CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por:
Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
LA ILUMINACIÓN (10)
Namasté para todos, un saludo
Sammasati, esperando que estés bien, feliz y en paz. Hoy
continuamos con la decima entrega del quinto capítulo titulado “La
Iluminación”, del libro inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”.
En esta entrega, el Maestro continúa explicándole a su discípulo Las
ocho etapas de la liberación, conocidas como el Óctuple Sendero o el
Camino Medio enseñado por Budha. Ya en la entrega anterior el
Maestro explicó la quinta etapa: El Modo de Vida Correcto. Ahora
continuara con la sexta etapa: El Esfuerzo Correcto.
Comencemos entonces:
97. Adepto: Maestro, por favor pasemos a la sexta etapa: El Esfuerzo
Correcto.
98. Maestro: En demasiadas ocasiones cuando pensamos en esfuerzo, lo
relacionamos con un tipo de actitud que hemos de adoptar para poder
hacer aquello que no queremos. Esta asociación y otras similares nos
llevan a tener una relación desagradable con el esfuerzo. En el
contexto del noble camino óctuple el vocablo que se utiliza es vyama
(sánscrito) y su significado estricto es ejercicio físico y está muy
relacionado con la gimnasia. Según las reflexiones de Sangharakshita:
la connotación de esta palabra nos indica que la vida espiritual es
una vida activa, incluso dinámica, pero esto no significa que uno
tenga que estar haciendo cosas constantemente o ir deprisa de aquí
para allá; significa que uno debe estar mental, espiritualmente,
incluso estéticamente activo.
La vida espiritual no consiste en
estar cómodamente tendido en el sofá leyendo la vida, esfuerzos y
austeridades de Milarepa y pensando ¡que estupendo! El Budismo es un
camino que requiere esfuerzo y vigor espiritual sea cual sea la edad
que tengamos o el estado del cuerpo. Este esfuerzo al que estamos
refiriéndonos tiene dos aspectos: uno general que tiene que ver con
el esfuerzo
que hemos de realizar en cada una de las etapas y otro específico.
99. Adepto: Maestro, en una ocasión me comentaste que en esta etapa,
deberíamos realizar
cuatro ejercicios, ¿Me podrías indicar, cuales son?
100. Maestro: El esfuerzo perfecto específico, es decir esta sexta
etapa del camino consiste en una serie de cuatro ejercicios:
1º Prevenir
2º Erradicar
3º Desarrollar
4º Mantener.
101. Adepto: Explícame por favor el ejercicio de prevenir.
102 Maestro: (1º) Prevenir el surgimiento de estados mentales
torpes. Como ya vimos, en el budismo, torpe (Akusala) está
relacionado con un estado de mente en donde predomina el deseo
egoísta, odios o enfados y la confusión el aturdimiento o la
ignorancia. En este ejercicio de prevenir, hemos de darnos cuenta de
que no se trata de nada especialmente filosófico sino más bien de
algo muy práctico. Estamos todo el tiempo en contacto con las cosas,
los otros y la vida y
este contacto lo establecemos a través de los sentidos. Vemos algo
agradable y lo deseamos, o vemos algo que nos incomoda y nos
enfadamos, el recuerdo de cosas del pasado nos puede poner tristes o
iracundos. Vemos, oímos, sentimos a través de la piel, gustamos,
olemos, pensamos y antes de que nos demos cuenta podemos estar
enredados en miedos, enfados y deseos irracionales. De tal modo que
para realizar este ejercicio hemos de poner un “guardián a la puerta
de los sentidos”. Dicho de otra manera, hemos de ejercitar nuestra
atención consciente en relación con los objetos de los sentidos y
con la mente inferior. Hemos de darnos cuenta de lo que vemos,
oímos, pensamos etc. y el efecto que esto tiene en nuestros estados
mentales y hemos de intentar darnos cuenta antes de que estos
estados estén ya instalados en nosotros.
102. Adepto: Explícame ahora el ejercicio de erradicar.
103. Maestro: (2º) Erradicar los estados mentales torpes que ya
tenemos.
Podríamos decir que cualquier cosa
que nos impide tener una mente lúcida y serena la podríamos
clasificar dentro de esta lista de 5 obstáculos: Deseo;
Odio/rechazo; Ansiedad/Desasosiego; Pereza/Letargo; Duda/indecisión.
Imagina, por ejemplo, que estás tranquilamente sentado en tu casa
reflexionando, incluso puede que estés meditando, entonces comienza
un fuerte ruido sobre ti, una vez más los vecinos de arriba tienen
la música muy alta y se dedican a mover muebles de un lado a otro.
