están robando de
frente y permanecemos como momias
Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com
Esta es la edición 12.917-497
de El Imparcial de hoy Martes 03 de Mayo de 2022.
Este es un país de vivos que sobreviven como momias embalsamadas. Y
no se dan por enterados en la forma en que los arrean los que ellos
mismos han elegido democráticamente para darles el poder para que
los jodan.
Estamos en el siglo XXI y de la historia universal no han aprendido
nada, y mucho menos de la propia. Los que hayan leído sobre el
desarrollo social de Colombia, quizás estén conscientes de lo que ha
pasado, pero no quiere decir que han asumido su responsabilidad de
hacer las cosas bien. El país ha sobrevivido porque tiene un capital
humano y territorial que ha ayudado a palear las adversidades de
quienes han estado en los gobiernos.
La capacidad de resistencia es inmensa a pesar de que cientos de
miles han huido del país y los nuevos retoños han continuado
sobreviviendo sin una orientación que les permite ver el futuro con
claridad. Se mueven porque la inercia ejercida los obliga a mantener
la bandera para continuar sin retroceder, con la esperanza de que
quizás van a lograr el sueño de poder alcanzar ese bienestar que
todo individuo quisiera tener.
Nuestras raíces carecen de directrices nacidas de nuestros propios
fundamentos, están mezcladas de todo tipo de toques externos que nos
han hecho creer que son buenas y saludables. Pero han sido más
dañinas de lo que la gente se imagina. Ellas no dan margen a que lo
propio crezca en esa amalgama de riqueza natural que nuestra
sociedad tiene por ese fundirse entre sí como un buen vino o coñac.
La corrupción que hoy corroe la nación hace parte de ese destilar de
la manipulación de
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señores que siempre han creído que no permitiendo que otros
prosperen se mantendrá el orden y la prosperidad para ese grupo de
individuos que se creen dueños de todo. Pero nunca pensaron que
dentro de esas raíces hay una sociedad que no tiene miramientos
hacia ellos y que se proyectan como sea para alcanzar esas metas que
se proponen.
Esto ha hecho que el país se mantenga de pie, aunque se lo están
robando los enemigos de la prosperidad.
Nada va a cambiar de inmediato, pero se está cocinando a paso lento
una generación que está reclamando sus derechos aquí y allá como un
rio subterráneo que al final saldrá a la superficie a fertilizar las
tierras que han sido maltratadas.
Estas elecciones son el enfrentamiento de fuerzas que creen en un
cambio radical y las de alcanzar la estabilidad en medio de la
tormenta. Pero hay una tercera fuerza que no cree en ninguna de las
dos y que está madurando para poder desalojar todo es sistema
parasitario que tiene la nación.
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