La Frontera Difusa: Suicidio Juvenil y Eutanasia,
un Debate entre la Desesperación y la Esperanza
Por: Oscar
Suarez
El Impacto del Suicidio en
Jóvenes y el Papel de la Eutanasia:
Este martes 10 de septiembre de 2024 se cumple una nueva cita en la convocatoria
que realiza la OMS para generar acciones que lleven a la PREVENCIÓN DEL
SUICIDIO.
Resulta paradójico que la fecha confluya con la Eutanasia mediática del joven
hincha del equipo los millonarios de Colombia, Javier Acosta.
Como psicoterapeuta de más de 30 años de experiencia no puedo dejar de hacerme
la pregunta acerca del impacto en los jóvenes de esta acción de perder la vida
voluntariamente por parte de una persona, aunque su justificación sea los graves
padecimientos y la incapacidad de la terapéutica médica.
Me preocupa que muchos jóvenes puedan llegar a creer que el suicidio es una
opción para resolver situaciones aparentemente irresolubles.
El suicidio es un tema de gran relevancia y complejidad que afecta profundamente
a jóvenes y adultos en todo el mundo. Este Día Mundial de la Prevención del
Suicidio, que se celebra en todo el mundo el 10 de septiembre, es esencial
reflexionar sobre las múltiples facetas de esta problemática, incluyendo el
creciente debate sobre la eutanasia como una opción para quienes padecen
enfermedades terminales o catastróficas. Recientemente, la historia de Javier
Acosta, un joven colombiano de 36 años, ha reavivado esta discusión, al optar
por la eutanasia tras una larga lucha contra una enfermedad que lo dejó en silla
de ruedas y cuyo estado empeoró sin esperanzas de recuperación.
El Caso de Javier Acosta: ¿Un Suicidio Asistido o una Decisión Auto
determinada?
La eutanasia de Javier Acosta ha resonado en toda Colombia, especialmente por la
emotiva despedida que él mismo compartió en redes sociales y que culminó con un
homenaje frente al hospital San Ignacio de Bogotá. En su mensaje, Javier
expresó: "Mi nombre es Javier Acosta, soy hincha de Millonarios y el día de ayer
tomé una decisión para mi vida y el día de hoy me despido de amigos y familiares
a lo grande, aguante la vida locos". Su decisión ha sido vista por algunos como
un acto de valor y autodeterminación, mientras que para otros representa una
forma de suicidio asistido que cuestiona los principios fundamentales del
derecho a la vida y el papel de la sociedad en el apoyo a los más vulnerables.
El impacto de su historia va más allá del simple acto de morir. Ha desatado un
debate sobre la ética de la eutanasia y cómo ésta se diferencia del suicidio.
Mientras que la eutanasia se considera en algunos países como un acto compasivo
para aliviar el sufrimiento intolerable de una persona, otros la ven como una
forma de suicidio, especialmente cuando la decisión de morir está motivada por
el dolor emocional y físico, y no por una clara incapacidad para vivir.
La Lucha contra el Suicidio: Un Reto para la Sociedad
El suicidio entre los jóvenes es una preocupación creciente en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa principal
de muerte entre personas de 15 a 29 años. Las razones detrás de esta alarmante
estadística son variadas, incluyendo problemas de salud mental, falta de apoyo
social, y la incapacidad de ver una salida a situaciones dolorosas. La historia
de Javier Acosta y la carta dirigida, por el suscrito, a Martha Aliria, quien
había programado una eutanasia pero luego la suspendió, reflejan la complejidad
de los sentimientos y decisiones que rodean el final de la vida.
En la carta, Oscar Suárez expresa su
alivio
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por la suspensión
del procedimiento de eutanasia de Martha, señalando que su vida, aunque marcada
por el dolor, tiene un valor incalculable. Suárez argumenta que el suicidio,
incluso cuando es asistido, es un reflejo de una sociedad que ha fallado en
ofrecer apoyo, compañía y alternativas viables para enfrentar el sufrimiento.
Propone, en cambio, los cuidados paliativos como una opción que permite a las
personas encontrar paz y significado en sus últimos días sin recurrir a la
muerte como única solución.
Un Final Trágico:
Martha Aliria Decide Terminar con su Vida
A pesar de las palabras de aliento y las súplicas de quienes la rodeaban, Martha
Aliria tomó la decisión de seguir adelante con su plan. Poco después de la
suspensión inicial de su procedimiento de eutanasia, Martha se quitó la vida con
la ayuda de la medicina. Su muerte dejó un profundo impacto en todos aquellos
que la conocieron y en los profesionales que intentaron apoyarla en su lucha
contra la desesperación.
Este desenlace trágico resalta la complejidad de los problemas de salud mental y
el delicado equilibrio entre el respeto por la autodeterminación personal y la
necesidad de ofrecer alternativas significativas para quienes sufren. El
suicidio de Martha Aliria ha dejado una huella dolorosa, pero también ha
subrayado la importancia crítica de fortalecer los programas de prevención del
suicidio y de ofrecer un apoyo constante y compasivo a quienes enfrentan
enfermedades catastróficas.