Desde luego no es agradable y tú comienzas a enfadarte, recuerdas
todas las noches
que no te dejaron dormir bien y las veces que has subido a hablar
con ellos sin que nada cambie y cada vez te enfadas más, haciendo
que te sea imposible seguir con tu reflexión. Probablemente este
enfado traiga a tu mente otras muchas causas de enojo en tu vida.
¿Cuál es el verdadero obstáculo para tu tranquilidad? ¿El ruido? yo
diría que no, el ruido es desagradable, pero es tu sentimiento de
enfado el que te impide relajarte y seguir meditando.
El Obstáculo del deseo: Con frecuencia queremos más cosas de las que
realmente necesitamos, tal vez las usemos para paliar carencias
emocionales. De cualquier forma, al actuar así el deseo se vuelve un
tanto neurótico y además terminamos ciegos a lo que en verdad nos
está pasando, por no hablar del desgaste de recursos en el mundo.
Las necesidades, del tipo que sean, pasan de ser algo adecuado para
vivir y funcionar en el mundo a ser un obstáculo para nuestro
desarrollo.
El obstáculo del odio. A nadie nos gusta aceptar que sentimos odio
así que lo desglosaré: es esta una emoción de rechazo, de enfado, de
agresividad, de disgusto, de actuar usando poder y también incluye
lo que podríamos llamar indignación justa. Puede ser frío o
pasional, el hecho de decir las cosas en voz baja y con “buena
educación” no significa que sean hábiles.
El
obstáculo de la ansiedad. Parece que lo que queremos siempre, está
en otro sitio, en
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otro instante, nunca en el
momento presente. La ansiedad
puede estar disfrazada de
eficacia “Tengo que hacer esta lista mental de tareas para mañana”
pero la mayoría de las veces solo es intranquilidad.
Cuando estamos trabajando pensamos
en el ocio, cuando es nuestro tiempo de descanso pensamos en el
trabajo, si no tienes pareja quieres una, si la tienes, piensas que
mejor
solo…. A veces nos resulta imposible sentarnos solos con
tranquilidad siquiera unos minutos.
El obstáculo de la pereza. Este obstáculo puede tener que ver con un
bloqueo de energía o emocional que nos impide actuar; el obstáculo
de la pereza es inercia, es cuando sentimos que nada nos importa, es
una actitud de rigidez y estancamiento y aunque pueda pareceros
fuerte, a veces toma forma de desánimo y de desilusión.
El obstáculo de la duda. Esta duda no es la duda sana que nos
impulsa a investigar, preguntar y aclarar ideas, sino más bien la
duda corrosiva que nos quita la iniciativa y nos incapacita. Tiene
que ver con falta de confianza, tiene que ver con indecisión y con
no querer comprometernos.
Estos son el tipo de estados mentales torpes que en una medida u
otra están ya en nuestra mente y hemos de erradicar. Y por supuesto
existen los antídotos.
En el siguiente artículo continuaremos con la undécima entrega del
Quinto Capítulo, no te la
pierdas.
EL CAMPESINO EJE POTENCIAL DE VIDA
Por: Iván Roberto Pulido González
Históricamente la agricultura ha trascendido como el motor que
impulsa el desarrollo económico de las naciones, tras la
transformación de sus territorios rurales en armónicos procesos
derivados de las dinámica y adaptabilidad a las leyes de la
sostenibilidad, metamorfosis que implica innovación, desarrollo
rural, asesoría, financiamiento, comercialización, encajada en
políticas funcionales dirigidas a la productividad, competitividad y
al mejoramiento de calidad de vida de sus actores, en concordancia
con la naturaleza.
En el caso de Colombia, el sector agrario, ha marcado históricas
pautas de participación en el proceso de su desarrollo económico y
social, por una parte como generador de más del 20% del empleo
formal, de otra, por la producción de alimentos y materias primas
requeridas para la agroindustria y, finalmente otra parte de su
producción destinada a los mercados internacionales para generación
de divisas en la balanza comercial agropecuaria.
De relevar, el solo hecho de señalar que en la década de los 40, el
sector agrario participaba en más del 40% del PIB, reducido en el
decenio de los 70 a cerca del 25% y mayormente deflactado a partir
de los 90 con participación de tan solo 7% del PIB en 2.021.
Descenso particularmente motivado por los incoherentes manejos de
los gobiernos de las cuatro últimas décadas, que obligaron al país a
la improductividad y a importar aproximadas 14 millones de toneladas
de los productos tradicionales que antes se producían localmente,
exponiendo al país al riesgo de perder su soberanía alimentaria,
implicando por demás un alud de desplazamientos a lo urbano, en su
mayoría de juventud rural en busca de mejores oportunidades y a
propiciar la falta de mano de obra en los campos colombianos.
