Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.389-969

Fecha: Jueves 26-12-2024

 

EDITORIAL

 

Colores plagiados


La vida no es sencilla. Incontables veces la vida y el períodico el Imparcial ha mostrado que la vida no es fácil y mucho menos en un país como Colombia, país en donde las necesidades básicas como la alimentación, la seguridad y la salud son temas que simplemente son difíciles de alcanzar, siempre tiene que existir un esfuerzo sobrehumano para obtener una pisca de alguna de estas necesidades, no es romantizar la búsqueda de regular una necesidad, es controlarla, es hablar más allá de lo bueno y lo malo, es percibir el mundo tal cual es, en blanco y negro. Pero, nuestros ojos son los que nutren de colores, intensidades todo aquello que percibimos, nuestros oídos encuentran el sentido en las palabras, nuestra lengua aquello que queremos decir y el tacto nos materializa aquello que luchamos por conseguir.

La vida no es sencilla, más no porque exista un nivel de complejidad en el mundo, sino porque la realidad no tiene ninguna connotación, el mundo no nos debe nada, ni mucho menos nosotros le debemos a él, de allí la posibilidad de salirnos de cualquier imposición que la estructura nos impone se convierte en la posibilidad de ser libres, y en esa libertad, en esa nada, es donde nuestra mente hace que nuestros sentidos perciban y sientan lo que ellos desean, sin categorías de bueno o malo universales, tan solo acontecimientos que acontecen a este cuerpo y le preguntan a dónde quieren ir con ellos.

Es de esta manera como la vida cobra más valor, ya que el valor es lo que colocamos nosotros, los puntos o las comas que decidimos colocar en esta gran novela llamada vida, son la decisiones que generan bifurcaciones o solo nos dejan en un camino desalmado de lo que el mundo nos dice que debemos ser.

En conclusión, para enfrentarnos a este mundo, a este país, primero debemos entender sus colores, para así y sólo así, comenzar a mancharlo con los nuestros. De ser esto posible, los discursos políticos caerán por su propio peso, pues ya no habrá ideales que seguir, sino realidades que alcanzar desde lo que tenemos, los paraísos litúrgicos se incendiarán y darán calor a aquellos que lo necesiten, el orgullo y el ego, será un acto hilarante, y la empatía y el amor serán un acto de respeto y valentía.

Una vez regulados los valores de la vida, la realidad aparecerá como el gran Jabberwock, para descomponer cualquier tipo de sentido, obligando así al sujeto a construir paso a paso, de forma real aquello que desea ver con sus ojos, pero, con la claridad, que talvez no pueda alcanzarlo, pero sí sentar las bases de lo que él reconoció en sí mismo como la libertad.

 

 

 

La mafia que controla el establecimiento

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com

 

La gran mayoría de los ciudadanos se acostumbraron a vivir bajo la dominación de una casta que decide sobre los intereses del resto de los ciudadanos. Siempre fue así y se ha considerado como una cosa normal en el diario vivir.

Hemos evolucionado intelectualmente y físicamente, ya no somos primates que carecemos de la capacidad de raciocinio kantiano y mucho menos ahora de la razonabilidad que planteó filosóficamente.

El poder que ejercen ciertos individuos sobre los demás seres no nace de un derecho divino sino de una actuación humana montada en una creencia religiosa para poder manipular a quienes carecen de la habilidad de razonar y rechazar las pretensiones de quien se cree con los derechos sobre los demás.

La palabra mafia nace en los albores del siglo 20 en Sicilia Italia en medio de una guerra entre Estados y luego se transforma en una organización privada de interés económico paralela al poder del gobierno. Este concepto ha perdurado hasta nuestros días porque es una simbiosis que es difícil eliminar por los miles de intereses individuales que están en juego económico en ambas partes.

