UNA REFORMA AGRARIA: ¡INÚTIL Y CATASTRÓFICA!
Por:
Álvaro Ramirez Gonzalez
alragonz@yahoo.es
Lo primero que logró este anuncio, vacío e irresponsable sobre las
tierras, es detener de un solo golpe, las operaciones inmobiliarias
de tierras en el país.
El solo enunciado ya hizo serios dańos.
Pero lo que sigue es peor, por inútil.
Distribuir solamente la tierra ha sido siempre un fracaso.
Hay mil ejemplos.
Conozco uno y se los voy a contar.
En Puerto Boyacá, le incautaron y extinguieron una tierra a José
Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano.
Eran 1000 hectáreas, de las más ricas vegas del Magdalena Medio.
El Estado la dividió en 100 parcelas de 10 hectáreas cada una y se
las adjudicó a 100 campesinos.
El panorama hoy es lamentable.
Solo viven allí dos parceleros en condiciones de miseria.
El resto fueron vendidas (con promesa de compraventa mientras se
vence el plazo para poder escriturar) a los ganaderos vecinos.
Toda la filosofía de esa reforma agraria y de esta que anuncia la
locuaz ministra Cecilia López, se cae al suelo.
Es totalmente inútil.
Culpar a todos los dueños de tierras grandes de especuladores es
irresponsable y equivocado.
Definir cuáles tierras son latifundios o improductivas es
sencillamente imposible.
“Un campesino de las sabanas del llano con 1000 hectáreas, no es
capaz de producir 1 salario mínimo mensual”, dicen los entendidos
del Llano.
Para volver productiva y útil la distribución de tierras un
campesino necesita además:
1. Plan de producción
2. Semillas
3. Abonos
4. Matamalezas
5. Herramientas
6. Financiación sin intereses
7. Vías de acceso
8. Red de clientes para sus productos.
Como pueden ver, el Estado apenas le podrá entregar un pedazo de
tierra.
Lo demás no lo puede hacer por problemas logísticos, burocráticos y
financieros.
Claro que la hablantinosa ministra anuncia que lo van a hacer.
Pero igual que todas las otras reformas agrarias, llegaron apenas a
una inútil distribución de tierras.
El Gobierno de Iván Duque montó un programa llamado “Agricultura por
contrato”
Gracias a ese programa, 186.000 campesinos están hoy directamente
conectados con redes de tiendas, supermercados y fábricas que venden
y transforman sus productos agrícolas, eliminando toda una red de
intermediarios.
Eso sí es una política útil y efectiva.
El caos que han generado los solos anuncios de la locuaz Cecilia
López, es brutal.
El campo colombiano no se puede manejar con estadísticas bogotanas.
¡Es mamerto pero además inútil!
¿Con qué dinero un Estado asfixiado financieramente piensa comprar
esas tierras?
No hay un solo centavo para ese propósito.
Esa desarticulada, desfinanciada e ineficaz política, es lo que
tiene para ofrecer el nuevo gobierno.
Una persecución a los ricos para despojarlos de alguna manera de sus
tierras y regalárselas a los pobres.
Politiquería de la más barata.
Hay millones de cosas para hacer en el sector agropecuario.
100 distritos de riego por decir cualquier cosa, en zonas ricas pero
con veranos muy drásticos, de seguro, doblarán la producción
agrícola y pecuaria de Colombia.
|
|
¿No es más útil eso?
Créditos sin costo para los campesinos en ciertas áreas complicadas
y con la intención de terminar los cultivos de marihuana, coca y
amapola.
Una fuerte inversión como la empezó Duque en vías terciarias, es sin
duda un magnífico disparador de la producción agrícola y pecuaria.
Esas cosas si son útiles y sostenibles en el tiempo.
Son políticas que van directo al bienestar y a facilitar y animar la
producción en el campo.
Pero salir a perseguir ricos para darle a un campesino una parcela
sin un plan, sin semillas, ni abonos, ni matamalezas, ni
herramientas, ni vías de acceso, ni clientes, es totalmente inútil.
Esta política barata y bobalicona va a hacer agua la política
agropecuaria de este gobierno.
¡Un total fracaso!
¡EL AVARO ASUSTADO!
