Pereira, Colombia - Edición: 13.469-1049

Fecha: Martes 22-04-2025

 

 ESPECIAL

 

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Así fue su muerte


El viernes 14 de febrero de 2025, el papa Francisco ingresó en el hospital
Gemelli de Roma aquejado de una bronquitis que le provocaba graves dificultades respiratorias. Le diagnosticaron una neumonía en ambos pulmones, que requirió un intenso tratamiento médico, haciendo temer por su estado. Finalmente, salió el 23 de marzo.

 

El domingo, todavía convaleciente, apareció en el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano y, con una débil voz, le deseó una "feliz Pascua" a los miles de fieles congregados allí.

 

El fallecimiento del papa dará inicio a una serie de actos protocolarios, dictados por la tradición y regidos por normas muy precisas. Se prevén nueve días de exequias y un plazo de entre 15 y 20 días para organizar un cónclave con cerca de 130 cardenales electores, encargados de elegir a un sucesor. Más de dos tercios de ellos fueron nombrados por Francisco.

 

Mientras tanto, es el cardenal camarlengo, el irlandés Kevin Farrell, quien ocupará el cargo interinamente.

 

Funeral sencillo




Francisco afirmó a finales de 2023 que quería simplificar los funerales papales y anunció su deseo de ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, y no en la de San Pedro.


El ex arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario
Bergoglio, fue el primer pontífice en elegir el nombre de Francisco, en honor al santo de los pobres, cuyas enseñanzas inspiraron su pontificado, iniciado el 13 de marzo de 2013.


El primer papa jesuita y latinoamericano de la historia se implicó activamente en la defensa de los
migrantes, el medio ambiente y la justicia social, sin modificar las posiciones de la Iglesia sobre temas como el aborto o el celibato sacerdotal.

Así recordarán a Francisco



Para la mayoría de los creyentes, sin embargo, será recordado como un líder con sensibilidad pastoral que trató de reconectar
a la Iglesia con lo esencial de la fe cristiana. Francisco trató de seguir a su homónimo, san Francisco de Asís, el fraile italiano del siglo XIII famoso por su pobreza,

 

 

 

paz y cuidado de la creación.


La defensa del planeta, la difícil situación de los inmigrantes y la construcción de la paz a través del diálogo fueron los pilares de su papado, e intentó vivir su visión de una Iglesia más humilde, optando por no residir en el Palacio Apostólico del Vaticano, sino en su casa de huéspedes, la Casa Santa Marta.

Heredó un Vaticano en crisis. Benedicto
XVI había tomado la sorprendente decisión de dimitir tras ser incapaz de llevar a cabo las reformas del Gobierno central de la Iglesia, la curia romana. Los escándalos de abusos habían sacudido a la Iglesia, mientras que los reguladores habían detectado graves fallos en el banco vaticano.


Francisco se apresuró a reformar el banco y la gestión de las finanzas vaticanas. Durante su pontificado, por primera vez hubo un cardenal procesado y condenado por delitos financieros en un tribunal vaticano. Publicó una nueva constitución para la curia romana y se embarcó en una misión para reformar la cultura interna de la Iglesia, pasando de un modelo excesivamente jerárquico a otro de inclusión.


Alarmó a los funcionarios del Vaticano por sus discursos improvisados en las audiencias, sus conferencias de prensa desenfadadas en la parte trasera de su avión papal y su lenguaje directo, a veces soez. Sus persistentes críticas a las “élites” eclesiásticas y a los partidarios de ideologías “retrógradas” le granjearon poderosos enemigos, sobre todo entre los grupos conservadores estadounidenses. Aunque algunos cardenales habían votado por Jorge
Bergoglio, el argentino con fama de jesuita duro y austero, no esperaban que surgiera el imprevisible papa Francisco para encaminar a la Iglesia por una senda de profunda renovación.


