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COLUMNISTA

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.232-812

Fecha: Martes 26-03-2024

 

CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

Ego y consciencia: dos caras de la misma moneda

 

El ego y la consciencia son dos conceptos que están estrechamente relacionados, pero que a menudo se confunden. En este artículo, vamos a explorar ambos conceptos desde diferentes perspectivas.

El ego es un concepto complejo que ha sido interpretado de diversas maneras a lo largo de la historia. En general, se puede definir como el sentido del yo, la imagen que tenemos de nosotros mismos. El ego incluye nuestros pensamientos, sentimientos, creencias y experiencias.

La consciencia, por otro lado, es la capacidad de ser consciente de uno mismo y del entorno. Es la capacidad de experimentar el mundo y de reflexionar sobre nosotros mismos.

El ego y la consciencia están estrechamente relacionados, pero no son lo mismo. El ego es una parte de la consciencia, pero no es la totalidad de ella. La consciencia incluye también otros aspectos, como la percepción, la memoria y el pensamiento.

Una forma de entender la diferencia entre el ego y la consciencia es pensar en el ego como un narrador. El ego es el que nos cuenta una historia sobre nosotros mismos. Esta historia incluye nuestros pensamientos, sentimientos, creencias y experiencias. La consciencia, por otro lado, es la capacidad de ver la historia desde fuera. Es la capacidad de observar al narrador y de cuestionar la historia que nos cuenta.

En la práctica, el ego puede ser una fuerza poderosa que nos moldea como personas. Puede motivarnos a actuar de una manera u otra, y puede influir en nuestras relaciones con los demás. Sin embargo, el ego también puede ser una fuente de sufrimiento. Cuando el ego se identifica con nuestros pensamientos y sentimientos negativos, podemos experimentar ansiedad, depresión y otros problemas emocionales.

La consciencia, por otro lado, puede ayudarnos a liberarnos del ego. Cuando somos conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos, podemos observarlos sin juzgarlos. Esto nos permite tomar distancia del ego y de sus historias.

Así, el ego es un aspecto importante de la consciencia, pero no es la totalidad de ella. El ego puede ser una fuerza poderosa que nos moldea como personas, pero también puede ser una fuente de sufrimiento. La consciencia, por otro lado, puede ayudarnos a liberarnos del ego y a vivir una vida más plena y satisfactoria.
 

Aquí hay algunos consejos para desarrollar la consciencia y liberarnos del ego:

 

• Observa tus pensamientos y sentimientos sin juzgarlos. Cuando observes un pensamiento o sentimiento negativo, no intentes reprimirlo o evitarlo. Simplemente observalo sin juzgarlo.

• Practica la meditación o el mindfulness. Estas técnicas pueden ayudarte a conectar con tu consciencia y a desarrollar la capacidad de observar tus pensamientos y sentimientos desde fuera.

• Crea un espacio seguro para explorar tus emociones. Encuentra un lugar tranquilo y privado donde puedas expresar tus emociones de forma saludable.

• Busca ayuda profesional si es necesario. Si estás teniendo problemas para gestionar tus emociones, busca ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a desarrollar estrategias saludables para afrontar tus emociones.

 

Conclusión

El ego y la consciencia son dos caras de la misma moneda. El ego es una construcción social que nos da un sentido de identidad, pero también puede ser una fuente de sufrimiento. La consciencia es una capacidad innata que nos permite ver el

 

 

 

mundo desde una perspectiva más objetiva. Desarrollar la consciencia es un camino hacia la liberación del ego y hacia una vida más plena y satisfactoria.

Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp +57 314 623 83 08.

 

¡LA HUELLA DE LOS MALOS!
 


Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
 

La renuncia, de la fracasada ministra del deporte Astrid Rodríguez, no le dejó nada al sector, más que una borrachera descomunal en la inauguración de los juegos nacionales de Pereira, y el cagadón de la pérdida de los juegos panamericanos de Barranquilla.

Y un arrume de mentiras, pretextos y justificaciones, que nadie cree.

¡Esa es su huella!

Y me puse a pensar, en la huella de ese tándem de ministros que han salido y al igual que esta Señora, y no dejaron nada.

María Isabel Urrutia, nuestra querida pesista, dejó también el ministerio del deporte, en medio de un vergonzoso escándalo por el otorgamiento irresponsable de cientos de contratos inútiles y politiqueros por una millonada.

¡Esa es su huella!

