Colombia apuesta por el futuro verde de la
aviación con su primera planta de SAF en 2029

En medio de un contexto global que exige acciones concretas frente a la crisis
climática, Colombia da un paso firme hacia la descarbonización de su sector
aéreo. Así lo anunció Carolina Rojas, presidenta ejecutiva de
Fedebiocombustibles, durante la quinta Conferencia Internacional de
Biocombustibles celebrada en Santa Marta. Según la líder gremial, en 2029 el
país contará con su primera planta de producción de SAF (Sustainable Aviation
Fuel), lo que marca un hito en la transformación energética del país.
La planta, que tendrá una capacidad anual de 50 millones de galones, será
desarrollada por BioD, empresa con trayectoria en el mercado del biodiésel.
Utilizará la tecnología ATH (Alcohol to Jet), un proceso que convierte alcoholes
derivados de biomasa en combustible para aviación. Actualmente, el proyecto se
encuentra en fase de factibilidad, evaluando variables técnicas, económicas y
operativas para garantizar su viabilidad.
Este anuncio llega en un momento clave, luego de que en enero de 2025 la
Aeronáutica Civil adoptara oficialmente la Resolución 00090, que traza la hoja
de ruta para la producción y uso de SAF en el país. La meta es ambiciosa:
alcanzar una producción de 100 millones de galones en 2035 y 450 millones en
2050. Según Rojas, lograrlo requerirá una estrecha colaboración entre los
sectores público y privado.
La industria biocombustible también reclama mayor claridad normativa.
Fedebiocombustibles ha insistido en la necesidad de una legislación que defina
con precisión las metas de mezcla de biodiésel y bioetanol, actualmente fijadas
en el 10 %, y que incluya una visión integral para biocombustibles de aviación y
marítimos.
Mientras el país avanza en la consolidación de su marco regulatorio, algunas
empresas ya están dando pasos concretos. Ecopetrol y Latam, por ejemplo, han
comenzado pruebas con tecnologías de cogeneración que permiten la producción
simultánea de SAF y otros combustibles renovables. Además, el gremio ve un
potencial importante en los biocombustibles marítimos, con una meta de
producción de 15 millones de galones anuales para 2030 y una reducción del 40 %
en emisiones del sector naviero.
Los resultados, hasta ahora, son alentadores. En 2024 se vendieron 688.000
toneladas de biodiésel, y se proyectan 716.000 para este año. En cuanto al
bioetanol, las ventas en 2024 fueron de 396 millones de litros y se espera
cerrar 2025 con 440 millones. Las pruebas con mezclas voluntarias de hasta el 20
% también muestran buenos resultados, especialmente entre transportadores
pequeños.
¿Será este el inicio de una nueva era para la aviación en Colombia? El reto es
grande, pero la ruta ya está trazada.
Tragedia en Nariño: Siete indígenas awá mueren al naufragar en el río Nulpe

Una profunda tristeza embarga al pueblo indígena awá, luego de que una creciente
súbita del río Nulpe, en el departamento de Nariño,
provocara el naufragio de una lancha artesanal en la que viajaban siete personas
de la comunidad San Jacinto, perteneciente al resguardo el Gran Sábalo.
Entre las víctimas hay cuatro
menores de edad. La tragedia ocurrió el pasado domingo 4 de mayo, pero fue
confirmada
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por las autoridades indígenas
esta semana.
Los hechos se registraron en el municipio de Barbacoas, dentro del llamado
triángulo del Telembí, una zona selvática y de difícil acceso. Según testigos,
el motor de la lancha estaba a cargo de Misael García, un habitante de la
comunidad, quien también perdió la vida en el accidente. Todo apunta a que las
fuertes lluvias caídas en la región ocasionaron una repentina creciente del río,
lo que hizo imposible que la pequeña embarcación resistiera el embate de la
corriente.
La búsqueda de los cuerpos ha sido liderada por las autoridades tradicionales
del resguardo, que recorren tramos del río entre Barbacoas y Ricaurte, con la
esperanza de recuperar a todos los desaparecidos. El río Nulpe, que desemboca en
el Mira, es conocido por su caudal impredecible y su fuerza durante la temporada
invernal.
“El territorio ancestral Awá el Gran Sábalo en este momento nos encontramos con
profundo dolor... lamentablemente perdimos siete vidas de nuestras familias nkal
Awá”, expresó la comunidad a través de un comunicado, en el que pidieron respeto
por el duelo y apoyo a los familiares.
La tragedia no solo dejó luto, sino también indignación. La Unidad Indígena del
Pueblo Awá (Unipa) anunció un bloqueo en la vía al mar desde el pasado 7 de
mayo, como señal de protesta por lo que consideran una falta de compromiso del
Gobierno Nacional con los acuerdos alcanzados en el marco de la minga indígena.
Desde el punto de concentración en El Diviso, kilómetro 109 de la vía
Pasto–Tumaco, la comunidad exige acompañamiento de entes de control y organismos
de derechos humanos. Aseguran que los escenarios de diálogo han sido poco
efectivos, y que las vulneraciones a sus derechos se repiten con preocupante
frecuencia.
El dolor por las vidas perdidas se mezcla con un llamado urgente por justicia y
acciones concretas que garanticen el respeto a su vida, su territorio y su
dignidad.
Frisby enfrenta una batalla legal en Europa por el
uso de su marca en España

