Pereira, Colombia - Edición: 13.016-596

Fecha: Sábado 17-12-2022

 

COLUMNISTAS

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CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

 

 

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica


LA ILUMINACIÓN (10)

 

Namasté para todos, un saludo Sammasati, esperando que estés bien, feliz y en paz. Hoy
continuamos con la decima entrega del quinto capítulo titulado “La Iluminación”, del libro inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”.


En esta entrega, el Maestro continúa explicándole a su discípulo Las ocho etapas de la liberación, conocidas como el Óctuple Sendero o el Camino Medio enseñado por Budha. Ya en la entrega anterior el Maestro explicó la quinta etapa: El Modo de Vida Correcto. Ahora continuara con la sexta etapa: El Esfuerzo Correcto.


Comencemos entonces:


97. Adepto: Maestro, por favor pasemos a la sexta etapa: El Esfuerzo Correcto.


98. Maestro: En demasiadas ocasiones cuando pensamos en esfuerzo, lo relacionamos con un tipo de actitud que hemos de adoptar para poder hacer aquello que no queremos. Esta asociación y otras similares nos llevan a tener una relación desagradable con el esfuerzo. En el contexto del noble camino óctuple el vocablo que se utiliza es vyama (sánscrito) y su significado estricto es ejercicio físico y está muy relacionado con la gimnasia. Según las reflexiones de Sangharakshita: la connotación de esta palabra nos indica que la vida espiritual es una vida activa, incluso dinámica, pero esto no significa que uno tenga que estar haciendo cosas constantemente o ir deprisa de aquí para allá; significa que uno debe estar mental, espiritualmente, incluso estéticamente activo.

 

La vida espiritual no consiste en estar cómodamente tendido en el sofá leyendo la vida, esfuerzos y austeridades de Milarepa y pensando ¡que estupendo! El Budismo es un camino que requiere esfuerzo y vigor espiritual sea cual sea la edad que tengamos o el estado del cuerpo. Este esfuerzo al que estamos refiriéndonos tiene dos aspectos: uno general que tiene que ver con el esfuerzo
que hemos de realizar en cada una de las etapas y otro específico.


99. Adepto: Maestro, en una ocasión me comentaste que en esta etapa, deberíamos realizar cuatro ejercicios, ¿Me podrías indicar, cuales son?

100. Maestro: El esfuerzo perfecto específico, es decir esta sexta etapa del camino consiste en una serie de cuatro ejercicios:


1º Prevenir
2º Erradicar
3º Desarrollar
4º Mantener.


101. Adepto: Explícame por favor el ejercicio de prevenir.


102 Maestro: (1º) Prevenir el surgimiento de estados mentales torpes. Como ya vimos, en el budismo, torpe (Akusala) está relacionado con un estado de mente en donde predomina el deseo egoísta, odios o enfados y la confusión el aturdimiento o la ignorancia. En este ejercicio de prevenir, hemos de darnos cuenta de que no se trata de nada especialmente filosófico sino más bien de algo muy práctico. Estamos todo el tiempo en contacto con las cosas, los otros y la vida y
este contacto lo establecemos a través de los sentidos. Vemos algo agradable y lo deseamos, o vemos algo que nos incomoda y nos enfadamos, el recuerdo de cosas del pasado nos puede poner tristes o iracundos. Vemos, oímos, sentimos a través de la piel, gustamos, olemos, pensamos y antes de que nos demos cuenta podemos estar enredados en miedos, enfados y deseos irracionales. De tal modo que para realizar este ejercicio hemos de poner un “guardián a la puerta de los sentidos”. Dicho de otra manera, hemos de ejercitar nuestra atención consciente en relación con los objetos de los sentidos y con la mente inferior. Hemos de darnos cuenta de lo que vemos, oímos, pensamos etc. y el efecto que esto tiene en nuestros estados mentales y hemos de intentar darnos cuenta antes de que estos estados estén ya instalados en nosotros.


102. Adepto: Explícame ahora el ejercicio de erradicar.


103. Maestro: (2º) Erradicar los estados mentales torpes que ya tenemos.

 

Podríamos decir que cualquier cosa que nos impide tener una mente lúcida y serena la podríamos clasificar dentro de esta lista de 5 obstáculos: Deseo; Odio/rechazo; Ansiedad/Desasosiego; Pereza/Letargo; Duda/indecisión. Imagina, por ejemplo, que estás tranquilamente sentado en tu casa reflexionando, incluso puede que estés meditando, entonces comienza un fuerte ruido sobre ti, una vez más los vecinos de arriba tienen la música muy alta y se dedican a mover muebles de un lado a otro. Desde luego no es agradable y tú comienzas a enfadarte, recuerdas todas las noches que no te dejaron dormir bien y las veces que has subido a hablar con ellos sin que nada cambie y cada vez te enfadas más, haciendo que te sea imposible seguir con tu reflexión. Probablemente este enfado traiga a tu mente otras muchas causas de enojo en tu vida. ¿Cuál es el verdadero obstáculo para tu tranquilidad? ¿El ruido? yo diría que no, el ruido es desagradable, pero es tu sentimiento de enfado el que te impide relajarte y seguir meditando.