Ante tan serio contexto, surge la necesidad de implementar políticas
que reduzcan la brecha rural y urbana, que cobije muy especialmente
a las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes a la
igualdad de condiciones, que les facilite su inclusión y derecho a
formar parte de la sociedad colombiana y además les reconozca el
importante rol que ejercen alrededor de 12 millones como habitantes
del sector rural colombiano, guardianes de nuestros recursos
naturales, que representan el 26% de la población, a quienes tampoco
se les reconoce la precariedad de vida, pero donde si prevalece
desafortunadamente el 62% de la población en condiciones de pobreza
y un 21% de ella afectada en la pobreza extrema o indigencia, todo a
causa del abandono y vulneración a la que han sido sometidos por un
periodo no menor a doscientos años.
Raciocinio que da pie a la implementación de políticas estatales que
les motive y conduzca a la transformación de su visión ancestral de
la agricultura basada en actividades primarias básicas, a una más
amplia y moderna dirigida a la agroalimentación, ligada a la
innovación, tecnología y economía con base en cadenas de valor,
transporte mejorado, fomento financiero blando y comercialización
dolarizada, en procura de la rentabilidad de su producción.
Cabe preguntarse si la manera de aprovechar las oportunidades de
precios elevados de los commoditis agrícolas sea el competir en los
mercados internacionales, o en su defecto considerar como buen salto
a la productividad, la diversificación basada en productos agrarios
propios de nuestra región tropical, ejemplo frutales exóticos tipo
marañón, mangostino, rambután, limón Tahití, arándanos, uchuvas,
gulupas, granadilla, entre
otros, que los motive a garantizar una objetiva dolarización, vida
digna como productores del campo, a de nuevo promover su identidad
campesina, cultura y arraigo a sus tierras de origen.
Nueva agricultura, que conducida por el estado, integre o
interrelacione con base en cadenas de valor a comunidades y
empresarios del sector privado, en búsqueda del mejor
aprovechamiento a las oportunidades comerciales brindadas por los
tratados de libre comercio firmados.
Oportunidades que como ejemplo, nos demuestran países como Ecuador,
Perú, Costa Rica, Chile que supieron aprovechar los TLC, para
afianzar su producción agraria, motivo de orgullo de sus economías
por sus básicos soportes en el PIB de sus naciones e increíbles
réditos socio económicos para sus familias y entorno de la ruralidad.
Países que implementaron medidas dirigidas a su equilibrio
económico, soportados en controles a la corrupción e inflación,
inclusión de sus comunidades campesinas, contención del conflicto
social, eliminación de aranceles a la importación de maquinaria,
fertilizantes e insumos agrarios, amplia apertura a los mercados
externos, fuerza laboral educada y capacitada, inclusión de la
tecnología digital e Internet en la ruralidad, inversión
presupuestal en investigación y desarrollo, mejora de la
infraestructura vial, reducción del gasto público, eliminación de
obstáculos para la libre empresa, equilibrio macroeconómico y
liberalización comercial, todas medidas que impulsaron el
crecimiento de los sectores orientados a la exportación, que
promovieron la modernización de los sectores para sustituir en buen
grado sus importaciones.
Paralelo que invita a la Colombia agraria a sugerir la puesta en
marcha de mejores políticas para el desarrollo agrícola, ligadas a
la reinstitucionalidad de la ciencia, investigación, desarrollo y
transferencia de tecnología, que redunde en programas público
privados que faciliten la producción agraria e impulsen los procesos
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productivos sostenibles integrados a la agricultura como soporte
básico para las políticas agropecuarias, en función de la competitividad del
sector.
Además el fortalecimiento de la investigación aplicada y consolidada
en un sector productivo sólido, base para la conversión de Colombia en una
despensa agraria para el mundo e implementación de cadenas de valor en las
diferentes latitudes del país, encaminadas a la producción y exportación de
frutas exóticas y hortalizas sustentables proyectadas a abastecer mercados con
alto potencial de compra como el caso de Europa, Asia, Estados Unidos, China y
Canadá entre otros, fuertes consumidores aptos para el pago de óptimos precios
para la compra de productos sanos e inocuos de procedencia orgánica a óptimos
precios por su origen.
La idea será que el gobierno, en vez de otorgar subsidios permanentes a la
actividad productiva, innove en la investigación científica, facilite el acceso
al financiamiento blando y apoye en la comercialización, fórmulas que con toda
seguridad, reflejaran aumentos de productividad, lo que sugiere que si hay forma
para sacarle provecho al auge del mercado agrícola internacional.
Y en adición, prioritario incluir políticas sociales y económicas que reduzcan
el hambre en la ruralidad, comprando el estado alimentos en las regiones, para
su distribución entre las familias más pobres, que a su vez facilite al entorno
regional, el acceso a alimentos más económicos, que además estimulen la
circulación financiera zonal.