“No podemos insistir solo en cuestiones relacionadas con el aborto, el matrimonio homosexual y el uso de métodos anticonceptivos”, dijo Francisco poco después de su elección. Aunque se pronunció en contra del aborto, se centró en otros temas, cambiando la doctrina católica para insistir en que la pena de muerte es “inadmisible” y la posesión de armas nucleares, inmoral. Criticó las desigualdades mundiales, afirmando que “una economía así mata”, y pidió a los países ricos que hicieran más para atajar la crisis climática.
 

Su humildad



Francisco también estuvo dispuesto a admitir sus errores, entre ellos su gestión de los escándalos de abusos sexuales por parte de clérigos, la mayor crisis que ha sufrido la Iglesia católica en 500 años. Habló sobre los abusos, se reunió con las víctimas y promulgó una serie de leyes eclesiásticas para atajarlos. Pero hubo momentos en los que fue lento para actuar. Los grupos de víctimas esperan que su sucesor se asegure de que la Iglesia sigue adelante con los

 
 

 

cambios  que él inició.

Sus padres


Jorge Mario
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936, en Buenos Aires, de padres de ascendencia italiana. El papa, el mayor de cinco hermanos, solía evocar recuerdos entrañables de una familia unida y de cómo su abuela italiana forjó su fe. Sus abuelos escaparon por los pelos de un naufragio mortal cuando emigraron de Italia a Argentina, una experiencia que sin duda influyó en su defensa de quienes emprenden peligrosos viajes por el Mediterráneo en busca de una vida mejor en Europa.
Cuando tenía 16 años,
Bergoglio tuvo una profunda experiencia durante la confesión que le convenció de que debía prepararse para el sacerdocio. Ingresó en el seminario, pero tres años más tarde empezó a formarse para ser jesuita, orden religiosa famosa por su labor misionera. Su capacidad de liderazgo fue reconocida y en 1973, a la temprana edad de 36 años, fue nombrado jefe de la orden jesuita en Argentina, cargo que ocuparía hasta 1979.
 

Su lucha por la igualdad y los derechos


Así como pontificado tuvo muchos elementos pioneros, su papado ha sido señalado por muchos como ambivalente. Es que, en muchos aspectos, el papa Francisco era un tradicionalista.


Fue "tan intransigente como el papa Juan Pablo
II... sobre la eutanasia, la pena de muerte, el aborto, el derecho a la vida, los derechos humanos y el celibato de los sacerdotes", afirma monseñor Osvaldo Musto, quien estaba con él en el seminario.


Bergoglio dijo que la Iglesia debería dar la bienvenida a las personas independientemente de su orientación sexual, pero insistió en que la adopción gay era una discriminación contra los niños. Pronunció palabras cálidas a favor de las uniones de personas del mismo sexo, pero se negó a llamarlo matrimonio. Eso, para él, sería "un intento de destruir el plan de Dios".


En 2013, ya siendo Papa, participó en una marcha pro vida en Roma, pidiendo por los derechos de los no nacidos "desde el momento de la concepción".


Y aunque en enero de 2025 nombró, por primera vez en la historia, a una mujer (Simona Brambilla) como prefecta en el Vaticano, se resistió a la ordenación de mujeres, declarando que el papa Juan Pablo II había descartado de una vez por todas la posibilidad.


"Yo creo que es el Papa más importante en cuanto a reformas de la Iglesia desde Juan XXIII", le dijo a BBC Mundo el periodista Vicens Lozano, autor de "Vaticangate", quien lleva más de cuatro décadas cubriendo la Santa Sede.


"Es cierto que cuando asumió generó grandes esperanzas de reformas y decepcionó a mucha gente que pensaba que el proceso sería muy rápido, pero el tiempo de la Iglesia es muy distinto al que se vive fuera de los muros del Vaticano… siempre digo que cuando uno entra allí debe sacarse el reloj", señala.


"En los últimos años de su papado Francisco aceleró el proceso de reformas, pero no quería ahondar las divisiones entre los reformistas y los tradicionalistas para evitar que se produzca un cisma", afirmó Lozano.

 

 

 

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