El Obstáculo del deseo: Con frecuencia queremos más cosas de las que realmente necesitamos, tal vez las usemos para paliar carencias emocionales. De cualquier forma, al actuar así el deseo se vuelve un tanto neurótico y además terminamos ciegos a lo que en verdad nos está pasando, por no hablar del desgaste de recursos en el mundo. Las necesidades, del tipo que sean, pasan de ser algo adecuado para vivir y funcionar en el mundo a ser un obstáculo para nuestro desarrollo.


El obstáculo del odio. A nadie nos gusta aceptar que sentimos odio así que lo desglosaré: es esta una emoción de rechazo, de enfado, de agresividad, de disgusto, de actuar usando poder y también incluye lo que podríamos llamar indignación justa. Puede ser frío o pasional, el hecho de decir las cosas en voz baja y con “buena educación” no significa que sean hábiles.

 

El obstáculo de la ansiedad. Parece que lo que queremos siempre, está en otro sitio, en

 

 

 

otro instante, nunca en el momento presente. La ansiedad puede estar disfrazada de eficacia “Tengo que hacer esta lista mental de tareas para mañana” pero la mayoría de las veces solo es intranquilidad.

 

Cuando estamos trabajando pensamos en el ocio, cuando es nuestro tiempo de descanso pensamos en el trabajo, si no tienes pareja quieres una, si la tienes, piensas que mejor
solo…. A veces nos resulta imposible sentarnos solos con tranquilidad siquiera unos minutos.


El obstáculo de la pereza. Este obstáculo puede tener que ver con un bloqueo de energía o emocional que nos impide actuar; el obstáculo de la pereza es inercia, es cuando sentimos que nada nos importa, es una actitud de rigidez y estancamiento y aunque pueda pareceros fuerte, a veces toma forma de desánimo y de desilusión.


El obstáculo de la duda. Esta duda no es la duda sana que nos impulsa a investigar, preguntar y aclarar ideas, sino más bien la duda corrosiva que nos quita la iniciativa y nos incapacita. Tiene que ver con falta de confianza, tiene que ver con indecisión y con no querer comprometernos.


Estos son el tipo de estados mentales torpes que en una medida u otra están ya en nuestra mente y hemos de erradicar. Y por supuesto existen los antídotos.


En el siguiente artículo continuaremos con la undécima entrega del Quinto Capítulo, no te la
pierdas.

 

EL CAMPESINO EJE POTENCIAL DE VIDA


Por: Iván Roberto Pulido González

 

Históricamente la agricultura ha trascendido como el motor que impulsa el desarrollo económico de las naciones, tras la transformación de sus territorios rurales en armónicos procesos derivados de las dinámica y adaptabilidad a las leyes de la sostenibilidad, metamorfosis que implica innovación, desarrollo rural, asesoría, financiamiento, comercialización, encajada en políticas funcionales dirigidas a la productividad, competitividad y al mejoramiento de calidad de vida de sus actores, en concordancia con la naturaleza.

En el caso de Colombia, el sector agrario, ha marcado históricas pautas de participación en el proceso de su desarrollo económico y social, por una parte como generador de más del 20% del empleo formal, de otra, por la producción de alimentos y materias primas requeridas para la agroindustria y, finalmente otra parte de su producción destinada a los mercados internacionales para generación de divisas en la balanza comercial agropecuaria.

De relevar, el solo hecho de señalar que en la década de los 40, el sector agrario participaba en más del 40% del PIB, reducido en el decenio de los 70 a cerca del 25% y mayormente deflactado a partir de los 90 con participación de tan solo 7% del PIB en 2.021.

Descenso particularmente motivado por los incoherentes manejos de los gobiernos de las cuatro últimas décadas, que obligaron al país a la improductividad y a importar aproximadas 14 millones de toneladas de los productos tradicionales que antes se producían localmente, exponiendo al país al riesgo de perder su soberanía alimentaria, implicando por demás un alud de desplazamientos a lo urbano, en su mayoría de juventud rural en busca de mejores oportunidades y a propiciar la falta de mano de obra en los campos colombianos.