Hemos evolucionado biológicamente y somos más fuertes y resistentes a las epidemias y a los ataques que entre ambos bandos se propinan. Pero en el campo intelectual carecemos de decisiones ágiles que nos permitan contrarrestar el manoseo que a diario nos hacen quienes elegirnos y nos arrebatan bajo coerción nuestros derechos y plusvalía que todos tenemos de nuestro trabajo.

Quienes manejan el establecimiento a nuestro nombre es una organización interna, estilo magia, para poder quitarnos toda nuestra productividad para que ellos puedan vivir a expensas de nuestro trabajo.

Nadie se da por enterado de lo que está sucediendo, calla la gran mayoría y los que tienen el poder de rebelarse se sienten intimidados por el poder de coerción que ejercen quienes legislan y administran la cosa pública

La sociedad tiene el poder porque ella es el gobierno, el establecimiento, y quien vota y el que al final decide cual es el verdadero camino a seguir. Pero el temor como sucede cuando la mafia entre a cobrar por protección, todos pagan para no ser heridos, encarcelados o multados por los cobradores del erario.

Si se continúa bajo este terror y la gente no asume su responsabilidad, es como si el rebaño de ovejas fueran cuidadas por lobos
feroces que no dejan escapar ningún nacimiento del que no puedan sacar provecho.

 

 

 

Indicadores



Edgar-Cabezas
 

En realidad, todo lo que las personas tienen es tiempo de vida y esa existencia está determinada por la esperanza de vida al nacer. La condición humana, durante la niñez y adolescencia es sustancial a la protección y cuidado de los años de dependencia absoluta de su familia y del entorno social en el que se crece y se desarrolla la libre personalidad ciudadana.


A su vez, en la medida que se crece, las personas van aprendiendo, observando el comportamiento de los cuerpos, los gestos y las palabras con las que se relacionan los individuos entre sí, y la de estos con los animales, las plantas y las cosas. El mundo cotidiano de la educación es orientado por los valores materiales y espirituales de los mayores que acompañan la niñez y la juventud para que aprendan a ser respetuosos y tolerantes de la libertad de ser de otros.

La socialización de las competencias con las que cada uno se prepara para competir por un lugar en el mercado de las oportunidades está representada por los años de escolaridad en sus diferentes niveles. Así pues, se supone que una nación en que las personas tengan un mayor grado de escolaridad obtendrá un mayor ingreso nacional bruto y paridades de poder adquisitivo de bienes y servicios.

Una vez que las personas han llegado a su madurez, lo cual significa que están preparadas para asumir su autonomía, trabajar y generar sus propios ingresos, las ciudadanías se enfrentan al desafío de la riqueza, si ella los favorecerá o les será injusta respecto a los ingresos monetarios y al acceso de la seguridad social representada en vivienda, alimentación, vestido y acceso a los servicios públicos de agua, luz y energía. En este sentido mucho tiene que ver con la capacidad de generación de riqueza y los niveles de acumulación y distribución del Estado político en el que se encuentren.

Entre los 21 y 63 años de vida las personas tienen un periodo de productividad con el objetivo de afincarse, establecer un nuevo lugar de residencia y crear lazos sociales en él, obtener una renta básica y pasar el resto de los años de la expectativa de vida gozando de los declives de la salud, los fracasos y los éxitos en los negocios y las celebraciones, tristes o alegres, de los nacimientos y las muertes de las personas, de los amores y los desengaños.

Como en la canción, el tiempo pasa rápido y todo se va volviendo viejo y, en tanto que el
tiempo de vida tenga tiempo, lo mejor es gozar de este en libertad de elegir y decidir las actividades que se han de hacer, las cosas que son prioritarias de comprar y consumir, y así mismo, rechazar el sometimiento al orden que imponen en la nueva esclavitud y servidumbre, los salarios con los que el libre mercado restringe el consumo del placer.

La humanidad tendrá un excelente indicador de desarrollo humano cuando tenga la continua y permanente voluntad de dar a cada uno lo que merece para vivir con dignidad.

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo
CONTACTO
Tel. (57) 606-347 7079
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Correo
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