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Pereira - Colombia. Año 60 - Segunda época - Nº 12.424-04 - Fecha 07-13-2009 Página 07 |
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Fundado el 9 Julio de 1948
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EDITORIAL |
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APROXIMACIÓN IMPARCIAL A LA REALIDAD.
Eduardo Cordoví Hernández.
La Habana, Cuba.
Vivimos en un mundo falso, por tanto, irreal. En un mundo basado en la mentira de creer que somos mejores de lo que realmente somos. Esto es una verdad que, de momento, cualquiera puede aceptar, pero después; a la hora de tomar decisiones, de asumir procederes y conductas, a la hora de poner en práctica nuestro hacer, a la hora de relacionarnos con los demás; olvidamos.
Vivimos dando por cierto una serie de conceptos que son falsos y atribuyéndonos cualidades que no tenemos; pero no sólo esto, sino cualidades de las cuales no tenemos siquiera una idea clara de su real significado. Veamos tan sólo algunos ejemplos graciosos, pero que dan medida de lo que estamos tratando.
Todo el mundo sabe que las Islas Canarias deben su nombre a cierto animal que abundaba allí en tiempos de su colonizaje, el tema es que muchos se dejarían rebanar un brazo apostando a que tales animalitos eran canarios, cuando en realidad eran perros (Canis, del latín); otros aseguran que las cajas negras de los aviones son negras; pero no, son color naranja fosforescente. Se tiene por cierto que las rubias son frívolas, que las morenas son ardientes, que los gordos son cobardes, que quienes usan espejuelos son tímidos, que los negros tienen el pene grande y que los chinos lo tienen pequeño, todo lo cual está científicamente probado que no es exacto. Somos, por tanto, una suerte de seres falsos que al igual que los peces viven, físicamente, dentro del agua; nosotros, psicológicamente vivimos dentro de la mentira, de forma tal, que no podemos vivir sin ella.
Es lógico suponer que dado este estado de crisis conceptual para tener patrones de referencia para la valoración y comparación de las transacciones interpersonales, es decir para poder medir la eficacia de nuestra existencia y la de quienes nos rodean, es lógico suponer, repito, que dada esta situación de tal cúmulo de errores valorativos, nada puede marchar bien, porque de esta manera, lo supuestamente bien para unos, va a depender siempre del sufrimiento, en alguna medida, de otros.
¿Cómo podremos valorar la realidad sin tener un real acceso a ella? Nuestro acceso es limitado. ¡Los paquetes de información que logramos obtener de la realidad están incompletos y estoy hablando de los paquetes de información que obtenemos de primera mano! ¡Ni qué decir de los que nos llegan contaminados con los criterios de otras personas, de otras ideologías, de otras culturas…!
Pero ¿Cómo podemos mostrar interés por la realidad del mundo circundante e incluso intentar modificarla a nuestra conveniencia, si no tenemos siquiera real acceso a nuestra realidad interior? No sabemos cómo funcionamos emocionalmente, estamos en cueros con respecto a información sobre nuestro propio funcionamiento psicológico. ¿Se puede alcanzar la felicidad viviendo así?
Conócete a ti mismo, dijo Sócrates. Y de haber vivido en nuestros días se hubiera ganado hasta un premio de la Academia Sueca. El problema es que no dijo cómo.
Sin embargo, el ejemplo de su vida resulta un método. En lo sucesivo, en estas páginas, vamos a intentar iluminar nuestro mundo interno para sacar un mayor rendimiento de nuestra empresa existencial.
Vamos juntos a aprender qué estamos haciendo aquí, para qué vivimos y cómo podemos elevar nuestra eficiencia para mejorar el mundo y para mejorar nosotros.