En resumen, la especial relevancia de poner en práctica políticas agrícolas
estatales que incentiven la inversión privada en provecho de las oportunidades
que brinden los mercados; impulsen y financien la generación de capitales
básicos para desarrollo de los diferentes proyectos productivos; y establezcan
las instituciones e institucionalidad necesarias para asegurar la eficacia de
las políticas, todo sustentado en políticas sociales que deriven en mejoramiento
de la economía popular, redistribución de la riqueza, reducción de la brecha de
la desigualdad y hacer entender a los poderosos que el pago de más tributos,
significa mejor educación, salud y progreso para el país.
“Y no olvidemos, sin campesinos el panorama oscurece, la oferta disminuye, la
crisis climática y alimentaria aumenta, la realidad del hambre acecha en el
silencio y la extinción aflora”.
ASOCIACION DE INGENIEROS AGRONOMOS EGRESADOS DE LA UT AMANTES DEL CAMPO. I.A.
IVAN ROBERTO PULIDO GONZALEZ. - REPRESENTANTE
Debemos de ponerle el ojo a las regalías
Por Ramón Elías Franco En medio de una situación fiscal
bastante complicada, que se evidencia no solo en la drástica reforma tributaria
que se está tramitando sino en los nubarrones de riesgo recesivo que asoman en
todo el mundo, el Estado colombiano planea movilizar entre 2023 y 2024 más de
31,3 billones de pesos a través del Sistema Nacional de Regalías (SNR).
Se trata, sin duda alguna, del presupuesto más alto de la historia y, por ende,
ya desde distintos sectores políticos, económicos, sociales, regionales,
gremiales e institucionales se han prendido las alarmas en torno a cuáles serán
los mecanismos nuevos que la Nación aplicará para evitar que una parte de ese
billonario monto termine siendo botín de las redes de corrupción, los carteles
de la contratación, el desgreño administrativo y la ineficiencia de los
contratistas.
De hecho, luego de que el Ministerio de Hacienda presentara a comienzos de este
mes al Congreso el respectivo proyecto de ley para aprobar ese presupuesto
bienal, ha venido creciendo un debate en torno a si no es necesario proceder a
reformas legales e incluso constitucionales para fortalecer el esquema
administrativo y de vigilancia preventiva de estos dineros, que deben estar
dirigidos a inversión social, educación, salud, infraestructura, ciencia y
tecnología, y ambiente, así como para focalizarse en los municipios más
afectados por el conflicto armado y la pobreza.
Las alarmas tempraneras no son gratuitas teniendo en cuenta tres elementos muy
puntuales. De un lado, que, pese a todos los ajustes para garantizar la
transparencia en la asignación y ejecución de estos recursos, las anomalías
continúan presentándose. Prueba de ello es el más reciente informe de la
Contraloría, según el cual desde el segundo semestre de 2018 hasta junio pasado
hubo 1.578 hallazgos con incidencia fiscal, por un valor total superior a los 3
billones de pesos.
La Procuraduría también ha alertado sobre múltiples casos de contratos con
ejecución deficiente, ‘elefantes blancos’, cuantiosos anticipos en riesgo y
grandes sumas congeladas en el sistema financiero. A su turno, no pocas
veedurías ciudadanas denuncian que hay mafias enquistadas en muchas
gobernaciones y alcaldías que esquilman estos billonarios presupuestos.
Por otra parte, para nadie es un secreto que el país está empezando a entrar en
modo campaña para las elecciones regionales y locales de octubre de 2023, lo que
aumenta el riesgo de que estos dineros o la asignación de los mismos a
determinados proyectos, obras y programas terminen siendo direccionados por
maniobras politiqueras en departamentos y municipios.
A ello se suma que, pese a las pesquisas que realizan los entes de control
fiscal, disciplinario y penal alrededor de las denuncias sobre presuntas graves
irregularidades en los OCAD-Paz en el gobierno anterior, sobre todo en la
inversión de altos presupuestos en los 170 municipios incluidos en los Programas
de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), todavía no hay claridad en torno a
si hubo pérdida de dineros oficiales y quiénes serían los responsables.
Visto todo lo anterior, es entendible que se esté urgiendo que se activen más
mecanismos para vigilar el uso de estos recursos. Es claro que hay más
herramientas de inteligencia artificial disponibles, así como marcos de acción
que permiten sobre todo a la Contraloría y la Procuraduría– realizar un
monitoreo en tiempo real y con ello poder activar correctivos sobre la marcha en
las obras y proyectos. Aun así, no cesan las irregularidades y la pérdida de
recursos. |