Ante tan serio contexto, surge la necesidad de implementar políticas que reduzcan la brecha rural y urbana, que cobije muy especialmente a las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes a la igualdad de condiciones, que les facilite su inclusión y derecho a formar parte de la sociedad colombiana y además les reconozca el importante rol que ejercen alrededor de 12 millones como habitantes del sector rural colombiano, guardianes de nuestros recursos naturales, que representan el 26% de la población, a quienes tampoco se les reconoce la precariedad de vida, pero donde si prevalece desafortunadamente el 62% de la población en condiciones de pobreza y un 21% de ella afectada en la pobreza extrema o indigencia, todo a causa del abandono y vulneración a la que han sido sometidos por un periodo no menor a doscientos años.

Raciocinio que da pie a la implementación de políticas estatales que les motive y conduzca a la transformación de su visión ancestral de la agricultura basada en actividades primarias básicas, a una más amplia y moderna dirigida a la agroalimentación, ligada a la innovación, tecnología y economía con base en cadenas de valor, transporte mejorado, fomento financiero blando y comercialización dolarizada, en procura de la rentabilidad de su producción.

Cabe preguntarse si la manera de aprovechar las oportunidades de precios elevados de los commoditis agrícolas sea el competir en los mercados internacionales, o en su defecto considerar como buen salto a la productividad, la diversificación basada en productos agrarios propios de nuestra región tropical, ejemplo frutales exóticos tipo marañón, mangostino, rambután, limón Tahití, arándanos, uchuvas, gulupas, granadilla, entre

otros, que los motive a garantizar una objetiva dolarización, vida digna como productores del campo, a de nuevo promover su identidad campesina, cultura y arraigo a sus tierras de origen.
 
Nueva agricultura, que conducida por el estado, integre o interrelacione con base en cadenas de valor a comunidades y empresarios del sector privado, en búsqueda del mejor aprovechamiento a las oportunidades comerciales brindadas por los tratados de libre comercio firmados.

Oportunidades que como ejemplo, nos demuestran países como Ecuador, Perú, Costa Rica, Chile que supieron aprovechar los TLC, para afianzar su producción agraria, motivo de orgullo de sus economías por sus básicos soportes en el PIB de sus naciones e increíbles réditos socio económicos para sus familias y entorno de la ruralidad.

Países que implementaron medidas dirigidas a su equilibrio económico, soportados en controles a la corrupción e inflación, inclusión de sus comunidades campesinas, contención del conflicto social, eliminación de aranceles a la importación de maquinaria, fertilizantes e insumos agrarios, amplia apertura a los mercados externos, fuerza laboral educada y capacitada, inclusión de la tecnología digital e Internet en la ruralidad, inversión presupuestal en investigación y desarrollo, mejora de la infraestructura vial, reducción del gasto público, eliminación de obstáculos para la libre empresa, equilibrio macroeconómico y liberalización comercial, todas medidas que impulsaron el crecimiento de los sectores orientados a la exportación, que promovieron la modernización de los sectores para sustituir en buen grado sus importaciones.

 

Paralelo que invita a la Colombia agraria a sugerir la puesta en marcha de mejores políticas para el desarrollo agrícola, ligadas a la reinstitucionalidad de la ciencia, investigación, desarrollo y transferencia de tecnología, que redunde en programas público privados que faciliten la producción agraria e impulsen los procesos
 

 

productivos sostenibles integrados a la agricultura como soporte básico para las políticas agropecuarias, en función de la competitividad del sector.

 

Además el fortalecimiento de la investigación aplicada y consolidada en un sector productivo sólido, base para la conversión de Colombia en una despensa agraria para el mundo e implementación de cadenas de valor en las diferentes latitudes del país, encaminadas a la producción y exportación de frutas exóticas y hortalizas sustentables proyectadas a abastecer mercados con alto potencial de compra como el caso de Europa, Asia, Estados Unidos, China y Canadá entre otros, fuertes consumidores aptos para el pago de óptimos precios para la compra de productos sanos e inocuos de procedencia orgánica a óptimos precios por su origen.

La idea será que el gobierno, en vez de otorgar subsidios permanentes a la actividad productiva, innove en la investigación científica, facilite el acceso al financiamiento blando y apoye en la comercialización, fórmulas que con toda seguridad, reflejaran aumentos de productividad, lo que sugiere que si hay forma para sacarle provecho al auge del mercado agrícola internacional.

Y en adición, prioritario incluir políticas sociales y económicas que reduzcan el hambre en la ruralidad, comprando el estado alimentos en las regiones, para su distribución entre las familias más pobres, que a su vez facilite al entorno regional, el acceso a alimentos más económicos, que además estimulen la circulación financiera zonal.