Prevención del Suicidio: Más Allá de las Palabras
La prevención del suicidio no puede limitarse a campañas de concientización o a
la celebración de un día mundial. Es un esfuerzo continuo que requiere un
enfoque integral, involucrando a familias, comunidades, profesionales de la
salud, y políticas públicas que aborden las raíces del problema. La carta de
Suárez subraya la necesidad de fortalecer los programas de apoyo emocional,
especialmente en el contexto de enfermedades graves, para que las personas no se
sientan empujadas hacia la eutanasia como única salida.
Es fundamental que la sociedad se comprometa a crear un entorno donde la vida,
incluso en medio del sufrimiento, sea valorada y protegida. Esto implica no solo
ofrecer alternativas médicas y psicológicas, sino también generar un espacio de
diálogo y comprensión donde las personas se sientan acompañadas y no juzgadas
por sus decisiones.
Conclusión
El caso de Javier Acosta y la situación de Martha Aliria plantean preguntas
difíciles sobre el valor de la vida, el papel del sufrimiento y la línea entre
el suicidio y la eutanasia. Mientras la eutanasia sigue siendo un tema
controvertido, especialmente en el contexto de enfermedades catastróficas, es
crucial que la sociedad y los sistemas de salud fortalezcan su capacidad para
ofrecer alternativas que permitan a las personas encontrar sentido y dignidad en
la vida, incluso en sus momentos más oscuros.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio nos recuerda que cada vida cuenta,
y que nuestro compromiso debe ser constante para garantizar que ninguna persona
se sienta obligada a terminar con su vida por falta de apoyo, comprensión o
tratamiento.
Que la muerte así sea disfrazada de la palabra eufemística EUTANASIA, NO ES LA
SALIDA NI LA SOLUCIÓN.
Que dentro de toda persona existe una capacidad de resiliencia y afrontamiento
que debemos explorar y el personal médico debe ayudar a desencadenar en toda
persona
Que es importante diferenciar cuando la motivación para la muerte sea el intenso
e inevitable dolor emocional y físico, y otra la clara incapacidad para vivir.
En la primera la medicina jamás puede renunciar a su papel y en la segunda la
psiquiatría ,la psicología y la espiritualidad deben hacer presencia en su
manifiesta misión de gestores de salud mental
Que incluso en los momentos más extremos la vida tiene sentido.
Que la respuesta del Estado frente al sufrimiento y dolor de las personas no
puede ser la muerte.
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La lucha contra el suicidio y el apoyo a quienes sufren debe ser
una prioridad colectiva, reflejando los valores de compasión, solidaridad y
respeto por la vida.
Como psicoterapeuta no puedo dejar de lanzar siempre estas voces
de invitación
· "La vida merece otra oportunidad. Busca ayuda, no estás solo."
· "Tu historia no termina aquí. Hablemos, juntos podemos encontrar soluciones."
· "Cada día es una nueva posibilidad. No enfrentes esto solo, hay
apoyo disponible."
· "Vivir es un derecho, y buscar ayuda es la mejor opción. No te
rindas."
· "El camino no siempre es fácil, pero hay esperanza. Hablemos."
DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Por: Otoniel Parra Arias
GUSTAVO OROZCO RESTREPO, EN PEREIRA UN
EXALCALDE QUE DEJÓ HUELLA
En el día de ayer conocimos la infausta noticia del fallecimiento
de Gustavo Orozco Restrepo, exalcalde de Pereira y destacada figura académica de
la Universidad Tecnológica.
Orozco ocupó por dos veces consecutivas el solio municipal al final de los años
70s, del pasado siglo, cuando la ciudad se desperezaba de una época de
cacicazgos políticos y buscaba anhelante una posición de vanguardia dentro de
las grandes urbes colombianas.
En esas épocas inolvidables para mí, tuve la oportunidad de estar durante un
tiempo vinculado a su administración en mi calidad de funcionario que para ese
entonces estaba muy involucrado en las causa deportivas que desde Coldeportes
regional orientaba con especial decoro nuestro exjefe y amigo, Jaime Cortés
Díaz, otro personaje cosido a las grandes misiones de mejoramiento social de la
ciudad.
Gustavo Orozco Restrepo es hermano de Ricardo, otro académico de las matemáticas
en la misma alma mater, quien en alguna ocasión incursionó en las lides
administrativas de un medio periodístico muy jóven pero que pintaba maneras de
gran periódico como en efecto lo fué hasta su desaparición, “La Tarde” de
Pereira.
El otro hermano del fallecido, Bernardo, actualmente residente en Medellín, fue
durante muchos años en la capital risaraldense un connotado dirigente cívico y
deportivo metido de lleno en las actividades agropecuarias que conoce a la
perfección.
Los Orozco han sido entonces durante las últimas décadas prototipo de dirigentes
aunados por altos designios de servicio y poseedores todos ellos de una
exquisita sensibilidad en las artes de la amistad y los diálogos siempre de
miras altruistas y conocimientos hondos de la esencia de esta ciudad importante
que algún día en esos finales de los años 80s, llegó a ser considerada por el
Departamento Nacional de Planeación como la quinta ciudad del país.
El doctor Gustavo Orozco deja gran vacío en su unido entorno familiar y sus
numerosas amistades que lo contaban como uno de sus preferidos del acontecer
amistoso.
Presentamos a sus hermanos Bernardo y Ricardo, así como a su
sobrina Lina, junto a su esposo Jorge Mario Parra Blanco, nuestras voces de
condolencia y el deseo forjado en oración por el alma de un gran dirigente
académico y ante todo de un especial ser humano. Paz en su tumba.
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