Por: Iván R.
Contreras C.
Nadie puede hacer lo que le venga en gana, fueron las palabras de
Luís Carlos Sarmiento Ángulo, el hombre más rico del país, con una
fortuna según Forbes, qué pasa los 13 mil millones de dólares y que
está ad portas de al fin pagar impuestos, como debe pagarlos y sin
todas las prebendas que le otorgan los politiqueros y los
presidentes que son alcanzados por sus tentáculos, en las campañas
políticas, de las que reciben de este, miles de millones para
financiarlas.
Al mejor estilo de los que quieren sembrar pánico y miedo contra el
presidente electo Gustavo Petro Urrego, palabras más, palabras menos
dijo en la inauguración de la nueva calzada Chirajara-Fundadores, en
la ruta a Villavicencio, que nadie debe ser expropiado, lo dijo sin
inmutarse, sin el más mínimo recato de pudor, para luego enviar una
carta a su periódico El Tiempo, donde se retracta diciendo que sus
palabras fueron tomadas fuera de contexto, o de manera opuesta a lo
que él quiso decir.
El país no olvida que LCSA, fue un banquero que se enriqueció con el
UPAC, que le quitó la oportunidad de tener vivienda a más de medio
millón de colombianos, que su fortuna se amasó en la época de los
carteles de la droga y que ha estado envuelto en muchos escándalos
de corrupción, que son olvidados, archivados o simplemente
prescriben, además de la apropiación de baldíos con la complicidad
de las autoridades, estos baldíos, son las tierras que deben ser
asignadas a los campesinos y trabajadores agrarios, en condiciones
de pobreza, que la norma prohíbe acumular en más de una Unidad
Agrícola Familiar UAF, para evitar el feudalismo territorial.
Además de ser dueño del grupo AVAL, que acumula cuatro bancos, el
periódico El Tiempo, el fondo de pensiones Colpensiones, una cadena
de hoteles, concesiones viales con sus respectivos peajes,
constructoras de vivienda, compañías petroleras, de gas, ¿Cree que
eso le da la autoridad para robarle al país más de 13 mil hectáreas
de baldíos de los campesinos pobres? ¿Porque nadie dice nada?
¿Porque nadie atiende las denuncias de los campesinos en los
municipios de Puerto Gaitán y Puerto López en el Meta, que son ahora
de su propiedad?
Miremos solamente Pajonales, una extensión de más de 4.000 hectáreas
donde se viola la prohibición de acumular baldíos y donde la UAF es
de tan solo 699 hectáreas, un personaje que ha recibido millonarios
recursos no reembolsables del estado para sus negocios
agroindustriales, como por ejemplo; 36 mil millones de Finagro, de
la contratación estatal, de las gabelas o exenciones arancelarias
sin determinar, de los caros costos a los usuarios de sus bancos, de
los intereses de usura a los préstamos que
hace.
Usted señor LCSA
si hace lo que se le da la gana, para ud. no existe la ley, su
avaricia no tiene límites y no es solo por cobrar los peajes más
caros, por amañar obras cuyas concesiones son a 20 años y algunas ya
van para 40.
Luís Carlos
Sarmiento Ángulo, ud. si ha sido un expropiador, usted ha sido un
corrupto que de la mano de personajes que no litigan si no que más
bien compran la justicia, como el despiadado corrupto Néstor
Humberto Martínez, usted se ha pasado gran parte de su vida
delinquiendo y dejando en la ruina, no solo al país, también a
cuánta persona se retrase en los pagos de las obligaciones
crediticias en sus bancos y hasta de lavado de activos le han
endilgado o recordemos lo de Odebrecht.
Leer a Molière en su obra el avaro, este se queda en calzoncillos
ante su crueldad y avaricia, ante su maldad y corrupción, usted es
un ser despiadado, despreciable y como diría mi padre, con la lápida
|
|
pegada al derrier más al lado de allá que de acá y no deja de
escrutar las maneras de robar más el país, dijo que los colombianos
no debemos dejarnos enredar en discusiones farisaicas, cuyo
propósito evidente es el de impedir el análisis y juiciosa
consideración de la idea propuesta, que es exactamente lo que usted
le hace a los colombianos, al país, quitarle los beneficios que son
destinados a los campesinos, a la clase media, a los humildes
trabajadores que son obligados a abrir cuentas en sus corporaciones
bancarias, para cobrarles y descontarles por derecha el manejo de
las tarjetas y cuentas donde les depositan su salario mínimo, que ya
por demás no les alcanza para su sustento.