En resumen, la especial relevancia de poner en práctica políticas agrícolas estatales que incentiven la inversión privada en provecho de las oportunidades que brinden los mercados; impulsen y financien la generación de capitales básicos para desarrollo de los diferentes proyectos productivos; y establezcan las instituciones e institucionalidad necesarias para asegurar la eficacia de las políticas, todo sustentado en políticas sociales que deriven en mejoramiento de la economía popular, redistribución de la riqueza, reducción de la brecha de la desigualdad y hacer entender a los poderosos que el pago de más tributos, significa mejor educación, salud y progreso para el país.

“Y no olvidemos, sin campesinos el panorama oscurece, la oferta disminuye, la crisis climática y alimentaria aumenta, la realidad del hambre acecha en el silencio y la extinción aflora”.

ASOCIACION DE INGENIEROS AGRONOMOS EGRESADOS DE LA UT AMANTES DEL CAMPO. I.A. IVAN ROBERTO PULIDO GONZALEZ. - REPRESENTANTE

 

Debemos de ponerle el ojo a las regalías

 

 

Por Ramón Elías Franco

 

En medio de una situación fiscal bastante complicada, que se evidencia no solo en la drástica reforma tributaria que se está tramitando sino en los nubarrones de riesgo recesivo que asoman en todo el mundo, el Estado colombiano planea movilizar entre 2023 y 2024 más de 31,3 billones de pesos a través del Sistema Nacional de Regalías (SNR).

Se trata, sin duda alguna, del presupuesto más alto de la historia y, por ende, ya desde distintos sectores políticos, económicos, sociales, regionales, gremiales e institucionales se han prendido las alarmas en torno a cuáles serán los mecanismos nuevos que la Nación aplicará para evitar que una parte de ese billonario monto termine siendo botín de las redes de corrupción, los carteles de la contratación, el desgreño administrativo y la ineficiencia de los contratistas.

De hecho, luego de que el Ministerio de Hacienda presentara a comienzos de este mes al Congreso el respectivo proyecto de ley para aprobar ese presupuesto bienal, ha venido creciendo un debate en torno a si no es necesario proceder a reformas legales e incluso constitucionales para fortalecer el esquema administrativo y de vigilancia preventiva de estos dineros, que deben estar dirigidos a inversión social, educación, salud, infraestructura, ciencia y tecnología, y ambiente, así como para focalizarse en los municipios más afectados por el conflicto armado y la pobreza.

Las alarmas tempraneras no son gratuitas teniendo en cuenta tres elementos muy puntuales. De un lado, que, pese a todos los ajustes para garantizar la transparencia en la asignación y ejecución de estos recursos, las anomalías continúan presentándose. Prueba de ello es el más reciente informe de la Contraloría, según el cual desde el segundo semestre de 2018 hasta junio pasado hubo 1.578 hallazgos con incidencia fiscal, por un valor total superior a los 3 billones de pesos.

La Procuraduría también ha alertado sobre múltiples casos de contratos con ejecución deficiente, ‘elefantes blancos’, cuantiosos anticipos en riesgo y grandes sumas congeladas en el sistema financiero. A su turno, no pocas veedurías ciudadanas denuncian que hay mafias enquistadas en muchas gobernaciones y alcaldías que esquilman estos billonarios presupuestos.

Por otra parte, para nadie es un secreto que el país está empezando a entrar en modo campaña para las elecciones regionales y locales de octubre de 2023, lo que aumenta el riesgo de que estos dineros o la asignación de los mismos a determinados proyectos, obras y programas terminen siendo direccionados por maniobras politiqueras en departamentos y municipios.

A ello se suma que, pese a las pesquisas que realizan los entes de control fiscal, disciplinario y penal alrededor de las denuncias sobre presuntas graves irregularidades en los OCAD-Paz en el gobierno anterior, sobre todo en la inversión de altos presupuestos en los 170 municipios incluidos en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), todavía no hay claridad en torno a si hubo pérdida de dineros oficiales y quiénes serían los responsables.

Visto todo lo anterior, es entendible que se esté urgiendo que se activen más mecanismos para vigilar el uso de estos recursos. Es claro que hay más herramientas de inteligencia artificial disponibles, así como marcos de acción que permiten sobre todo a la Contraloría y la Procuraduría– realizar un monitoreo en tiempo real y con ello poder activar correctivos sobre la marcha en las obras y proyectos. Aun así, no cesan las irregularidades y la pérdida de recursos.

 

 

  

 

 

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