Lo que parecía una simple anécdota curiosa ha tomado tintes legales complejos
para una de las marcas más queridas por los colombianos. Frisby, la cadena de
pollo frito nacida en Pereira y con presencia nacional desde hace más de 40
años, se encuentra en medio de una disputa marcaria internacional luego de que
apareciera en España una empresa que utiliza su nombre, colores, logotipo y
hasta el emblemático pollo que la representa.
Este “Frisby español” no solo replicó casi al detalle la identidad visual de la
marca original, sino que además afirmó contar con un registro válido ante la
Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), y anunció su
intención de continuar con su expansión por el continente. Ante esto, la firma
colombiana evalúa posibles acciones legales en un escenario que, según expertos,
podría tomar años en resolverse.
Daniel Pardo, abogado experto en derecho corporativo de la firma Scola Abogados,
explicó a medios de comunicación nacionales que la situación es delicada y que
las implicaciones podrían abarcar frentes civiles, penales y administrativos.
“El uso no autorizado de una marca puede constituir competencia desleal y
suplantación marcaria”, aseguró.
Aunque el registro en la UE otorga cierta protección al presunto infractor, la
legislación europea también abre la puerta a que Frisby Colombia pueda actuar.
Según el Reglamento 2017/1001 sobre la marca de la Unión Europea, si se
demuestra que el registro fue solicitado de mala fe —por ejemplo, con
conocimiento previo de la existencia y reputación de la marca original—, es
posible solicitar su nulidad.
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Además, si se prueba que se trata de una marca notoria, el riesgo
de confusión o de aprovechamiento del prestigio ajeno puede ser suficiente para
invalidar el registro.
“El gran reto para Frisby es que ya existe un registro válido en Europa, y para
desvirtuarlo se necesita una decisión judicial. Esto implica tiempo, dinero y
recursos legales considerables”, señaló Pardo. En muchos casos, según el
abogado, quienes registran estas marcas en el extranjero buscan llegar a
acuerdos económicos con las empresas legítimas. “Hay personas que hacen de este
tipo de maniobras un negocio fraudulento”, advirtió.
Este tipo de conflictos no es nuevo. Apple, por ejemplo, tuvo que pagar 60
millones de dólares en 2012 a una empresa china que había registrado la marca
iPad en ese país. Y más recientemente, un local en Caracas, Venezuela, generó
controversia al presentarse con la estética de Starbucks sin serlo oficialmente.
Por ahora, Frisby Colombia enfrenta una batalla cuesta arriba, pero no
imposible. Detrás de la defensa de una marca no solo hay intereses comerciales,
también está el peso simbólico de una empresa que ha acompañado a generaciones
de colombianos. Y perder ese nombre, aunque sea en otro continente, no es algo
que se tome a la ligera.
Inflación y PIB en Colombia: Banrep
mantiene la cautela, pero proyecta una leve recuperación en 2025

El Banco de la República lanzó un nuevo mensaje de cautela en su más reciente
informe de política monetaria, en el que entregó sus proyecciones actualizadas
sobre el comportamiento de la inflación y el crecimiento económico para Colombia
en lo que resta del año y en 2026. La entidad, que recientemente bajó su tasa de
interés en 25 puntos básicos, hasta el 9,25 %, ratificó su postura moderada ante
un entorno interno y externo lleno de incertidumbres.
Según el informe, presentado una semana después de la última decisión de tasas,
la inflación en marzo continuó su descenso y se ubicó en 5,1 %, alejándose de
los niveles más altos registrados en 2022 y 2023, pero aún por encima de la meta
del 3 % trazada por el Emisor. Aun así, el equipo técnico destaca que el índice
de precios al consumidor (IPC) mantiene una trayectoria bajista, lo que alimenta
el optimismo de cara a los próximos años.
Con base en esta tendencia, se espera que la inflación cierre el 2025 en 4,4 % y
converja gradualmente al objetivo del 3 % hacia finales de 2026. “La tasa actual
de interés es compatible con ese proceso de convergencia, pero se necesita
seguir con una política prudente ante los riesgos fiscales y el entorno
internacional volátil”, señala el documento.
Y es que no todo el panorama es alentador. Aunque la actividad económica mostró
señales de recuperación durante el primer trimestre de 2025, impulsada por un
consumo privado más fuerte y una inversión mayor a la prevista, el Banco
advierte que hay nubes en el horizonte. En particular, los recientes aumentos
arancelarios en Estados Unidos, uno de los principales socios comerciales de
Colombia, y la incertidumbre sobre su evolución futura podrían afectar
negativamente las exportaciones del país.
Frente a esto, el pronóstico de crecimiento económico se mantiene en un modesto
2,6 % para todo 2025. Para 2026, sin embargo, el Banco redujo su proyección de
crecimiento del PIB a 3,0 %, debido al impacto de los factores externos sobre el
comercio global y el financiamiento internacional.
La junta directiva del Emisor insiste en que la postura cautelosa de la política
monetaria es clave para garantizar tanto la estabilidad de precios como una
recuperación económica sostenible. Así, aunque hay señales de alivio, el camino
hacia una economía más equilibrada aún requerirá tiempo, disciplina y atención
constante a los factores globales que, desde lejos, también mueven los hilos del
país.
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