Email: edwacor@gmail.com |
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El judeoespañol: una cultura con futuro pero pronto sin idioma
Elías L. Benarroch
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ESTA ES COLOMBIA… PABLO
Así comienza un célebre poema de bienvenida al país del poeta Pablo Neruda. Lo firmaba otro poeta enorme: Jorge Rojas. Y en él se hacía un recuento de los que era el país en otros años, donde había paz completa y todo era abundante. Hoy, bajo el gobierno de la inseguridad democrática, para sostener la cual hay que gastar millones y millones, mientras cunde el hambre en todos los rincones, los miserables agonizan tirados en los andenes y la desocupación alcanza niveles alarmantes, hoy, abre uno los periódicos y encuentra las siguientes noticias: Se están robando el país, dice con una convicción rotunda el Procurador General de la Nación. 28 gobernadores, de 33 de igual número de departamentos, están siendo investigados por actos de corrupción; y de los 1.101 alcaldes igual número de municipios, el 70% también están siendo investigados o están tras las rejas. Aun cuando la investigación que se adelanta contra una persona no indica que necesariamente el investigado sea culpable, sí es muy diciente y deprimente que eso venga ocurriendo en los últimos seis años y cada día se acreciente el número de funcionarios venales o deshonestos. Otra noticia: Alrededor de medio millón de colombianos menores de 35 años, esto es, en la edad más importante y definidora de la vida, según el sabio Marañón, están “desperdiciándose en la violencia”. Titular de EL TIEMPO de Bogotá. Lo ratifica la importante periodista Claudia López, columnista del mencionado diario. “Aquí no hay paz. En Colombia se respira la muerte por todas partes. Hay hambre y desolación, dice Monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal. Y hay otras noticias, de carácter económico, que desconciertan. Por ejemplo: El peso colombiano es hoy en día una de las monedas “más fuertes” del mundo, por lo menos en términos cambiarios. Su fortalecimiento, dicen los expertos, no se registra sólo contra la divisa norteamericana, cuyo valor fluctúa pendularmente, sino con relación a otras monedas. Lo cual ha hecho que las exportaciones nacionales se debiliten y, por lo tanto, pierdan competividad en los mercados internacionales. La reevaluación de nuestro humilde y depauperizado peso, con el cual no se compra ni un confite, beneficia a los que viajan al exterior; y por supuesto, es una ventaja evidente para los importadores. Pero, para los exportadores… Los compradores extranjeros deben pagar más por los productos que adquieren en Colombia, y así ocurre que “el daño”, dicen los analistas, es de doble vía: El exportador nacionalmente recibe menos pesos por dólar exportado, y corre el riesgo de que disminuyan las compras en los mercados externos por el incremento de los precios. Las exportaciones colombianas cayeron en el primer trimestre de este año en 13.2% con relación al mismo período de 2008. ¿Lo anterior quiere decir que “se nos está acabando el país”, como decía estrepitosamente don Gonzalo Vargas? Mucha gente cree que sí las noticias diarias no son estimulantes; el orden público está deteriorado y parte importante de nuestra moral se resquebraja. He aquí varios motivos de preocupación y de inquietud para todos nuestros compatriotas.
-EL FUTURO ESTA EN NOSTROS- Hace muchos años cuando la pobreza estaba afincada en sus dominios, por el mal manejo de los fondos que había heredado de su progenitor con el esfuerzo y el talante, un distinguido personaje de hoy, tenía sus zapatos rotos y no hubo forma de ocultarlos. Como nada esta oculto bajo los rayos del sol, un buen día todo el país, Colombia, a través de una foto publicada en el periódico El Tiempo de Bogotá se vio el hueco de sus zapatos. Pero el destino, (como dirían los musulmanes), lo colocó en el lugar y momento preciso como quien se gana una lotería. Y fue presidente. La vida cambio de zapatos rotos a zapatos italianos en un cerrar y abrir de ojos y el país inicio otra era de inexactitud. Pero él y su familia ya no fueron más pobres, sólo bastaron cuatro años para llenar las arcas hasta el guardián de su inocencia. Por aquella época en el Palacio de Nariño los jóvenes más hermosos deambulaban por los pasillos ocupando los puestos de secretarias. Fue el gabinete de Ministros más jóvenes que haya manejado al país en su historia. La historia no se puede repetir. Hay que avanzar y dejar atrás el pasado funesto, establecer nuevas fronteras con personajes que puedan mostrarnos cono salir de este túnel. Estamos en el por la ignorancia en que nos metieron nuestros antepasados. Sí podemos como ha venido repitiendo Barak Obama, hay que establecer un futuro para las próximas generaciones. |
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