Deberíamos darle una lección a este miserable avaro multimillonario
y sacar nuestros pocos ahorros de sus bancos, del fondo de pensiones
y pedirle al presidente electo, que recupere las tierras de los
campesinos y tengo la total seguridad, que seguirá siendo el hombre
más rico del país y uno de los más ricos del mundo.
¿De
quién es la verdad?
Por: Guillermo Navarrete Hernández
Nada más relativo en la vida
que la verdad. Sobre ella se escudan hasta los que mienten para encubrir el
engaño con propósitos manipuladores. De hecho, existen teorías orientadas a
explicar la incidencia de esta en las relaciones individuales, familiares y
sociales.
Desde Aristóteles hasta
filósofas y filósofos contemporáneos como Arendt, Nussbaum, Habermas y Bauman.
En el aspecto espiritual la verdad es fundamental a la hora de confesar los
pecados para alcanzar la redención.
Al mismo tiempo, puede
afirmarse que se enmarca dentro de diferentes tipologías, de acuerdo con la
perspectiva desde la cual se quiera interpretar: la verdad científica, la verdad
relativa, la verdad a medias, la verdad verdadera y hasta la verdad judicial. En
justicia restaurativa se constituye en un pilar básico para la restitución de
los derechos de las víctimas.
Cuando de conflictos se trata, aquel viejo adagio de que la historia la cuentan
los vencedores deja por fuera la necesaria narrativa de los vencidos, quienes en
un sinnúmero de ocasiones terminan siendo víctimas de procesos prolongados y
sistemáticos de violencia perpetrada por detentadores del poder.
Fenómeno recurrente en
diversos territorios de la Nación, en donde la mayor parte de sus habitantes
debieron someterse a la verdad del actor armado que ejercía – y ejerce- el
dominio territorial, muchas de las veces en connivencia con clanes políticos.
En Colombia, los esfuerzos realizados para explicar las causas de la violencia
que conduzcan a la verdad de lo sucedido y evitar así la repetición de los
hechos, son varios, y ha sido a través de las denominadas Comisiones de la
Verdad.
La primera de ellas, se
instituyó en el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla luego de un proceso
de armisticio y desmovilización de las guerrillas liberales, de la que surgió el
libro “La Violencia en Colombia”, escrito por el Sacerdote Germán Guzmán Campos,
Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna.
Dos tomos de relatos
tormentosos y atormentados, expresiones utilizadas en el prólogo de Fals Borda
(2005) para referirse “a la tragedia del pueblo colombiano desgarrado por una
política nociva de carácter nacional y regional y diseñado por una oligarquía
que se ha perpetuado en el poder a toda costa, desatando el terror y la
violencia” (p. 11).
Posteriormente, se
establecieron dichos mecanismos con diferentes nombres en los gobiernos de
Virgilio Barco Vargas, César Gaviria Trujillo y Ernesto Samper Pizano; además de
la creada por la Corte Suprema de Justicia en el 2005 para revelar los hechos
del Palacio de Justicia, al igual que otras para establecer lo sucedido en
masacres como la de Trujillo, Uvos, Caloto y Villatina, para culminar con la
Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación del gobierno Uribe con ocasión
del pacto con grupos paramilitares y la Comisión para el Esclarecimiento de la
Verdad, la Convivencia y la no Repetición producto del Acuerdo entre el Estado y
las Farc, en el año 2016.
El pasado 28 de junio, después de cinco años de ardua labor, esta última
presentó ante la sociedad el informe final: “Hay futuro si hay verdad”, 896
páginas de hallazgos de multidiversa violencia y de recomendaciones para superar
una prolongada y triste etapa de nuestra historia.
Para algunos dogmáticos
corresponde a un documento con lamentablemente sesgo ideológico. A mi juicio, la
oportunidad de buscar puntos de encuentro en medio de la diferencia para
construir inclusión y bien-estar.
|