Álvaro Leyva, ya retirado del cargo por una sanción disciplinaria, pero loquito por regresar, le deja al país una demanda para perder por $ 110.000 millones presentada por Thomas Greg & Sons, por qué Leyva descaradamente se les robó un contrato ya ganado limpiamente de $ 600.000 millones.

Le deja al país, 9 embajadas inútiles como la de la FAO, reinstalada para comprar allí, el silencio del loquito Benedetti.

Y no olviden a Jorge Leyva, hijo del canciller visitando en Paris a una firma aspirante al contrato de los pasaportes.

¡Esa es su huella!

Irene Vélez Torres es una filósofa que de minas e hidrocarburos no tiene ni idea.

Pues bien, con Ella, abrió plaza Petro en el Ministerio de Minas, quizás el más importante de todos.

Fue un oso todo su desempeño y ridículas por su ignorancia todas sus intervenciones en público.

Los actores económicos del sector de minas e hidrocarburos, estuvieron aterrados y desconcertados todo su mandato, porque ni ellos le entendieron nada, ni mucho menos Ella a ellos.

Ella fue la que le dijo a los empresarios que había que decrecer!
No dejó nada.

¡Esa es su huella!

Alfonso Prada fue el primer ministro del interior de Petro.

Tan lambón, y sobachaquetas incondicional y acomodado como Velasco el actual.

 

Prada tiene grandes acusaciones de corrupción en su paso por el Sena, que fue saqueado, en su mandato y que fueron tapadas por Santos.

Se retiró del ministerio por qué no logró que ninguna reforma pasara.

A Prada le pareció “un maravilloso ejercicio democrático “, que en los pozos Caquetá, los indígenas secuestrarán, y humillarán, a 80 policías
del ESMAD, que fueron a tratar de detener la destrucción de un campo petrolero.
No deja nada.

¡Esa es su huella!

La economista Cecilia López fue la primera ministra de Agricultura de Petro.

 

Su misión era liderar una reforma agraria y mejorar la producción del campo

 

 

 
colombiano.

No logró ni lo uno ni lo otro.

Hablantinosa e ignorante de los temas del campo, López no logró nada.

Apenas repartió como una piñata 10.000 hectáreas a unos campesinos.
Equivalente a 8 fincas incautadas y extinguidas a la mafia.

Petro prometió 10 millones de hectáreas.

Salió del ministerio entre el desconcierto y el olvido.
No dejó nada

¡Esa es su huella!

Guillermo Reyes fue el primer ministro de Infraestructura
Tampoco tenía idea del tema.

¡Famoso por sus medias amarillas como de payaso!

De Reyes no hay o lo o nada para decir.

Visitó algunas regiones y prometió partidas multimillonarias que jamás se iban a ejecutar.

¡Carreta barata!

Otro ignorante que llegó a improvisar y a hacer lo posible.
No dejó nada

Esa es su huella.

Carolina Corcho, con una hoja de vida bastante regular, fue la primera ministra de salud de Petro.

Conocida por su intransigencia, pensó que tenían la fuerza política para pasar a la verraca, la perversa reforma a la salud.

Como no pudo hacerlo, abandonó el cargo.
No dejó nada.

¡Esa es su huella!

Alejandro Gaviria
Quizás el más preparado de todos. Llego a la cartera de educación.
No pudo hacer nada, por qué le dio por criticar desde adentro la brutal reforma a la salud.

De inmediato Petro lo retiró del cargo.
No dejó nada.

¡Ni siquiera huella!

Está de salida el más malo de todos.
Iván Velázquez Gómez el Mindefensa, sí que deja cosas.

Un país bañado en sangre.
10 departamentos dominados por los narcoterroristas
El más elevado número de masacres
La extorsión y el secuestro se tomaron el país.

Y un comandante de la policía, adoctrinado, que se hizo el bobo, mientras FECODE atacaba a la Corte Suprema.

¡Qué cerca estuvimos de otra masacre!

Ese si deja huella
¡Pero de sangre!

Y cierra Olmedo López cuya huella es el robo descarado y flagrante de $ 20.000 millones en la compra de 45 carrotanques para la Guajira.

¡Y todo el gobierno, callado!

Miren pues Ustedes la huella que deja ese tándem de incompetentes, doctrinarios, chambones, y ladrones.

¡Pobre Petro!

Que mala semilla y que mala cosecha.

¡Qué mal gobierno!

 

 

 

 

  

 

 

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